'Los 100 líderes de D+I' subrayan la oportunidad de una España más sostenible (X)
Noticias relacionadas
Con motivo de la llegada de Disruptores e Innovadores (D+I) a Invertia y EL ESPAÑOL, hemos querido tomar el pulso a 100 de los principales líderes de la digitalización de nuestro país, referentes en sus disciplinas, en un contexto claramente marcado por la necesidad de que España aproveche la oportunidad histórica que se nos presenta para transformar nuestra economía y el modelo productivo con la tecnología en el epicentro.
Cabe recordar que en los próximos tres años, España dedicará 70.000 millones a digitalización, de los que más de 20.000 serán inversión pública de fondos europeos. Un momento trascendental para que nuestro país, sus infraestructuras, empresas y ciudadanos den el definitivo salto hacia la digitalización. Una coyuntura que necesita medios como D+I que informen de toda esta transición.
Para analizar cómo debería canalizarse ese capital y cuáles deberían ser los ejes vertebradores de la estrategia digital de España, durante estas dos primeras semanas de vida, y hasta el día de hoy, hemos dado voz a los grandes líderes de Administraciones, grandes empresas, tecnológicas, startups, aceleradoras e investigadores.
Estas son sus reflexiones: el punto de partida para construir entre todos el mañana digital de nuestro país.
Cristina Colom
Directora de Digital Future Society
Nuestro país debe aprovechar la oportunidad que le brinda la transformación digital para generar un nuevo modelo productivo, económico y energético, que a su vez pueda dar respuesta a los desafíos de nuestro tiempo en materia de digitalización y sin dejar a nadie atrás. La tecnología nos abre la puerta a alcanzar una sociedad más inclusiva, equitativa y sostenible. Para ello, hay que abordar en profundidad los retos de esta transformación digital. Estos desafíos se concretan en reducir las brechas digitales, avanzar en un marco regulatorio sobre el futuro del trabajo y minimizar el impacto ambiental del sector tecnológico. Resolver esta emergencia digital es la clave para una reconstrucción justa y equitativa que solo será posible si fomentamos las alianzas público-privadas.
Para mitigar las brechas digitales de género, edad, educación, discapacidad o ubicación, además de una necesaria inversión en infraestructura y conectividad, se requiere de una colaboración digital de todos los sectores implicados. Estrategias de alfabetización digital y empoderamiento ciudadano que sitúen al ciudadano en el centro son respuestas eficaces para abordar las brechas digitales.
Las tecnologías emergentes están cambiando los modelos de negocio, las relaciones laborales y la forma en que organizamos el trabajo. Se hacen evidentes las limitaciones de las legislaciones laborales y los sistemas de seguridad social, concebidos para un sistema tradicional que está dejando de existir. El futuro del trabajo es un fenómeno que exige un análisis desde todas las perspectivas y un sistema de gobernanza global que defina derechos y responsabilidades de las partes implicadas.
Otro desafío de la era digital es el impacto de las tecnologías disruptivas en el medio ambiente, una problemática que debe abordarse de forma global e integral, pero donde los países tienen la oportunidad de liderar estrategias predicando con el ejemplo. Son necesarios cambios transversales para conseguir un cambio sistémico hacia un modelo circular: políticas de eficiencia transparentes y una colaboración internacional a todos los niveles.
Óscar Martín
Consejero delegado de Ecoembes
Durante este año, hemos necesitado hacer un uso extraordinario de la tecnología para trabajar, estar en contacto con sus familiares o incluso para disfrutar del tiempo de ocio. Y si hemos podido hacer frente a esta nueva situación excepcional es porque las organizaciones ya llevábamos tiempo trabajando en una evolución de nuestra actividad basada en la digitalización como herramienta fundamental.
