Pocas tecnologías realmente disruptivas, estratégicas y que generen una capacidad de defensa competitiva a nivel nacional provienen del mundo de las startups no basadas en investigación. Las startups innovan muy bien en modelos de negocio, pero generalmente el origen de nuevo conocimiento está en las universidades, organismos y centros de investigación, que pueden utilizar la creación de spin-offs como vía de transferencia.

En España, después de alrededor de 20 años desde que se empezó a considerar esta vía, estamos empezando a creer en el potencial de las spin-offs basadas en investigación, especialmente las consideradas deeptech. Existen casos de éxito, aunque todavía hay bastante trabajo para desbloquear aspectos clave que eleven su número y el retorno que se espera de ellas.

En los ecosistemas que permiten su desarrollo y crecimiento, está ampliamente documentado que las spin-offs contribuyen eficaz y significativamente al desarrollo socioeconómico.

Como bien expone Xavier Ferrás, experto en innovación, los países que lo han conseguido como Israel, Finlandia o Corea del Sur, lo han hecho con una conexión directa entre la ciencia y el emprendimiento, con sistemas de soporte público a las empresas más prometedoras tecnológicamente, a través de mecanismos públicos de financiación en fases iniciales.

Son el germen de la creación de externalidades positivas en la economía (diversificación, propiedad y control de tecnologías, exportaciones, empleo de calidad).

El principal desafío, cómo no, es la financiación. En las spin-offs el valle de la muerte es mucho más prolongado comparado con el de una start-up. Madurar el proyecto es madurar la tecnología (más lejana de mercado, a casi años luz de facturación), y conformar un equipo de gestión dedicado, suponiendo una significativa mayor necesidad de recursos hasta llegar a ser atractivo para el ecosistema de inversión privada (business angels, venture capital e incluso para los venture builders).

El rango de necesidad de financiación inicial es muy amplio, pero en una verdadera deeptech spin-off podemos estar hablando de hasta millones de euros.

Así pues, actualmente la puesta en marcha de una spin-off promovida por investigadores/as es un acto más bien heroico. Se ven obstaculizadas para poder desarrollar pruebas de concepto costosas, y formar un equipo mínimo de gestión que empuje el proyecto en sus primeras fases. No valen becarios, se necesitan CEOs con perfil sénior y con una contraprestación adecuada, que no sea toda a riesgo.

Desde las diferentes administraciones ya se están llevando a cabo interesantes actuaciones para mejorar la financiación. Pero ¿es posible en España una propuesta clara, programada y a largo plazo de financiación en fases iniciales para que las deeptech (ya sean spin-offs o startup) puedan contribuir a fortalecer el sistema tecnológico de nuestro país?

Por otro lado, para crecer, han de darse dos condiciones: no sólo la capacidad (producto/ mercado competitivo, equipo y recursos), sino también el deseo. En bastantes ocasiones existe una falta de ambición del equipo fundador, de perfil científico.

¿Por no querer o por no saber? Tenemos carencia de spin-offs ambiciosas, aquellas que presentan más probabilidad de impacto, puesto que el crecimiento es un estado deseado por el equipo fundador, y si les acompaña una alta capacidad para hacerlo, es presumible que lo consigan.

Sin embargo, es más común encontrarse con spin-offs "no interesadas", aquellas en las que el crecimiento no se considera explícitamente como un objetivo o visión.

En cualquier caso, el crecimiento es un concepto dinámico y temporal, de manera que se puede evolucionar en cualquier momento, hacia un mayor o menor escalado. Los equipos fundadores o de gestión que no tenían especial interés pueden ver cómo este se despierta tras sucesos o experiencias de desarrollo positivas.

En ese sentido, tanto para promover y gestionar el deal flow de proyectos, como para fomentar una cultura desde el inicio de cada spin-off, orientada al crecimiento e impacto, son fundamentales las unidades y programas de emprendimiento que desde las universidades, parques científicos y centros de investigación se desarrollan para incubar y acelerar proyectos. Principalmente cuando cuentan con perfiles profesionales con experiencia y contactos en el ecosistema, que puedan trabajar y transmitir esa mentalidad.

***Javier Sancho Azuar es director del Área de Emprendimiento del Parque Científico de la UMH.