DigitalES ha vuelto a reunir un año más en su congreso anual a representantes del más alto nivel de los sectores público y privado para hablar sobre el presente y el futuro de la digitalización de España. Un evento que alcanza ya su cuarta edición y que, como todo encuentro de estas características que se celebra en los últimos meses, tiene como telón de fondo los fondos europeos que ayudarán a diseñar la España poscovid-19.
El Jardín Botánico de Madrid ha sido el escenario físico (que ha compartido protagonismo con el virtual) por el que han pasado tres ministras (Nadia Calviño, Isabel Celaá y Reyes Maroto), una comisaria europea (Margrethe Vestager), representantes de los principales asociados (Emilio Gayo, Jean-François Fallacher o Colman Deegan) y otras autoridades del ámbito económico (Antonio Garamendi, Cani Fernández o Pablo Hernández de Cos).
En prácticamente todas las intervenciones que se han podido escuchar en estos tres días se ha hablado con optimismo de las oportunidades que la digitalización ofrece a España de cara al futuro y la herramienta única que suponen los fondos Next Generation para lograr convertir al país no sólo en un actor relevante, sino en un líder de la digitalización en Europa.
En contraposición, evidentemente, también se han escuchado muchos mensajes que hacían referencia a los retos que España tiene por delante y que deben abordarse prioritariamente en la fase recuperación y transformación del país. Como es habitual, los más mencionados han sido mejorar las competencias digitales de la población general e impulsar la digitalización de las pequeñas y medianas empresas (pymes).
Pero el tono que se ha desprendido durante el encuentro ha sido en gran medida constructivo, con una voluntad por parte de todos los actores de remar juntos en la misma dirección para ejecutar con éxito el Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia. No han faltado felicitaciones de las empresas al Gobierno por algunas de sus ultimas decisiones y guiños del Ejecutivo a las operadoras, pero tampoco han desaparecido las habituales demandas del sector.
El reto de la formación
Durante estos tres días, y especialmente en la jornada inaugural del miércoles, quedó patento que el gran reto al que se enfrenta en España es impulsar la formación de la ciudadanía en competencias digitales, lo que implica tanto lograr que la población en general tenga capacidades básicas, como impulsar el número de especialistas en materias STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) en el país, sobre todo entre las mujeres.
Y es que, según afirmó el presidente de DigitalEs, Eduardo Serra, las competencias digitales son "el talón de Aquiles" de España en materia de digitalización. De hecho, señaló que en la actualidad se estima que existe un déficit de entre 70.000 y 75.000 especialistas TIC en el país y advirtió de que nos encaminamos rápidamente a los 100.000 empleos sin cubrir.
En esta línea, el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, también admitió que en la patronal están preocupados por la formación digital de los ciudadanos, que están por debajo de la media europea según el índice DESI, que refleja este punto como una de las mayores debilidades de España.
Así, Garamendi advirtió de que una sociedad que no cuente con el capital humano necesario para aprovechar estas oportunidades "se quedará irremediablemente atrás", por lo que apostó por una educación flexible, conectada y basada en el aprendizaje continuo.
Varios de los miembros del Gobierno que pasaron por DigitalES Summit destacaron la apuesta que el plan de recuperación hace por revertir esta situación, entre ellas la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, quien remarcó que educación y digitalización están en el centro de la estrategia del Gobierno para la recuperación económica y social y son elementos "indisociables".
Durante la jornada se habló mucho de la Formación Profesional (FP) y la importancia de que Gobierno y empresa vayan de la mano para lograr una FP de calidad. De hecho, el director general del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), Gerardo Gutiérrez Ardoy, defendió que la colaboración público-privada en el ámbito de la formación está ya "suficientemente probada".
Este esfuerzo en materia de educación digital fue reconocido por la vicepresidenta y comisaria de Competencia de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, quien inauguró la última jornada del congreso. En concreto, valoró positivamente también los 3.600 millones de euros presupuestados para la formación en competencias digitales, uno de los cuatro ejes en los que debe apoyarse esta transformación digital.
"Todos los ciudadanos europeos deberían sentirse empoderados y deberían considerarse dueños de esta transformación digital y eso sólo ocurrirá si tienen las competencias necesarias para controlar esa digitalización, desde las más basicas hasta las más altas", incidió.
El éxito de las infraestructuras
La segunda y tercera jornadas de DigitalES Summit se centraron más en las infraestructuras de telecomunicaciones y la tecnología, tanto para reivindicar el éxito del país en su despliegue y el papel tan relevante que han desempeñado para sostener la economía y la sociedad durante la pandemia, como para hablar de sus perspectivas de futuro.