Desde nuestro ámbito, el del reciclaje de envases, en Ecoembes estamos apostando por la digitalización para testear cómo será la gestión de residuos del futuro, contribuir así a crear unas ciudades más circulares y acompañar a la administración en esa necesaria transformación. Esta digitalización aportará eficiencia en un servicio esencial para el ciudadano y el medio ambiente, como es el reciclaje, así como trazabilidad y transparencia. Algo que venimos reclamando y que debemos pasar acelerar gracias a la digitalización. Para ello, nos estamos apoyando en tecnologías disruptivas como el blockchain y la robotización, trabajando en nuestros sistemas de información para obtener los mejores datos y tomar decisiones en base a ello, o impulsando proyectos como 'Planta 4.0', que optimiza los procesos de selección y tratamiento de residuos con internet de las cosas y 'Reciclos', que digitaliza el hábito de reciclar a través de incentivos y tecnología móvil.
No obstante, aún queda mucho camino por recorrer. Y en este sentido, es clave el empuje de las Administraciones públicas porque son quienes cuentan con la capacidad, a nivel legislativo, de terminar de materializar muchas de las iniciativas que surgen en este ámbito. Para ello, es esencial que se establezcan nuevas colaboraciones público – privadas y seguir reforzando las que ya existen para dar con fórmulas innovadoras que contribuyan a alcanzar una digitalización en todos los sectores de la sociedad.
Una de las mayores oportunidades que nos brinda la transformación digital es la generación de nodos y espacios comunes de trabajo, es decir, supone un impulso a la colaboración. En este sentido, es clave que la inversión de los fondos europeos se haga teniendo en cuenta la importancia de crear redes de colaboración entre los ámbitos público y privado, de cara a generar soluciones de consenso y colaborativas.
Por otro lado, es fundamental que la transformación no sea solo digital, sino también verde. Por ello, todo aquello a lo que se destinen los fondos de recuperación debería tener en cuenta los aspectos ambientales y sociales para minimizar el impacto en el planeta y conseguir un gran alcance social. La inversión en digitalización tiene que servir para impulsar un modelo económico más circular, más flexible, que fomente nuevas formas de producción y donde nadie se quede atrás.
José Antonio López
Presidente y CEO de Ericsson España
En Ericsson creemos que, para alcanzar una digitalización transformadora en España, los objetivos tienen que estar a la altura de la visión. Si lo que pretendemos es llegar en los próximos años a una posición diferente a la actual, no basta con hacer lo mismo que los demás. Ya lo dijo Albert Einstein: “Los problemas no se pueden solucionar en el mismo nivel en el que fueron creados”, para solucionarlos tienes que sobrepasarlos y alcanzar el siguiente nivel. Tenemos que empezar fijando unos objetivos verdaderamente ambiciosos para la España que queremos en 2030.
El Gobierno ha dado un paso firme con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que integra el Plan para la Conectividad y las Infraestructuras Digitales de la Sociedad, la Economía y los Territorios; la Estrategia Nacional de IA; y La Estrategia de Impulso 5G. Es uno de los planes más ambiciosos y completos en el ámbito de digitalización probablemente en los últimos 20 años, y estamos convencidos de que conducirá a alcanzar una sociedad que recupere el bienestar que teníamos previo a la pandemia.
Desde Ericsson creemos que tenemos una oportunidad única de ir aún más allá. Hacer algo que nos permita no solo recobrar la situación anterior y cerrar brechas estructurales, si no convertirnos en una sociedad y economía de referencia para el resto. Tenemos el ecosistema, el talento, la creatividad y la base de capilaridad de fibra y 4G necesarias para conseguirlo. Aprovechar dicha oportunidad supone una inversión que la empresa privada no puede abordar sola.
Estamos en un momento crítico para definir las acciones que como país debemos implementar para recuperarnos de la pandemia y encontrar la forma de mejorar. Como bien dice el Gobierno, si España quiere, puede. Ahora tenemos que decidir si queremos digitalizar España o si queremos transformar España a través de la digitalización.
