El ambiente en Silicon Valley es tenso. Todas las miradas están puestas en el gobernador de California, Gavin Newsom, que dispone de hasta el 30 de septiembre para aprobar o rechazar una ley que regularía a las empresas que están desarrollando modelos de inteligencia artificial.
El proyecto de ley, bautizado como SB 1047, ha sido aprobado por el Senado californiano y es Newsom quien tiene que tomar la decisión final.
Por un lado, el gobernador siente la fuerte presión del sector tecnológico del estado, que ha mostrado gran rechazo a la propuesta de ley. Por otro lado, el proyecto ha sido respaldado por varios grupos a favor del control de la inteligencia artificial.
En su primer borrador, el proyecto de ley ofrecía grandes protecciones contra las amenazas impredecibles que puede generar la expansión de la inteligencia artificial. Una de las preocupaciones mostradas por estos mismos grupos, a favor de la aprobación de la ley SB 1047, reside en la posibilidad de que la inteligencia artificial “acabe aniquilando a la humanidad”.
Sin embargo, el borrador final dista mucho de su primera versión, ya que Silicon Valley ha puesto la maquinaria del lobby (grupos de presión políticos) en marcha para reducir su posible impacto en el caso de que sea aprobada.
Compañías como OpenAI y Meta han mostrado su rechazo absoluto de esta ley. Entre sus oponentes también figuran grandes firmas de inversión en Silicon Valley como Y Combinator y Andreessen Horowitz. Según estos grupos, las nuevas regulaciones ralentizarán la evolución de la tecnología, que hasta ahora ha avanzado a grandes pasos.
De manera casi impredecible, Elon Musk se ha mostrado a favor de la ley, a pesar de que el magnate se encuentre trabajando en la captación de capital para su propia empresa de IA. Llegados a este punto, podríamos sospechar que los intereses de Musk son distintos. Bien es conocida su disputa pública con Sam Altman, CEO de OpenAI; por lo que una ley así podría beneficiar a Musk para paralizar el avance de ChatGPT mientras él prosigue con el desarrollo de xAI.
La postura del gobernador de California no está clara. El sector tecnológico ha demostrado descontento en varias ocasiones con los elevados impuestos que se pagan en el estado. Prueba de ello es que varias corporaciones como Tesla y Oracle hayan decidido abandonar la meca del ecosistema tecnológico por excelencia en el país. Rechazar una ley así podría aumentar más la tensión entre los demócratas y Silicon Valley.
No obstante, Newsom tiene la oportunidad de influir en el futuro de la regulación de la inteligencia artificial. California podría convertirse en un referente, aunque lo ideal sería que esta regulación proviniera del gobierno federal. Si Estados Unidos asumiera una posición clara al respecto, se lograría una mayor coherencia.
Esto abre las puertas a que cada uno de los 50 estados del país apruebe leyes diferentes y que cada compañía cambie de sede solo para competir con leyes más laxas.
El proyecto de ley exige que los desarrolladores de grandes modelos de inteligencia artificial refuercen las medidas de seguridad, que se impongan protecciones para aquellos empleados que quieran denunciar posibles amenazas de la tecnología e impone evaluaciones previas al despliegue de la IA para evitar posibles usos indebidos, como el desarrollo de tecnologías dañinas.
Queda por ver quién ganará este pulso. Silicon Valley tiene más fuerza gracias a la presión política y económica que ejerce sobre el estado, aunque la aprobación de una ley como esta marcaría un precedente histórico.