Los estragos provocados por el cambio climático se dejan notar en las temperaturas extremas a las que nos enfrentamos. California no ha empezado la temporada de incendios con buen pie: ya han ardido más de 36.422 hectáreas del estado, cinco veces el promedio de los últimos cinco años, según fuentes oficiales.
Las altas temperaturas y el viento crean una tormenta perfecta para la rápida propagación de los incendios. En los meses de verano, y con gran frustración, no queda más remedio que comprobar la aplicación del tiempo en el teléfono; no para mirar la temperatura, sino para medir la calidad del aire antes de salir de casa. No es extraño ver una capa de cenizas en los patios de las viviendas.
No obstante, hay lugar para la esperanza. Vivimos los tiempos de la 'gran transición energética', un fenómeno que, para frustración de muchos, se produce de manera demasiado lenta. Estamos ante una batalla difícil de ganar y el tiempo apremia.
Las grandes empresas tecnológicas de California están a la vanguardia en la adopción de energías renovables. Entre ellas, destacan Apple, con su famoso lema "querer dejar el mundo mejor de lo que lo encontramos", junto con Microsoft y Amazon.
Silicon Valley lleva la voz cantante en el salto a la energía solar, pero a la vez, el ecosistema se enfrenta a dos grandes retos que generan un alto consumo eléctrico: la generación de inteligencia artificial y los centros de datos. El Big Tech tiene entre manos un arma de doble filo.
A medida que los servicios en nube y la inteligencia artificial se expanden, se requiere de la construcción de nuevos centros de datos. Esto supone otro reto para el sector tecnológico de EE.UU., ya que todo ello conlleva el incremento en la demanda de energía.
Afortunadamente, durante el último año los precios de los módulos solares y las baterías encargadas de la energía solar han bajado notablemente en Estados Unidos, lo que está propiciando un impulso en el avance de las renovables.
En el año 2023, un 3.9% de la energía generada en Estados Unidos provino de la energía solar, frente a un 43% proveniente del gas natural, según datos del Departamento de Energía del país.
El potencial de la energía solar para incrementar estos porcentajes existe, pero se encuentra con problemas logísticos en su avance. El principal obstáculo es la integración con la deteriorada red eléctrica del país, que no está preparada para lidiar con una elevada demanda proveniente de la energía solar.
Por su parte, el sector del petróleo sigue controlando gran parte de la política estadounidense, entorpeciendo los avances de las fuentes de energía alternativas. Los argumentos que usan a la hora de hacer frente al “rival verde” son los mismos de siempre: ¿qué ocurre cuando no hay sol o no hace viento?
Afortunadamente, existen startups que trabajan en alternativas cuando las condiciones climatológicas no son favorables. Es el caso de la canadiense Hydrostor, que cuenta con una licencia en California para poner a prueba una tecnología de aire comprimido.
Además, las opciones de almacenamiento para los excedentes de energía solar avanzan a buen ritmo.
Los datos no mienten. Estados Unidos produjo más energía solar en 2023 que nunca antes en su historia. La electricidad generada a través de la energía solar en 2023 fue suficiente para abastecer el equivalente a más de 22 millones de hogares, según datos de la organización Climate Central.
Virginia es uno de los estados en los que la expansión de los centros de datos de las grandes tecnológicas se ha hecho notar. Estos han provocado un aumento notable en la proyección de consumo de energía. La única solución para hacer frente a esta demanda reside en el potencial de las energías renovables.