España tiene una oportunidad única para dar el salto exponencial en materia de digitalización. Creemos que España puede situarse a la cabeza de la digitalización en Europa si sabemos aprovechar los fondos que se han comprometido desde Bruselas. Y por ello proponemos ir todavía más lejos, y ambicionar llegar a un Plan Digitalización+, con el 5G como uno de sus pilares fundamentales para alcanzar objetivos concretos y más ambiciosos como: (1) Lograr una España con el 100% de sus pymes digitalizadas. (2) Conseguir una España donde se pueda interactuar con la Administración pública en todos sus servicios de una forma 100% digital. (3) Ofrecer formación y soporte digital especifico con cobertura del 100% de la población en la tercera edad. (4) Incluir asignaturas digitales en todas las carreras y cursos de formación profesional y de secundaria, e incluir la asignatura de Programación en enseñanza primaria. (5) Situar a España en el top 5 del índice DESI. (6) Apostar por unas Áreas de Excelencia, que sean referentes mundiales, y líderes en Europa. (7) Lograr una España donde todos y todo esté conectado, pero no con lo que otros ya tienen, sino con lo que los demás aún no tienen, con el facilitador que nos haga pasar de nivel y adelantar a los demás: el 5G.
Deseamos que todas las poblaciones de más de 5.000 habitantes y vías de comunicación entre ellas dispongan de 1Gbps simétrico de media en 2025, que parques empresariales, ubicaciones de centros productivos, hospitales, centros de salud, escuelas, centros científicos y corredores para coches autónomos, dispongan de 10Gbps en 2025 y el resto de la geografía, no solo la población, 100Mbps para que ninguna de las casi 3 millones de pymes españolas, esté donde esté, se quede atrás en esta transformación.
Marta Plana
Consultora de estrategia digital
Todo cambia y nada permanece. Nadie duda ya de que estamos inmersos en un tiempo de gran transformación digital, una transformación de 360 grados permeable a todos y a todo, que afecta a todos los aspectos de la sociedad actual. Hace escasos meses sabíamos que siete de las diez mayores compañías del mundo por capitalización bursátil son tecnológicas, lo que desmuestra su potencia disruptiva. Pero en estos momentos ya no solamente hablamos de compañías tecnológicas, sino de una nueva economía digital que demanda cambios culturales que favorezcan la relación entre las personas, la sociedad y la tecnología.
A corto plazo, miles de puestos de trabajo están sufriendo cambios. Se genera incertidumbre, cohabitamos con algoritmos, inteligencia artificial, robots... Todos estos cambios son también responsabilidad del Gobierno, que debe establecer un paraguas regulatorio que aporte protección a los ciudadanos y que sea capaz de añadir valor, favoreciendo la adaptación.
Hay una gran revolución en marcha y necesitamos adaptarnos a ella. La digitalización debe asumirse ya en todas las esferas de la sociedad, para convertir la incertidumbre en una gran oportunidad. Este desafío requiere de una visión global y de negocio, pero también de actitudes solidarias, ganas de aprender y de trabajar en equipo, no tener miedo a renovarse día a día y convivir con esa digitalización y con esa tecnología. Sencillamente, el cambio es absoluto y es constante, y debemos empujar en la dirección de la tecnología con el apoyo incondicional de organismos públicos y, desde luego, del mundo académico. Por parte del Gobierno, recientemente se ha publicado una Carta de Derechos Digitales. Además, España cuenta con excelentes escuelas y universidades que seguro, en este nuevo panorama, serán de enorme trascendencia.
Sin duda la crisis de la Covid-19 está resultando un punto de inflexión para muchas compañías y está provocando un gran cambio en el ecosistema digital. Si sabemos adaptarnos, saldremos fortalecidos. En nuestro país debemos exigirnos la excelencia y hacer de la tecnología y de la innovación el camino a seguir. Deberíamos hacer de ello una cuestión de estado y una oportunidad de todos y para todo.
Ricardo Maté
Director general de Sophos Iberia
La situación generada por la pandemia del Covid-19 ha colocado la digitalización en el centro de los negocios de miles de empresas en nuestro país. Ya no solo es una cuestión individual de cada compañía o de sus estrategias de crecimiento, sino que este año ha puesto de manifiesto que puede tratarse de la diferencia entre mantener la continuidad de nuestros negocios y seguir adelante o quedarse por el camino. Estos procesos de digitalización deben estar bien programados e integrados con las líneas de negocio de las compañías pero también con los equipos de TI y en especial con los responsables de la seguridad.
