José Bayón es, desde 2018, el consejero delegado de ENISA, una de las entidades públicas más conocidas por los emprendedores de nuestro país. No en vano, bajo su batuta se ofrecen 514 préstamos al año (en respuesta a 1856 solicitudes, récord en 2019) por valor de 80 millones de euros  -con un ticket medio de 152.000 euros- a empresas de nuevo cuño y compañías que desean seguir escalando en su crecimiento.

Un ejemplo de la colaboración público-privada tan vanagloriada en nuestros tiempos de la que hace gala su propio mandamás, que ha ido compaginado posiciones directivas en compañías como General Dynamics, GE o Daimler con labores políticas, principalmente en la administración local en Segovia. "Son dos mundos diferentes, son dos realidades que han de convivir y complementarse", explica José Bayón a INNOVADORES. "Cuando me llamó la ministra, el proyecto me pareció muy interesante. Es un instrumento muy útil que apoya a startups y pymes y estamos en un momento en que hay que trabajarlo, ayudar a apuntalar el modelo productivo del país".

Cuando Bayón llegó a ENISA, con el cambio de Gobierno, el panorama que se encontró fue, sin embargo, desolador: "En octubre, me lo encontré parado y con una cierta inercia. No estaban aprobadas siquiera las líneas de ese año. Tuvimos que aprobar los préstamos corriendo en noviembre y gracias a que el trabajo de los analistas estaba muy avanzado. En los últimos años del anterior gobierno había una cierta duda respecto a ENISA, una indefenición y una sensación de impasse. Pero desconozco si era una cuestión política u otros factores".

Una vez superada la bola de partido que marcaba la urgencia del momento, Bayón comenzó a trazar las líneas de mejora para esta entidad, principalmente en dos áreas: promover la visibilización de esta herramienta en la opinión pública y mejorar los métodos de evaluación y rating de los proyectos. "Ponerlo a punto de alguna manera", sintetiza el directivo, recordando la dilatada trayectoria de esta organización, que data de los ya muy lejanos años 80.

Esa optimización de los recursos, obligada en una empresa pública, está en la agenda diaria de Bayón. "Tenemos menos de cuatro de cada diez préstamos fallidos. Y en importe no devuelto es mucho menos, apenas el 25%. De todos modos, no me gusta cuando me preguntan por la tasa de éxito porque nuestra única tasa es que haya emprendimiento en este país y que existan compañías como Cabify, Wallapop, Ticketea, Privalia y HolaLuz. ENISA asume un riesgo que el sector privado no asume, nos complementamos con el capital riesgo y otros instrumentos, inducimos la inversión de terceros. Cubrimos el gap entre el capital inicial de amigos y familia hasta que saltas a los VC, sin pedir ni aval ni garantía, sin diluir tampoco capital cuando ya están en crecimiento y con períodos de carencia altos", explica José Bayón. "Nuestros técnicos conocen bien los proyectos y estamos mejorando nuestro sistema de rating, que es nuestro gran objetivo".

Esta "deuda amable", como la define el directivo, que en un futuro podría ampliar sus miras hacia modelos más parecidos al del capital privado e, incluso, el promovido por otras entidades públicas. "Es cierto que nos planteamos, en algunos casos, entrar en capital. Serían casos puntuales, para cubrir parte de los otros fallidos. También queremos, aunque no será este año, comenzar con instrumentos europeos de inversión para pymes", adelanta el consejero delegado de ENISA.

Nuevos planes, en convivencia con los ya tradicionales de esta entidad, que se pretenden articular en torno a proyectos tractores de país, siguiendo así la demanda de las patronales del sector como Ametic. "En eso estamos, viendo cómo podemos materializarlo. Es una idea de la Comisión Europea de misiones estratégicas, el CDTI ya ha recogido esta idea. Nosotros estamos viendo cómo trasladarlo al sector más productivo, estamos pendientes de los presupuestos del propio Gobierno y de la UE, para concretarlo más en 2021. Ya hemos empezado a trabajar con las agencias de desarrollo regional para estar presentes en sus territorios para aumentar determinados sectores y ámbitos económicos. Esta labor de concienciación y llegar a las empresas en sus lugares a veces es más efectiva que sacar nuevas líneas", defiende Bayón.

¿Qué pasará en 2020?

Por último, con motivo del plan de estímulo económico anunciado por el gobierno debido al COVID-19 y ante las dudas sobre su materialización, precisamente, a través de instrumentos como ENISA, hemos querido actualizar la pregunta al respecto a Bayón y su equipo. Desde la entidad pública aluden a un parón en su estrategia de comunicación para evitar concretar y tan solo apelan a que esperan "tener en breve alguna novedad". Antes de que se declarara el estado de alarma, José Bayón confiaba en "prorrogar  el mismo montante del año pasado en Consejo de Ministros" debido a una cuestión de plazos "para evitar trámites parlamentarios y no volver a llegar a septiembre sin líneas aprobadas". Por lo pronto, el año ha comenzado con el doble de solicitudes respecto al mismo período del año pasado, aunque esas cifras de poco valen ante el nuevo panorama que se abre tras la crisis sanitaria.

Para Bayón, "el emprendimiento no lo hemos inventado nosotros, ni Silicon Valley: es tan antiguo como el mundo. El que inventó el fuego es más innovador que cualquiera de los que están haciendo aplicaciones ahora. Pero ahora estamos viviendo un momento claro de grandes cambios, con impactos sociales, de sostenibilidad y la digitalización. Y es donde tenemos que enfocarnos".

COORDINAR LA ESTRATEGIA PÚBLICA

 La vicepresidenta Nadia Calviño anunció este año una nueva estrategia de coordinación entre los diferentes brazos armados de inversión pública en emprendimiento (ENISA, ICO, CDTI y el IDAE). «Estamos hablando con el Gobierno para ver cómo organizamos todos estos instrumentos. Cada uno tenemos nuestro ámbito y tenemos que ver dónde somos fuertes», dice Bayón