Silicon Valley respira aliviado estos días. Ha ganado una importante batalla contra el gobierno de California: no habrá ley de regulación de inteligencia artificial, al menos, por el momento.

El pasado mes de septiembre, el Senado del estado aprobó una regulación que establecía límites para controlar el crecimiento de la tecnología. El objetivo era fijar una serie de parámetros que permitieran gestionar su uso y expansión de manera responsable.

Gavin Newsom, gobernador de California, tenía la posibilidad de hacer oficial la ley o rechazarla. En esta ocasión, ganaron los “lobbies” o grupos de presión políticos respaldados por el dinero de Silicon Valley.

De haber sido aprobada, esta ley habría marcado un precedente histórico en la regulación a nivel mundial, pero también habría ralentizado el imparable avance de la inteligencia artificial, cuyo desarrollo es tan rápido que los gobiernos de todo el mundo están quedando rezagados en su capacidad de regularla.

Su aprobación hubiera supuesto un duro revés para compañías como OpenAI, Google y Meta, que veían peligrar sus productos estrella. La ley SB 1047, que ya no verá la luz, hubiera dejado en desventaja a las firmas más importantes, responsables de la aceleración de la IA, frente a otros rivales internacionales.

El objetivo del proyecto SB 1047 era también controlar los modelos de aprendizaje automatizado para evitar daños críticos, como un ciberataque que causara al menos 500 millones de dólares en daños, o un incidente que provocara víctimas humanas de manera masiva.

Los argumentos de Newsom en su rechazo son similares a los razonamientos de las firmas tecnológicas: los términos empleados resultaban ambiguos y el objetivo principal era regular los modelos más grandes, como ChatGPT 4.

Si alguna de las compañías tecnológicas hubiera enfrentado una demanda, el caso habría recaído en las manos de jueces que tendrían dificultades para interpretar la ambigüedad de la ley SB 1047. 

Sin embargo, el gobernador demócrata no quiere dejar pasar la oportunidad de poner sobre la mesa un borrador nuevo, mejorado y con el visto bueno de expertos en el sector. Se trata de una gran oportunidad para el estado, ya que a nivel federal no ha progresado ninguna iniciativa relacionada con la regulación de la industria.

Para ello, Newsom se ha aliado con investigadores de IA, entre ellos la profesora Fei-Fei Li, de la Universidad de Stanford, quien trabajó en Google en el pasado y se considera una de las figuras más prominentes en este campo.

Scott Wiener, el senador demócrata responsable de esta ley, mostró su descontento con la decisión del gobernador y argumentó que esto representaba una victoria para las grandes corporaciones, dejando a los usuarios en desventaja. 

Además, Wiener afirmó que Silicon Valley orquestó una campaña de desinformación para poner a los votantes en contra de su proyecto de ley.

Por su parte, Newsom no ha ofrecido más detalles sobre cómo elaborará la nueva ley ni cuándo podría estar lista. Por ahora, los magnates de la IA en Silicon Valley tienen luz verde para seguir adelante con este gran experimento, sin que el gobierno los vigile de cerca y sin importar el impredecible futuro.