Las personas de mayor edad han encontrado en el reconocimiento biométrico un aliado para realizar con seguridad los trámites y consultas bancarias más habituales. Un ejemplo innovador es el banco argentino Supervielle con su app móvil para pensionistas: una aplicación que en apenas unos meses ha superado la cifra de los 150.000 usuarios y se ha posicionado como referencia del human banking, el modelo impulsado por la compañía para avanzar en la digitalización sin perder de vista la cercanía y trato humano a los clientes.
El software de esta aplicación, desarrollado por la tecnológica española FacePhi, ha permitido eliminar en pleno avance del Covid-19 la presencialidad en los trámites bancarios más habituales para los jubilados argentinos, como el cobro mensual de la pensión, que supone desplazarse a las propias oficinas de la entidad para dar “fe de vida”.
Con este nuevo sistema, para crear una cuenta bancaria, tan solo es necesaria una foto al documento de identidad y un selfie del usuario. De esta forma, una vez son clientes de la entidad, pueden iniciar sesión de forma sencilla y realizar diferentes trámites como confirmar su derecho a pensión, consultar la fecha de cobro, revisar comprobantes de pago o validar una retirada de efectivo desde casa.
“El uso de sistemas biométricos para acceder a cuentas bancarias se está incrementando notablemente entre los usuarios de mayor edad en distintos países, muchos de ellos de Latinoamérica, que ven en esta tecnología una forma práctica y amable de realizar las operaciones financieras más comunes”, explica Javier Mira, CEO de FacePhi.
“La introducción de esta digitalización al alcance de todo tipo de clientes tiene un impacto social positivo, especialmente en la coyuntura del Covid-19, en la que es recomendable evitar que las personas mayores acudan a espacios cerrados para hacer trámites bancarios o administrativos. Esta tendencia seguirá avanzando, y no tardará en afianzarse también en España”, destaca Mira.
La creación de esta app sienta un precedente en la lucha contra el fraude para la banca latinoamericana. Gracias a la seguridad que proporciona la combinación del reconocimiento facial con la lectura electrónica de caracteres, este sistema impide las suplantaciones de identidad, ayudando a los bancos y administraciones públicas en la lucha contra el fraude y la ciberdelincuencia.
“La identificación biométrica ya había dado sus primeros pasos en Argentina, donde los pensionistas podían verificar su identidad por medio de sistemas de reconocimiento de huella implantados en los propios bancos. Sin embargo, la situación de confinamiento y posterior riesgo que ha supuesto la pandemia está impulsando el cambio a sistemas de autenticación por reconocimiento facial, totalmente contacless y que pueden integrarse en casi cualquier móvil con cámara del mercado”, puntualiza Javier Mira.