Muchos estamos sufriendo todavía la resaca post MWC, digiriendo toda la información que allí se genera y que sin duda este año ha tenido una protagonista indiscutible. La inteligencia artificial ha estado presente en todos los debates, charlas, paneles, en el propio discurso del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que durante la cena inaugural del congreso anunció la creación de un gran modelo fundacional del Lenguaje de inteligencia artificial entrenado específicamente en castellano y el resto de las lenguas cooficiales de España.
Durante los días que ha durado el congreso, hemos sido testigos de que esta tecnología emerge como una fuerza disruptiva que está transformando prácticamente todos los aspectos de nuestra sociedad. Desde la atención médica hasta la educación, pasando por la industria financiera y el entretenimiento, la IA está dejando una huella de manera profunda y significativa.
Pero un día como hoy, tan importante para nosotras, quiero detenerme en la importancia de la participación activa de las mujeres para abordar los desafíos éticos desde las etapas iniciales del diseño y desarrollo de los sistemas de inteligencia artificial.
Según el estudio Coches seguros para todos. Análisis de la accidentalidad bajo una perspectiva de género de la Fundación Línea Directa, las mujeres podrían tener un 17% más de riesgo de morir respecto a los hombres en el mismo accidente de tráfico, y el doble de probabilidades de sufrir una lesión cerebral, sencillamente porque los coches se han diseñado tradicionalmente por hombres pensando en la complexión física de los hombres.
Podríamos poner cientos de ejemplos y referencias parecidas y la conclusión siempre es la misma. Necesitamos más mujeres profesionales en todos los ámbitos, pero especialmente en la industria tech y en el desarrollo y diseño de tecnologías disruptivas como la IA, para que cuenten con una perspectiva de género.
Las mujeres siguen estando insuficientemente representadas en el sector tecnológico, y más concretamente en el ámbito de la IA, donde según la UNESCO, solo el 22% de los profesionales de este campo son mujeres. Y si tenemos en cuenta que la tecnología es un reflejo de las personas, la limitada participación de la mujer puede extender sus efectos más allá del sector con una velocidad sorprendente, replicando los prejuicios de género existentes y creando otros nuevos. Del mismo modo que una posible aparición de sesgos en los algoritmos puede provocar que los modelos tomen decisiones que no funcionen para el 50% de la sociedad.
Nuestra búsqueda por crear una IA que refleje lo mejor de la humanidad pasa también porque se adopten enfoques políticos y regulatorios sólidos. Esto incluye la implementación de políticas que promuevan la transparencia en el desarrollo y uso de la inteligencia artificial, así como la creación de marcos éticos que guíen la aplicación responsable de esta tecnología.
No cabe duda de que la inteligencia artificial tiene el potencial de ser una fuerza poderosa para promover la igualdad de género, si se abordan de manera efectiva los desafíos y riesgos asociados. Al invertir en educación y capacitación para las mujeres en STEM, promover entornos laborales inclusivos y desarrollar políticas y regulaciones sólidas, podemos aprovechar el poder transformador de la IA para avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa.
*** Palmira Muñoz es directora de Tecnología en Hill and Knowlton España y coordinadora de la iniciativa #SomosMujeresTech.