En ocasiones Miami recuerda mucho a Water World, la utopía de Kevin Costner en un mundo donde la tierra firme escasea. En otras, a Miami Vice, la mítica serie de Don Johnson, traducida al español sin muchos miramientos como 'Corrupción en Miami'. De aquella época quedan edificios, la forma de vestir, la música y algunas malas costumbres… El pasado fin de semana se celebraron los 40 años de la serie con diferentes actos en Miami Beach, sobre todo, y también Edgewater, escenarios reales de la acción.
Los actores rememoraron pasajes, vivencias y anécdotas, pero, en general, se destacaba lo mucho y bien que ha mejorado la zona en cuanto a negocios, nivel de vida y seguridad. Es cierto.
Ahora, la ciudad encara otros retos, el del agua, el cambio climático y la energía. Algo extensivo a toda la humanidad, pero que aquí es más palpable. La ola de innovación tiene sus ventajas, como la búsqueda de nuevas fuentes de energía. Una empresa de Palm Beach Gardens, acaba de recibir el apoyo del Departamento de Energía de Estados Unidos. Blue Biofuels -así se llama la empresa- ha conseguido 1,5 millones de dólares para convertir la celulosa de las plantas, en energía. Esas plantas incluyen también las algas. Ben Slager, CEO de la compañía, cree que este dinero servirá para poder comercializar su invento, más allá de las pruebas actuales donde han utilizado caña de azúcar, plantas y restos de mazorcas de maíz.
Y, bueno, si se trata de ponerse futurista las lanchas voladoras son parte del imaginario popular. Conectar Miami con Miami Beach es la eterna promesa que nunca se cumple. Hay puentes, pero poco más. No existe algo parecido a un ferry. Sí hubo intentos, pero nunca que fuese asequibles y con frecuencias que hicieran planteárselo.
UrbanLink Air Mobility le ha dado un enfoque distinto. Ha comprado 20 barcas flotantes eléctricas, sin emisiones, a Artemis Technologies, conocida por sus taxis acuáticos de lujo. Su plan pasa por estrenarse en 2016 en el Sur de California, Florida y el Caribe. Prometedor, pero todavía toca esperar.
La compañía está asociada a eVTOL, que ya tiene vuelos charter de corto radio. Casi casi como un autobús con alas, pero más caro. Después de algunas pruebas, sigue pendiente de la aprobación por parte de FAA, la autoridad que regula el transporta y comunicaciones. Todo un síntoma de la saturación del tráfico en esta urbe, y, a la vez, del fracaso total de cualquier solución de transporte público.
Llama la atención que ante todos estos planes futuristas, no aparezcan propuestas desde este ángulo.
Optimismo fundamentado
Este pensar diferente, sin perder los principios por lo privado, no es solo una sensación. Es mensurable. El último estudio sobre las mejores ciudades para lanzar y crecer startups en Estados Unidos, CoWorking Mag, que mezcla innovación y real estate (inmobiliaria) coloca a Miami en el octavo puesto, por delante de Denver y Boston, esta última bien conocida por su apuesta por salud y tecnología.
En el estudio se ha tenido en cuenta un aspecto que casi siempre está fuera de las mediciones: la red de apoyo. Algo en lo que Miami sí destaca. No solo desde el punto de vista institucional, sino también entre los pares. El momento que vive la ciudad se toma como un triunfo colectivo. Dar la bienvenida y ayudar en los primeros pasos es parte del secreto del éxito.
Otros factores relevantes son el acceso a inversión, coste operacional y acceso a talento. ¿Qué ciudad está en el número 1? Sí, San Francisco. El acceso a venture capital calentito sigue marcado el paso.