Digitalización y sostenibilidad son los dos pilares sobre los que se sustentarán el desarrollo futuro de las sociedades y la economía. La transición energética depende de las herramientas tecnológicas para lograr sus objetivos de forma más rápida y más económica y la digitalización no tendrá éxito si no sitúa la sostenibilidad como un elemento fundamental de su desarrollo. 

Y una de esas herramientas que puede ayudar a acelerar la necesaria transición energética a la que deben hacer frente todos los países de una forma que sea más equitativa y genere confianza en la tecnología dentro de la industria es la inteligencia artificial (IA).

"La inteligencia artificial tiene un tremendo potencial para acelerar y apoyar la transición enérgica global", afirma el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) en un nuevo estudio realizado junto a BloombergNEF y Deutsche Energie-Agentur (DENA), la agencia alemana de Energía.

La entidad organizadora del Foro de Davos remarca que en un contexto en el que los estragos provocados por el cambio climático en todo el mundo son cada vez más evidentes, los gobiernos y la industria enfrentan el desafío urgente de conseguir una transición a un sistema energético global bajo en emisiones de carbono.

Para ayudar a alcanzar ese objetivo, las tecnologías digitales, y en particular la inteligencia artificial, son "habilitadores clave" en esta transición y pueden hacer que los objetivos climáticos del sector energético se alcancen más rápidamente y con un coste menor. Sin embargo, el Foro advierte de que todavía existen barreras importantes que están evitando que la IA sea adoptada con rapidez a escala global.

Crear valor gracias a la tecnología

El potencial de la IA para crear valor en el actual proceso de transición energética es indudable. Según el informe, por cada 1% de eficiencia adicional en la demanda que se logre gracias a la tecnología se generará un valor de 1,3 billones de dólares entre 2020 y 2050 debido a la reducción de las necesidades de inversión.

"La IA ya está dejando su huella en muchos sectores de la sociedad y la economía. En energía, solo estamos viendo el comienzo de lo que la IA puede hacer para acelerar la transición a los sistemas de energía interconectados, ultraeficientes y de bajas emisiones que necesitaremos mañana", ha subrayado el responsable de Energía de Foro Económico Mundial, Roberto Bocca.

Los esfuerzos para descarbonizar el sistema energético global están haciendo que este esté cada vez más integrado y electrificado, con mucha más interacción entre los sectores de energía, transporte, industria y construcción. Además, al mismo tiempo, está conllevando unos altos niveles de descentralización en el sector eléctrico.

Para que este proceso se desarrolle adecuadamente, esto requerirá niveles mucho más altos de coordinación y flexibilidad de todos los actores del sector, incluidos los consumidores, con el fin de gestionar un sistema que es cada vez más complejo y optimizarlo para que las emisiones de gases de efecto invernadero sean mínimas.

Aplicaciones de la IA en energía 

En este contexto, el Foro Económico Mundial pone de relieve las posibles aplicaciones de la IA en este campo, que van desde optimizar e integrar de manera eficiente los recursos de energía renovable variable en la red eléctrica, hasta respaldar un sistema de distribución de electricidad proactivo y autónomo o y abrir nuevas fuentes de ingresos.

En concreto, el informe detalla que incrementar el despliegue de energía renovable para descarbonizar el sector significará que se va a suministrar más energía a través de fuentes intermitentes (como la solar y la eólica).

Esto creará la necesidad de una mejor previsión, una mayor coordinación y un consumo más flexible para garantizar que las redes eléctricas puedan funcionar de forma segura y fiable. 

Y este es un campo en el que la inteligencia artificial puede ser tremendamente al útil, al igual que lo es para la gestión de sistemas de energía que serán mucho más complejos y descentralizados.

La IA también puede ayudar a identificar patrones y comportamientos gracias a los datos para aumentar la eficiencia y el ahorro. De hecho, asegura que incluso solo con una leve mejora de la flexibilidad, la eficiencia o la capacidad de los sistemas de infraestructura de energía limpia y baja emisión de carbono se pueden generar "billones de dólares en valor y ahorro de costes".

Además, el Foro Económico de Davos añade que esta tecnología también podría  desempeñar un papel crucial a la hora de acelerar la búsqueda de materiales de rendimiento que respalden la próxima generación de tecnologías de almacenamiento y energía limpia.

El informe admite que navegar por todos estas oportunidades presenta "enormes desafíos estratégicos y operativos" para los sectores intensivos en energía y los propios sistemas energéticos, justo en un momento en el que están además viviendo una transformación digital única en la vida.
"La IA puede actuar como una capa inteligente en muchas aplicaciones y tiene la capacidad de identificar patrones y conocimientos en los datos, 'aprender' lecciones con precisión y mejorar el rendimiento del sistema a lo largo del tiempo, y predecir y diseñar posibles resultados para situaciones complejas y multivariadas", afirma. 

Retos para aprovechar su potencial

Sin embargo, a pesar de su promesa, el uso de la IA en el sector energético es todavía limitado y se implementa principalmente en proyectos piloto para el mantenimiento predictivo de activos. "Si bien es útil allí, existe una oportunidad mucho mayor para que la IA ayude a acelerar la transición energética global de lo que se cree actualmente", incide. 



El informe resalta que los esfuerzos recientes para implementar la IA en el sector energético han demostrado ser prometedores, pero admite que la innovación y la adopción siguen siendo limitadas. "La IA tiene un potencial mucho mayor para acelerar la transición energética global, pero solo se realizará si hay una mayor innovación, adopción y colaboración de la IA en toda la industria", asegura. 
En este sentido, el Foro identifica un conjunto de nueve principios rectores comunes para crear un entendimiento común de lo que se necesita para desbloquear el potencial de la IA en todo el sector energético y cómo adoptar esta tecnología de forma segura y responsable para acelerar la transición energética.
Los principios se dividen en tres áreas: las que gobiernan el uso de la IA (gestión de riesgos, estándares y responsabilidad), aquellos que ayudarán a que la IA se ajuste a su propósito (automatización, sostenibilidad y diseño) y aquellos que permiten la implementación de la IA y tienen como objetivo ayudar a crear prácticas colaborativas de la industria y las políticas (datos, incentivos y educación). 
Y todo este contexto, el informe también apunta que las empresas y los responsables políticos deben desempeñar un papel activo en la gobernanza y la configuración del uso de la IA en el sector energético, estableciendo las mejores prácticas para diseñar sistemas de IA de forma responsable y creando un entorno propicio para desbloquear todo su potencial.



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