Quiero acabar este acto", dijo el Rey Felipe VI, "recordando la reflexión de Cristina [Garmendia] sobre la necesidad de reactivar la economía con activos intangibles. Como dice el Nobel de Economía Kydlan, a diferencia de los desastres naturales, como un terremoto o un tsunami, la pandemia deja intactas las infraestructuras físicas. Por eso hace falta una reconstrucción inmaterial, con el talento, la capacidad de innovación, la imaginación y la adaptación a esta nueva situación de distancias físicas, en la que sabemos que lo que no tocamos está ahí y puede hacernos mejor en la economía y la vida social".
Con esas palabras (extractadas), concluyó esta mañana la más extraña presentación del ya tradicional Informe Cotec sobre la innovación, en un enorme y casi desierto auditorio de Telefónica, en cuyas gradas apenas se reunían unas decenas de personalidades y acompañantes. Un acto al que asistió INNOVADORES a través del streaming y que fue inaugurado por el director de la Fundación, Jorge Barrero, echando de menos "el miedo escénico" de estas presentaciones. El miedo fue sustituido hoy por la "nostalgia escénica", mientras mostraba el guiño tecnológico de este año en el libro físico del informe: un mensaje termosensible oculto en la portada, legible tras aplicar el calor de la mano o, para hacerlo más rápido, con un encendedor.
El informe Cotec, que cada año trata de poner los puntos sobre las íes del momento innovador español, se ha movido esta vez en la mayor oscuridad del momento, que resta todo valor a las proyecciones y tendencias de años anteriores.
La presidenta de la Fundación Cotec, Cristina Garmendia, subrayó que "el sector privado venía haciendo una gran apuesta por el I+D, con un apoyo más bajo del sector público, siempre por debajo de los incrementos de PIB, lo que ha puesto al límite a las Universidades y centros de investigación"… Pero la situación impone ahora considerar que "de ninguna crisis y recesión se puede salir sin una apuesta reforzada por el crecimiento y la innovación".
Según los datos expuestos por Eva Senra, vicerrectora de la Universidad de Alcalá de Henares, a través del propio análisis que realiza Cotec con datos anuales conocidos, informes económicos trimestrales y las memorias de las empresas, en 2019 se produjo por quinto año consecutivo un crecimiento en la inversión en torno al equivalente del PIB.
Pero 2020, evidentemente, "será un año atípico y con poca información", aunque la afiliación a las actividades de ciencia e innovación todavía no reflejarían el desplome total de la economía, en torno al 4% ya, según la información de Senra.
Educación e Innovación
El punto central y reiterado de la presentación, como reflejo del momento, se resume en palabras de Garmendia, en el empeño por "que esta crisis no se cebe con la educación y la innovación, que se apliquen alianzas público-privadas para salir de ella y que aprendamos a hacer cosas distintas".
Para Jordi Gual, presidente de CaixaBank, con un diagnóstico de "contracción jamás vista" y "el sistema económico en el congelador", la palabra clave es "contundencia", en las medidas económicas y sociales que se apliquen. Salvar las dificultades y la solvencia de las empresas, con mención especial al sector del turismo y "reestructurar los sectores que lo soliciten".
Gual puso su fe en el espacio europeo, invocando un acercamiento a la unión fiscal y un fondo de recuperación comunitario que no contribuya a incrementar la deuda pública de cada país, emitiendo deuda comunitaria. Avista la salida al final de una carrera de fondo, contando con factores como el cambio climático y la economía sostenible y buscando las oportunidades que se deriven de la ruptura en las cadenas de suministro. Y sobre todo, en los valores intangibles, "difíciles de materializar en términos crediticios y con retornos inciertos", como mejoras en la productividad, reputación, organización empresarial, experiencia de usuario, comercio electrónico y un "nuevo mundo de información y datos".