Otra de las cuestiones que ha puesto de manifiesto la pandemia es el relevante papel que juega la ciberseguridad en la continuidad de las empresas. En los momentos de mayor vulnerabilidad es cuando más atención hay que prestar a las posibles ciberamenazas a las que estamos expuestos y qué nivel de protección tenemos frente a ellas. Los ciberataques actuales son ataques dinámicos, en los que los grupos de cibercriminales están cambiando sus tácticas conforme acceden a las redes de las víctimas, lo que convierte la protección tradicional en una solución insuficiente y convierte en muy necesaria una protección basada en equipos de expertos de threat hunting dentro de las empresas que sean capaces de protegerlos frente a estos ataques dinámicos.
Como decimos desde Sophos, la ciberseguridad se ha convertido en un deporte interactivo en el que ya no podemos actuar como meros espectadores esperando a no ser atacados. Hay que dar un paso al frente e intentar buscar esas amenazas antes de que nos ataques, identificando los comportamientos de los cibercriminales y anticipándonos a sus ataques.
La digitalización de las empresas será un aspecto clave de negocio en 2021 que continuará manteniendo al alza el gran impulso vivido en esta área durante los últimos meses. Sin embargo, para que esta transformación sea real, duradera y profunda, tendrá que ser ante todo segura.
Sara Alvarellos
‘Innovation manager’ de Everis, Everis, an NTT DATA Company, y creadora de Makespace Madrid
La situación actual va a acelerar que abordemos una transición en el modelo económico y de país. Tenemos el reto de reinventar el sector servicios, la hostelería y el turismo, y de repensar los trabajos y profesiones que por necesidad van a tomar una dimensión más digital, o incluso desaparecer. Necesitamos una estrategia y plan de acción para asegurar oportunidades para toda la ciudadanía, que sí o sí pasarán por procesos formativos y de digitalización.
Creo que tenemos una enorme oportunidad de llegar a más personas y de enfrentarnos a tiempo a esta transición, que tendrá que ir acompañada de soluciones innovadoras, sostenibles y pensando en el impacto en las futuras generaciones, y no sólo en el solucionismo a corto plazo.
Será indispensable meditar bien cómo aprovechamos el acelerón de la digitalización de la Covid-19 para no dejarnos a ninguna persona fuera; reflexionar sobre cómo vamos a utilizar la tecnología para asegurar el acceso a la salud y educación. El reto es lo bastante relevante como para que se articule en torno a acuerdos y relaciones estables y a largo plazo entre entidades públicas y privadas. Necesitamos, en definitiva, un gran pacto de estado sobre las capacidades de la era digital. En los EEUU de la Gran Depresión, el Presidente Roosevelt trasladó a muchos de los trabajadores que habían quedado desempleados a construir muchas de los puentes y carreteras que aún hoy se emplean en el país. En España tenemos ahora la oportunidad de establecer los mimbres para crear los ‘puentes y carreteras digitales’ del futuro.
Ignacio Villalgordo
Director general de NetApp en España
Desde NetApp creemos que la Administración pública en su conjunto ha dado pasos significativos en cuanto a la digitalización, aunque siguen pendientes grandes retos, empezando por la modernización de sus infraestructuras. Situaciones como la pandemia del Covid-19 han servido para darnos cuenta de que teníamos que abordar la preparación e implementación tecnológica de soluciones como la virtualización de puestos de trabajo. La administración tiene que continuar y mejorar el servicio y atención a sus ciudadanos en situaciones extremas como las acontecidas este 2020.
La administración tiene que ser la que abandere este proceso en España. Liderando el paso definitivo a la digitalización y animando y ayudando al grueso del tejido empresarial, en especial a las pequeñas y medianas empresas, en que tomen esta senda que marcará un antes y un después en su continuidad de negocio con estímulos de inversión y la apuesta decidida por el I+D+i como motor de crecimiento.
