Ha transcurrido un año desde que Apple reviviera el concepto de la computación espacial con el anuncio de las gafas Apple Vision Pro y ahora la revolución de este dispositivo parece haber quedado en el olvido.

Esto no quiere decir que las Vision Pro sean un fracaso, todo lo contrario. Este portentoso dispositivo, que combina de manera casi armoniosa la realidad virtual con la aumentada, tiene un potencial todavía no descubierto.

Sin embargo, el primer producto que Apple lanzó el pasado mes de febrero después de años sin sorprender, no ha tenido el despegue esperado por muchos. Por una parte, las gafas todavía no están disponibles en la mayoría del mundo, y, por otra, su precio sigue siendo excesivamente elevado: 3.500 dólares (unos 3.150 euros), sin incluir impuestos.

La computación espacial era la tierra prometida de las startups, que siguieron de cerca el anuncio del nuevo producto de Apple con ansias de explorar el potencial de un nuevo mercado. En su día, la App Store lanzada para el iPhone generó todo un mercado digital revolucionario que se extendió por el mundo en tiempo récord.

Apple no quería que el mundo percibiera las Vision Pro como un objeto de entretenimiento, sino como un producto destinado a mejorar la productividad. Cierto es que, como pantalla sustituta de una tradicional, la experiencia es futurista y ciertamente ayuda a mejorar el ritmo de trabajo. Pero su peso hace que pasar horas con ellas puestas para su uso continuado pueda resultar agotador. 

Al viajar, las Vision Pro generan lo que se conoce como el fenómeno glasshole, un término acuñado en Silicon Valley para describir a aquellos que usaban las gafas experimentales de Google en entornos sociales. 

Llevar un dispositivo como este durante un vuelo atrae la atención de quienes están alrededor, pero, además, ofrece una experiencia plenamente satisfactoria para el usuario. En su modo virtual, las Vision Pro te transportan a cualquier lugar del mundo mientras lees o ves una película.

Entonces, ¿qué está ocurriendo con este dispositivo y la promesa de un nuevo mercado disruptivo como el de la computación espacial? El problema radica en la falta de herramientas o aplicaciones que justifiquen su alto coste.

Su campaña de publicidad de lanzamiento en Estados Unidos resultó un tanto peculiar, pues en ningún momento se explicaba el beneficio de adquirirlas. Cabe la posibilidad de que Apple confiara en que los desarrolladores de aplicaciones se encargarían de abrir el abanico de posibilidades. Sin embargo, a día de hoy, no existe ninguna aplicación que haya generado el hype necesario para que aumenten las ventas de manera radical.



Las comunidades de Vision Pro en Reddit están repletas de desarrolladores que buscan la opinión de los usuarios para dar con ese producto clave que puedan llevar sus startups al siguiente nivel. Pero por el momento, y sin que Apple aporte mucha información al respecto, su adopción prosigue a un ritmo lento, algo poco típico de la compañía.

La situación podría dar un giro radical si los rumores se confirman y la gran firma tecnológica decide lanzar un modelo de bajo coste en los próximos años. Esto permitiría a la compañía impulsar de manera decisiva la expansión de la computación espacial, reavivando el interés por una tecnología que, nos guste o no, está destinada a ser el futuro sobre cómo interactuamos en nuestro trabajo, cómo consumimos contenido de entretenimiento y cómo navegamos por la web.