Miami Beach, en una imagen de archivo.

Miami Beach, en una imagen de archivo.

América Tech Desde la otra orilla

'Dinner of the Year': capital y talento se dan la mano en la feria Art Basel

Miami (EEUU)
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Dinner of the Year, como título suena pretencioso. Sin embargo, cumplió las expectativas y dejó un panorama bastante claro del Miami actual y el futuro que se está construyendo. El New World Center de Miami Beach, uno de los espacios de conciertos más emblemáticos y a la vez más avanzados en cuanto a tecnología.

Hubo algunos aspectos clave además de contar con los family offices más destacados de USA y Latinoamérica. Durante la velada, en la platea en la que normalmente los músicos actúan, estuvieron las mesas de comensales, vestidos de gala. En el escenario hubo dos invitados que dejaron mensajes de gran calado.

Bernie Moreno es una de las personas más buscadas en el mundo hispano. Senador por Ohio, recién electo, republicano, nacido el Colombia y empresario. Lo tiene todo para caer bien en Florida. Y su discurso encaja perfectamente. Basándose en su ejemplo defendió una política migratoria ordenada, basada en méritos y capacidad. "Tenemos que premiar a la gente que quiere invertir, a los que aman este país y quieren hacerlo todavía mejor", sostuvo.

Destacó la oportunidad que representa Latinoamérica y la importancia de establecer puentes tanto culturales, como de seguridad y comercio.

A continuación, los organizadores de ArtedeFashion, con Sofía Víctoria de la Peña al frente, dio paso a Moishe Mana, el creador del Meatpacking District de Nueva York y de Wynwood en Miami, dos de los espacios más creativos a nivel mundial. Mana, hecho a sí mismo, insistió en el papel de la inmigración, así como sentar bases para que la creación intelectual sea un activo diferencial en Estados Unidos.

Waymo llega a Miami

El tráfico durante estos días de Art Basel ha sido un auténtico tormento. Y, hay que reconocerlo, se han aumentado las opciones para moverse de manera rápida y eficiente. El trolley, una especie de bus retro gratuito y con rutas bien pensadas, ha doblado su frecuencia.

Además, se puso un ferry para unir Miami y Miami Beach, cruzando la bahía cada 15 minutos, desde las 7 de la mañana hasta la medianoche. No fue suficiente. Una de las imágenes más repetidas fue un pantallazo de precio estimado en Uber. La carrera de apenas 15 kilómetros entre un punto y otro sumaba entre 280 y 320 dólares, según el tipo de vehículo que se escogiese. Es decir, un robo. Un descontrol. La oferta y la demanda en estado puro, sin filtros, sin acolchar.

Sin embargo, durante la cena uno de los puntos de conversación más recurrente fue que Waymo, el sistema de taxi sin conductor de Google, llegará a Miami. Ya está confirmado. Lo hará de manera efectiva en 2026, aunque las pruebas serán antes.

Este año intermedio deja margen para que los conductores actuales se adapten, para que los que cuentan con flotas de coches para alquilar, contemplen usos alternativos. Y, también, importante, para que los pasajeros se vayan mentalizando.

Uber ha sido y es en Miami una forma de iniciación para los recién llegados. Pasajeros y conductores. Para los primeros, porque se ponen al día de las conversaciones de la calle, de las preocupaciones, de la política, de las leyendas urbanas.

Para los segundos, es la forma de entrar al mercado laboral en la mayoría de los casos, sobre todo de los que llegan de Cuba y Venezuela con asilo político. Tienen permiso de trabajo pero no un pasado, aunque tengan títulos, laboral para insertarse directamente en su rubro. Uber les permite empezar a pagar facturas y conectar con gente. A partir de ahí, comienza el sueño americano.

También es necesario mencionar, que en Estados Unidos conducir se considera como saber leer y escribir. El examen de conducir es bastante más laxo que en Europa y es, relativamente normal que cuando alguien llega a la tercera edad siga al volante pero con restricciones de horas para moverse y los lugares a los que pueden ir.

También que en Miami casi nadie usa los intermitentes. Lo consideran un signo de debilidad: "¿Por qué le tengo que contar yo a nadie hacia dónde voy a ir". Sin comentarios…