Socializar en grandes urbes como Los Ángeles, donde el principal método de transporte es el coche, es una tarea ardua. Este es el causante de la falta de conexión personal en una ciudad cuyo transporte público hace esfuerzos por mejorar su pésima reputación.

La soledad es un mal que afecta a un reducido porcentaje de la sociedad, pero es bien conocido en Estados Unidos. Por eso, no es de extrañar que la nueva y disparatada idea de Silicon Valley sea un colgante con inteligencia artificial cuya principal misión es convertirse en tu amigo.

Todo angelino sabe que una relación entre alguien que vive en la ciudad de Santa Mónica y otra persona que se encuentra en el centro de Hollywood es imposible, por las distancias. Un joven CEO de 21 años piensa que este tipo de personas se merecen algún tipo de amistad, aunque ésta sea digital. 

Avi Schiffmann es el fundador de Friend, una startup que ya ha logrado captar 2,5 millones de dólares en capital. Lo más llamativo de esta historia es que de esa cantidad total, Schiffmann decidiera gastar 1,8 millones de dólares en adquirir el dominio friend.com.Ese dato ha despertado el interés de la prensa, que rápidamente se ha hecho eco de la historia y se ha convertido en el tema de conversación principal en el ecosistema estadounidense esta semana.

Los artículos sobre Avi Schiffmann y su idea para acabar con la soledad destacan esta arriesgada decisión del joven CEO. Schiffmann se defiende asegurando que cuenta con el respaldo de sus inversores.

A continuación, los periodistas pasan a hacer un repaso sobre el dispositivo en sí, pero dejando claro que la startup podría convertirse en el próximo juguete roto de Silicon Valley

El aparato en sí tiene pocas funciones destacadas: se trata de un colgante que “siempre está escuchando” a sus usuarios para ofrecerles una conversación amistosa. 

La privacidad de los usuarios es una cuestión que cada vez se toma más en serio y el hecho de que el equipo de marketing de Friend se atreva a usar esta frase tan libremente, es un tanto llamativo.

Friend es capaz de analizar conversaciones. Si detecta que su amigo humano se encuentra estresado, se encarga de enviarle un mensaje a través de la aplicación para darle ánimos. No aspira a convertirse en un psicólogo, simplemente, en “llenar” los momentos en los que alguien necesita ser escuchado.

Aparte de eso, no es capaz de hacer nada más. Su tecnología se basa en el modelo de lenguaje Claude 3.5 de la inteligencia artificial de Anthropic, pero su uso es limitado. 

Cada aparato, que es parecido a un AirTag, cuesta 99 dólares y ya está disponible para reserva anticipada. Los primeros pedidos comenzarán a llegar en enero del próximo año.

La compañía se enfrenta a un mercado complicado. Otros dispositivos similares como el pin de IA Humane, las gafas inteligentes de Meta o el hardware de Rabbit no han tenido una gran adopción. Friend aísla a las personas de sus entornos y las conduce hacia otras vidas paralelas totalmente digitales. Un futuro de película de ciencia ficción aterrador. Eso es lo que precisamente hace que su éxito sea incierto.