El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia puede ser un punto de inflexión, brindando las infraestructuras necesarias como el despliegue del 5G -que posibilitará la creación de nuevos mercados y, por ende, nuevas economías colaborativas-, así como la apuesta decidida por tecnologías disruptivas como el Cloud. Y, por supuesto, trabajando en la transformación digital de los sectores más afectados por la pandemia como el turismo y la hostelería, sin olvidar los sectores tradicionales que han sido vitales en este tiempo de confinamiento como ha sido la agricultura y la energía. También reforzando servicios clave como la educación y la sanidad.
Es el momento además de apostar por la “España vaciada” ahora más indispensable que nunca, para llenarla de vida y esperanza y, de esta manera, trabajar en dos líneas: ayudando a revivir estos pueblos y dándole nuevas oportunidades a las personas más afectadas en este tiempo de pandemia -aquellas que ha perdido sus trabajos y hasta sus casas.
Es el momento de la tecnología, pero también es el momento del ciudadano, de ponerlo en el centro de esta transformación digital que nos está acompañando en el cambio de década.
Cristina Bescós
Directora de EIT Health Spain
Estamos en un momento de definir estrategias y de hacer apuestas de futuro. La pandemia nos ha abierto los ojos. Tenemos que atacar ahora los tres grandes retos de la innovación en España de forma clara y coordinada.
Por un lado, la coordinación y gestión. Es esencial que los mecanismos de ciudades innovadoras estén alineados con las especializaciones regionales y con las prioridades geopolíticas del país. Asimismo, debemos estar alineados con Europa.
El segundo reto es la digitalización: estandarización de los indicadores de resultados y procesos, pero, sobre todo, de identificadores digitales para poder hacer uso de la gran cantidad de datos que disponen los sistemas regionales en sus registros. Compartirlos, y darles uso sería algo necesario. El siguiente paso, sería conseguir una historia clínica más sencilla para agregar datos que son necesarios para los algoritmos de inteligencia artificial.
El tercer objetivo es la incorporación del ciudadano como recurso activo, en el centro de la gestión. La ciudadanía debe estar presente como uno más en la toma de decisiones y es importante crear mecanismos para que pueda participar e involucrarse en el proceso. Al final es el recurso más barato del sistema, y sobre todo el actor más interesado en su propia salud.
Por otra parte, es importante tener foco y apostar por la diferenciación. No tiene sentido que cada región intente abordar todos los sectores. Si queremos destacar, es mejor establecer prioridades según las fortalezas de cada territorio y apostar decididamente por ellas.
Para ello es necesario identificar los sectores estratégicos y crear hubs tecnológicos especializados en cada uno de estos sectores repartidos en el país. De este modo, mejoraríamos la eficiencia de las pequeñas y medianas empresas, y facilitaríamos el escalado de sus soluciones para que el volumen de negocio llegue no sólo más allá de su región, sino del país y de Europa. Tradicionalmente España cuenta con muchas micro-empresas que realmente tienen la innovación arraigada. Sería interesante apoyarlas en este escalado, para que consigan un tamaño medio y sean realmente competitivas.
Este año nos ha hecho ser conscientes de la importancia de la digitalización en salud y, en realidad, España parte de una muy buena posición. Los sistemas sanitarios cuentan con datos agregados mucho a nivel autonómico, pero lamentablemente no se comparten entre comunidades, se utilizan soluciones diferentes para su gestión y no existe un mapeo de las soluciones y capacidades disponibles en el territorio. Este es un ejemplo de cuán necesaria es la coordinación. Contamos con la materia prima -los datos-, pero debemos ser capaces de desarrollar servicios de valor añadido. Una gestión coordinada de estos datos maximizaría el impacto en cuanto al desarrollo y creación de nuevas soluciones de salud digital, especialmente de inteligencia artificial e incluso de oportunidades para la investigación.
En cuanto a los fondos europeos, nuevamente, considero que deben utilizarse con enfoque y decisión. El café para todos no debe ser una opción. En este sentido, en 2020 ha quedado claro que el sector salud debe ser uno de esos sectores prioritarios para los proyectos tractores.