"La educación se ha visto forzada a hacerse online. Y nosotros [los bancos] también estamos obligados a gestionar la confianza y los datos, preservando la privacidad y que los clientes sepan que lo que hacemos es por su interés", afirmó Gual que ve el reto en "acumular stocks en I+D". Y, respecto al teletrabajo, "reorganizar las compañías para trasladarle el valor de la cultura empresarial, las normas no escritas para las relaciones en el seno de la organización".
Al presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete, participante en una mesa redonda virtual con Gual y Garmendia, le tocó recibir las lisonjas, por el comportamiento de las telecomunicaciones en España, cuando se han visto sometidas al estrés de aumentar súbitamente el uso de "datos un 70% y la voz móvil un 45%. Y seis veces más de vídeo y seis o siete veces las redes sociales".
Según afirmó el máximo responsable de Telefónica, la red de fibra española equivale a sumar la capacidad de banda ancha de Alemania, Francia y Reino Unido.
Para Pallete, el gran desafío fue enviar a trabajar en casa a toda la compañía, porque la red "nunca fue diseñada para hacer el 100% en casa". Pero, aseguró que, aunque estamos en "territorio inexplorado, en el que no hay un manual para consultar, cinco años de digitalización se han acelerado de golpe. Y hemos perdido el miedo a estar todo el rato en casa".
"Y hemos conseguido cerrar una transacción enorme desde casa", añadió, en referencia a la fusión en el Reino Unido de O2 con Liberty para crear el mayor operador británico. "Tener la red preparada es parte de la solución".
El choque es cómo cambian de repente las relaciones sociales, "ahora queremos vernos en videoconferencia", dijo Garmendia, mientras que la educación no estaba preparada para esto.
Pallete señaló que "el 70% de la educación mundial ha tenido que pasarse a online en algún momento y, si había un debate sobre si los jóvenes, o los profesores, estaban preparados, no ha quedado más remedio que dar el salto. En buena parte es un cambio que ha llegado para quedarse. Pero no puedes enseñar igual que en clases presenciales, ni puedes evaluar igual".
El presidente de Telefónica apreció que, ante el enorme problema que viene del desempleo, para "absorberlo lo más rápido posible es clave la formación profesional [online] y el reskilling". Su compañía ya había alcanzado un acuerdo con los sindicatos para 'actualizar' las habilidades de 22.000 de sus 120.000 empleados, "porque los clientes nos piden que las cosas sean más sencillas, poder hacerlas en un par de clicks. Hay que perder el miedo a los cambios, porque ya se han producido".
Su receta es "humildad, porque no estábamos preparados para esto, para improvisar. Perder el miedo a reconocer que las cosas tal vez no van a funcionar, pero hay que intentarlo. Diseñar una salida con una sociedad que protege, con sanidad, con una cadena de alimentación, con las fuerzas de seguridad… con un contrato social como país, no sólo con la protección de la privacidad y la educación, sino con un proyecto político. Que llevemos a Europa la idea de que no son países culpables los que han sufrido más la pandemia. Y con humildad del liderazgo, para explicar lo que se hace, no sólo los que están en el Gobierno sino también en las empresas. Si hay un rebrote, lo sabremos gestionar mejor".
Triple crisis
Y, luego el Rey, volvamos al principio, cerrando el acto con el asombro de no haber "nunca imaginado que tuviéramos que innovar tanto en este acto dedicado a la innovación". Dedicó un intenso recuerdo a "los que hemos perdido" en una triple crisis, sanitaria, económica y social, poniendo la esperanza en "el esfuerzo empresarial y el de los innovadores, que han hecho frente a la crisis como motores de la economía y el cambio".
"Necesitamos entender mejor el factor humano que da sentido a la máquina. El reto es adaptarnos al nuevo escenario. Y si logramos vencer al virus será gracias a los miles de investigadores en laboratorios de nuestro país y de todo el mundo", subrayó Felipe VI, reclamando aprender a "integrar el valor individual y colectivo", porque "la ciencia no es la única innovadora, la riqueza no garantiza el avance social y los indicadores económicos no explican lo que importa".