Elon Musk (i) y Donald Trump (d) en el Despacho Oval el pasado 11 de febrero.

Elon Musk (i) y Donald Trump (d) en el Despacho Oval el pasado 11 de febrero. Reuters

América Tech Desde la otra orilla

Público y privado, una frontera difusa y polémica

Miami (EEUU)
Publicada

Un e mail al final de la semana relatando las tareas ejecutadas. Sencillo y polémico. Esta petición, habitual en el mundo tech. En Facebook (y muchas empresas de Silicon Valley) se utiliza un sistema de reporte en ese estilo. Son los llamados HPMs: Highlights, Progress and Me.

Consiste en contar los highlights, lo más destacado de la labor de uno, es decir, el momento del auto-bombo, después los avances; progress, en los proyectos o tareas asignadas; y algo de índole más personal, el me. Este último punto, aunque parezca mentira, es relevante. Sirve para crear vínculo, unión, para entender si ha habido algún problema de índole personal o se ha ganado un concurso de disfraces.

Lo ideal es enviarlos el jueves, aunque siempre hay algún rezagado que lo envía el viernes. No deben ser más de tres o cuatro puntos por sección. Lo ideal es que el personal sea uno y no pasarse con los highlights. Según el tamaño de la compañía, se envía al equipo propio o a toda.

En TheVentureCity, Laura González-Estéfani, early employee de Facebook, y creadora del fondo después, adoptó ese método para coordinar y hacer avanzar a su equipo. Un método práctico y sencillo, cohesivo y colaborativo.

Lo que propone Elon Musk en la administración podría interpretarse en esa misma línea, salvo por algunos detalles importantes: quiere que todos los empleados públicos federales, el equivalente a funcionarios estatales, reporten por email antes del lunes, lo que hicieron la semana anterior. Todos es todos. Esto incluye todo tipo de perfiles. Desde trabajadores sociales a los veteranos, algo que desde España puede sonar a peliculero, pero aquí es muy sensible.

Muchos de los homeless que se ven en los centros históricos de grandes urbes del país son veteranos que no se han reinsertado tras años de servicio militar, en ocasiones en el frente y con frecuencia con traumas psicológicos o discapacidades físicas. Es decir, desde la perspectiva de la nueva administración, son fácilmente calificables como poco productivos. Sin embargo, tienen el reconocimiento de la sociedad y su simpatía, además de ser piezas clave los que son capaces de entrar en servicios sociales y reinsertar a otros. ¿Cómo se mide su productividad? ¿Cómo lo van a valorar?

Este sencillo e mail puede ser un mundo para ellos. Pero para Musk no hay vuelta atrás. La cantidad de ruido social que están generando es el primer gran escándalo que va más allá de republicanos o demócratas en este nuevo periodo presidencial.

Tech, sí, pero no

Estos métodos de empresas tech tienen sentido dentro de un marco concreto. El nuevo dueño de Twitter, ahora X, tiene problemas para discernir entre público y privado. Entre lo que se puede recortar y lo que no. En su propia empresa, X, hubo un momento en que sucedió lo contrario.

Durante la administración Obama se pasó a convertir las cuentas de instituciones en patrimonio del estado. Es decir, que los mensajes desde cuentas oficiales de gobierno y sus cargos, pasan a ser parte del archivo histórico y deben ser una pieza que pase de administración en administración con cada cambio electoral. Una medida que con la óptica actual se considera innecesaria y radical.

La gran pregunta es cuánto más aceptará la sociedad. Tocar a los veteranos es una cuestión extremadamente sensible.