Julia Bernal
Country Manager de Red Hat para España y Portugal
El plan de recuperación europeo supone una gran oportunidad para transformar nuestra economía y nuestra sociedad. Nos da herramientas para que nuestras organizaciones y administraciones se transformen en torno a la innovación y la digitalización. Acelerar la transformación digital aumentando nuestra inversión en tecnología, mejorando la cultura innovadora de nuestras empresas y fortaleciendo el ecosistema innovador de nuestro país son la garantía de nuestra competitividad futura y, con ella, de nuestra prosperidad como sociedad.
Y cuando se pone en marcha un proyecto tan grande en el que participan tantas personas, empresas e instituciones de diferentes sectores es importante pensar en el poder de la colaboración, y el impulso que da a la innovación. La innovación abierta, asegura un avance más rápido. Valores como los que encontramos en las comunidades de software de código abierto como colaboración, transparencia y meritocracia son esenciales para que las organizaciones sean más ágiles y estén preparadas para adaptarse a un entorno cambiante. En mi forma de entender son necesarios para la transformación que debemos realizar y que van a ser imprescindibles para lograr la recuperación que todos deseamos.
Desde mi perspectiva, esta transformación debe pasar, por tanto, por tres grandes vectores: adoptar tecnologías e infraestructuras abiertas que permitan adaptarse a distintas demandas de forma más flexible y resiliente, optimizar y automatizar los procesos empresariales para ser más ágiles y colaborativos, y favorecer una cultura corporativa abierta que favorezca la innovación y que se apoye en la meritocracia como pilar para el desarrollo de las personas dentro de las organizaciones.
Sonia Pacheco
Directora de Márketing y Comunicación de Globant para EMEA
La digitalización debe ser percibida como una gran oportunidad para generar cambios positivos en el plano de la modernización a todos los niveles, con capacidad de hacer emerger nuevas y amplias posibilidades en nuestras actividades socioeconómicas e industriales. Hoy en día miramos como modelos a sociedades avanzadas tecnológicamente y con ecosistemas de innovación sólidos. La tecnología es definitivamente un game-changer para el conjunto de una sociedad.
La digitalización debe concebirse en varias dimensiones, como generador de productividad, como impulsor de innovación y como un productor de riqueza. España, como muchos otros países, tiene frente sí retos complejos que afrontar.
En mi opinión, algunos de ellos van desde planes de adecuación e impulso en el desarrollo de capacitación en todos los niveles posibles, desde perfiles altamente cualificados que puedan liderar y prestigiar nuestra sociedad y organizaciones con por ejemplo la generación de nuevo conocimiento (PI) o impulso de soluciones a los retos actuales, pero también tejiendo una red de habilitación de capacidades digitales en capas anteriores que estimulen y permitan la incorporación práctica al sector y asimilación de muchos de los nuevos roles emergentes. También es crítico trabajar en la excelencia de nuestras universidades e instituciones elevándolos en la esfera internacional.
Igualmente es necesario incrementar y dinamizar la apuesta en el plano de la I+D, donde hay un amplio abanico de mejora con respecto al entorno comunitario, y no puede olvidarse el mitigar posibles barreras de acceso a la conectividad de calidad y ultrarrápida.
Todo esto encuadrado también sobre la construcción de una base de nuevas prácticas que posibiliten crear los estímulos adecuados para la atracción de la inversión. Estas medidas, entre otros factores, facilitarán un despegue y desarrollo pleno de primer nivel en la economía digital.
Estos últimos meses todo el país ha demostrado con creces su gran capacidad de adaptación para afrontar una circunstancia muy excepcional ante la que nadie estaba preparado. Este escenario nos ha llevado a una rápida flexibilización y la implantación del trabajo remoto, lo que ha provocado que muchas organizaciones y sus equipos, no siendo nativos digitales, se hayan actualizado en tiempo récord. Hemos detectado así muchas de nuestras vulnerabilidades, que nos ha puesto en el camino del diseño de una digitalización muy enfocada a una nueva realidad en la ya estamos trabajando. Una de las mayores fortalezas en el plano digital ha sido nuestra conectividad, con un aumento del tráfico de dos dígitos en esta etapa podemos señalar que internet ha sido un éxito, contamos con infraestructuras de primer nivel, lo cual sirve de base para el despliegue de un futuro sólido en nuestra economía digital.