Así, el presidente de Telefónica España, Emilio Gayo, aseguró que el sector se comportó de "matrícula de honor" en estos meses marcados por la covid-19, y los consejeros delegados de Orange España y Vodafone España, Jean-François Fallacher y Colman Deegan, defendieron que las redes son un activo estratégico para mantener la actividad social y económica del país y le colocan en una posición inmejorable para aprovechar esta revolución industrial.
Sin embargo, también se habló de infraestructuras de futuro, como los centros de datos. El secretario de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, Roberto Sánchez, incidió en la "posición privilegiada" de España para convertirse en un nodo internacional de conexión y ha destacado particularmente el papel estratégico de estos centros que considera que merecen un mayor "cariño administrativo".
Otros de los campos en los que España también puede seguir siendo líder en infraestructuras son los cables submarinos, donde el país tiene el potencial para convertirse en un gran 'hub' europeo; el satélite, que puede ser "la solución a la brecha digital territorial"; o el ya omnipresente 5G, con el anuncio de esa inversión de 26 millones de euros junto a ADIF para desplegar esta tecnología en la red de alta velocidad.
Pero no solo se habló de las oportunidades en telecomunicaciones, sino también de tecnología. La secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, apuntó que en España estamos muy desarrollados en conectividad y en digitalización de la Administración pública, pero también hay que invertir en tecnologías que puede que ahora no vemos como necesarias, pero que son fundamentales de cara al futuro.
Por ejemplo, la secretaria de Estado mencionó dos ámbitos concretos en los que España puede ser referente: la inteligencia artificial (IA) en lengua española y los algoritmos 'verdes'. "Hay que pensar en la sostenibilidad como parte del diseño de cualquier transformación y solución tecnológica", incidió.
Inversiones y reformas
Como ocurre en todo foro económico que se está celebrando en los últimos meses, los fondos Next Generation se han llevado gran parte del protagonismo de DigitalES Summit 2021. Sin embargo, todos los mensajes lanzados en este sentido apelaban a la colaboración público-privada y a remar todos juntos en la misma dirección para que todo este proceso tenga éxito y situar a España como líder de la digitalización en Europa.
El jueves, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, aseguró que España tiene las condiciones para liderar la revolución tecnológica y reconoció sentirse "sorprendida" y "abrumada" por la cantidad de proyectos que han presentado empresas y asociaciones empresariales para aprovechar los fondos europeos asociados al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
En este sentido, añadió que las propuestas presentadas "desbordan el presupuesto" asignado a su Ministerio, que tiene que seleccionar aquellas que ayuden a dar un salto cualitativo para que España no se quede atrás en esta nueva revolución industrial que está en condiciones de liderar. Por ello, admitió que es posible que frustren algunas expectativas debido a esa gran cantidad de proyectos.
Otro aspecto que ha quedado claro es que lo importante en fase de recuperación no son solo las inversiones, sino también las reformas. Por ejemplo, la eurodiputada Pilar del Castillo instó a acelerar las decisiones legislativas estratégicas que nos permitan "participar activamente en la economía de datos".
Asimismo, urgió a España a completar la transposición del Código Europeo de Comunicaciones Electrónicas, que se recogerá en la actualización de Ley General de Telecomunicaciones que, según afirmó Roberto Sánchez, está previsto se apruebe en Consejo de Ministros a la vuelta del verano tras finalizar la fase de consulta pública.
DigitalES Summit 2021 también evidenció un acercamiento de posturas entre Gobierno y operadores de telecomunicaciones. De hecho, en las intervenciones de los directivos de estas compañías hubo palabras de agradecimiento por la decisión del Ejecutivo de eliminar la tasa que pagaban para financiar RTVE o la mejora de las condiciones de la subasta de espectro en la banda de 700 MHz para el desarrollo del 5G.
Por parte del Gobierno también hubo nuevos guiños a los operadores. El director general de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, Arturo Azcorra, avanzó que la banda de espectro de 26 GHz contará con una tasa "bastante favorable" y que se estudia obligar por ley a las corporaciones locales a que pongan a disposición de los operadores sus instalaciones municipales para que puedan instalar torres.
Pese a esta concordia, no faltaron las habituales reclamaciones del sector al Gobierno en materia de fiscalidad (España es el país de Europa donde más impuestos pagan las 'telco', afirman), mismas reglas de juego para todos los actores de mercado o nuevas normas de competencia que favorezcan la inversión, la concentración de empresas y la compartición de infraestructuras.