En los últimos meses, la Ley de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés) ha estado en un atolladero de esos que ya nos tiene acostumbrados Bruselas. Una pugna no tanto por el fondo de la cuestión (impedir futuros monopolios de los gigantes digitales) sino por dónde situar los umbrales a partir de los que las empresas tecnológicas pasarán bajo la lupa "automática y preventiva" de la Unión Europea.
Con multas de hasta el 10% de su facturación anual en caso de favorecer servicios propios o impedir la interoperabilidad de sus servicios, la Ley de Mercados Digitales es también un campo de batalla entre los grandes colosos digitales (que ven en ella una amenaza a su dominio en el mercado) y las startups europeas, que ven en la norma una posibilidad de igualar las reglas de juego... si se plantea correctamente.
Y es en esos detalles, en los umbrales, donde se encuentra el último punto de fricción declarado en la política digital europea. Han sido algunas de las principales plataformas tecnológicas europeas (a saber: Allegro, Bol.com, Booking.com, Delivery Hero, eMAG, Vinted, Wolt o Zalando) las que han dirigido una carta a las instituciones comunitarias criticando la fórmula elegida para discernir a partir de cuándo se considera esa posición de dominancia.
"Apoyamos los objetivos de la DMA de crear reglas para los actores digitales más grandes de la actualidad que actúan como guardianes y así garantizar una competencia leal", indica la misiva. "Acogemos con beneplácito los esfuerzos del Consejo para proporcionar una mayor claridad sobre las características de un "guardián".
"Sin embargo, estamos alarmados sobre las propuestas recientes en el Consejo, que definen los 'usuarios finales activos' de manera inexacta como 'visitantes' para todas las plataformas basadas en transacciones, independientemente de su tamaño".
Hablando en plata, esto supone que la consideración de "usuarios finales activos" se aplicaría inadvertidamente a más empresas de las que inicialmente se pensaba, incluyendo muchas de las startups europeas que distan mucho de ser colosos digitales globales.
"Usar los 'visitantes' del sitio web o la aplicación como base distorsiona drásticamente los números de usuarios relevantes. Primero, un gran número de usuarios que visitan nuestras plataformas o descargan nuestras apps no se traducen automáticamente en clientes que compran bienes o reservan servicios. En segundo lugar, la definición de 'visitantes' no tiene en cuenta la naturaleza basada en transacciones de nuestros modelos comerciales", detallan las empresas firmantes.
De seguir con esta aproximación, añaden, no sólo no se conseguiría poner freno a la actividad monopolística de los grandes actores digitales sino que, al ampliar el alcance de la norma, de facto se crearía un obstáculo regulatorio para el crecimiento de las plataformas de comercio electrónico europeas, muchas de los cuales están cerca del volumen de negocios o de los umbrales de usuarios comerciales.
La contrapropuesta
Allegro, Bol.com, Booking.com, Delivery Hero, eMAG, Vinted, Wolt o Zalando piden a la Unión Europea que reconsidere su posición y que defina a los 'usuarios finales activos' de diferente forma en función del modelo de negocio.
Así, los negocios basados en transacciones (como los portales de comercio electrónico) podrían ser monitorizados en función de sus operaciones cerradas, mientras que en el caso de las plataformas de entretenimiento puede funcionar mejor ese concepto de 'visitantes' o en el de los intermediarios online se podría usar tanto este último parámetro como el de 'usuarios registrados'.
La Ley de Mercados Digitales
Recordemos que la Ley de Mercado Digitales cuenta con una propuesta para definir de forma "clara" lo que deben y no deben hacer para los llamados "grandes guardianes digitales" para evitar los tipos de comportamiento que pueden impedir que los mercados funcionen bien. "La propuesta que presentaremos dentro de unas semanas tendrá por objeto prohibir este tipo particular de autopreferencia injusta", aseguraba hace un año la vicepresidenta y Comisaria europea de la Competencia, Margrethe Vestager.
Para estos gatekeeper "las cosas van a tener que cambiar", advertía la comisaria de Competencia. "Van a tener que asumir más responsabilidad, por los efectos que tienen en nuestra seguridad y nuestras oportunidades. Las nuevas reglas que propondremos en unas semanas les darán esa responsabilidad". Con esta normativa se pretende ofrecer a los europeos "un mundo digital seguro, justo y fiable para las próximas décadas".
El objetivo es actuar "con mayor rapidez y eficacia para hacer frente a comportamientos que sabemos que pueden impedir el buen funcionamiento de los mercados". Una vez que una empresa digital alcanza un cierto tamaño, con la gran red de usuarios y las enormes colecciones de datos que trae consigo, puede ser muy difícil para cualquier otra competir: "Nos enfrentamos al riesgo constante de que las grandes empresas tengan éxito en empujar los mercados a un punto de inflexión, enviándolos a un rápido e imparable deslizamiento hacia el monopolio y creando otro poderoso gatekeeper". ¿Cómo mantener el mercado abierto a la competencia? Quizá evitando que 'encierren' a los usuarios en su plataforma y obligándoles a facilitar al usuario un cambio de plataforma o usar más de un servicio...
Con esta regulación, explicaba la comisaria europea, "necesitamos estar preparados para nuevas situaciones, donde la digitalización crea fallos profundos y estructurales en la forma en que funcionan nuestros mercados". Esta normativa aboga por crear un marco armonizado de investigación de mercado en todo el mercado único europeo para poder "hacer frente a los fallos del mercado".