
El interés de los inversores cambia junto con la nueva política de EE.UU.
En tiempos de guerra y caídas en bolsa, hay un sector que siempre sale ganando: el militar. Los conflictos regionales en Israel y Palestina, así como en Rusia y Ucrania, mantienen en auge la industria armamentística.
El incremento de las tensiones internacionales no parece que vaya a disminuir en los próximos meses. Mientras Trump sigue amenazando al mundo con aranceles exorbitantes, los mercados financieros reaccionan negativamente ante la posibilidad de un nuevo orden mundial.
Las constantes amenazas de Trump a aliados como Canadá, han provocado una caída en picado de la bolsa estadounidense desde su regreso a la Casa Blanca hace apenas unas semanas.
Y en tiempos de inestabilidad política, el sector militar florece. Son las únicas acciones que no pierden valor en momentos como el que atravesamos.
El nuevo gobierno republicano, que prioriza la producción nacional y el lema “América primero”, también está impulsando una fase de reflexión en Silicon Valley.
Biden apostó firmemente por la nueva economía verde, promoviendo proyectos destinados a reducir las emisiones contaminantes. Sin embargo, la administración Trump “no cree” en el cambio climático.
Hace apenas un par de años, se hablaba de que “la transición energética hacia soluciones innovadoras para mitigar los efectos del cambio climático traería una nueva revolución industrial”.
Sin embargo, el cambio radical de política del gobierno ha desincentivado a los inversores a apostar por este tipo de soluciones. Las grandes petroleras, como BP, han interpretado esto como una señal para desmantelar sus programas ecológicos y anunciar una mayor inversión en la extracción de petróleo y gas natural.
El ecosistema empresarial se adapta a los nuevos tiempos. En este contexto, los inversores están dirigiendo su atención hacia startups que innovan en el sector militar. Dentro de esta categoría, la inteligencia artificial está viviendo su propio auge.
Recientemente, la startup angelina Castelion captó 100 millones de dólares en una ronda liderada por Lightspeed Venture Partners. La empresa se especializa en la producción de armas hipersónicas que alcanzan mayores velocidades y tienen menores costos.
Fundada por ex empleados de SpaceX, Castelion ya cuenta con contratos con la marina, la fuerza aérea y el ejército de EE. UU.
Epirus, otra startup militar con sede en Los Ángeles que ha despertado el interés del gobierno, acaba de cerrar una ronda de financiamiento Serie D por 250 millones de dólares. Fundada en 2018, ha alcanzado la categoría de unicornio.
La empresa desarrolla sistemas antidrones capaces de detectar su presencia y neutralizarlos.
Como no podía ser de otra manera, otra gran compañía aeroespacial en este escenario es SpaceX, fundada por Elon Musk. Sin embargo, tras años de crecimiento explosivo, el comportamiento público reciente de Musk está haciendo que la firma pierda contratos multimillonarios. Uno de ellos con el multimillonario Carlos Slim en México.
El programa de telecomunicaciones de la red de satélites Starlink es único en el mundo, pero la reputación de la empresa se está viendo afectada por el intervencionismo radical de Musk en la política internacional. Por ahora, SpaceX sigue dependiendo de los sólidos contratos que mantiene con el gobierno federal.