La Universidad de Stanford, considerada cuna mundial del emprendimiento, cuenta con una división de estudios latinos enmarcada dentro de su escuela de negocios. En pleno corazón de Silicon Valley quieren entender cuáles son los motivos por los que las empresas, startups y negocios creados por latinos no tienen las mismas posibilidades de prosperar que los de los americanos blancos.
El fenómeno del emprendimiento latino ha crecido notablemente en los últimos años. En los últimos diez se ha incrementado en un 34% el número de empresas con dueños latinos, frente a un crecimiento del 1% en el resto de segmentos de población que conforma Estados Unidos.
Además, sus ingresos crecen a un ritmo más rápido. Un buen arranque que se desmorona al pedir créditos. Solo el 20% de los emprendedores latinos que solicitaron préstamos superiores a 100.000 dólares recibieron una respuesta positiva por parte de bancos nacionales, frente al 50% global. Esta dificultad hace que los emprendedores busquen otras formas de financiación con un mayor riesgo económico, como créditos personales, ahorros de amigos y familiares o hipotecando alguna propiedad.
Entre las industrias en las que más crecen destacan construcción, finanzas y seguros, transporte y almacenamiento y, por último, bienes raíces (mercado inmobiliario). Sin embargo, en tecnología continúa la brecha tanto en empleo como en acceso a capital riesgo (venture capital).
En este ámbito, utlilizan un atajo: muchos dueños de empresas se alían y forman parte de organizaciones, como cámaras de comercio o asociaciones comerciales, a través de las cuales tienen más posibilidades de éxito a la hora de buscar financiación. Otro dato interesante es la edad de los negocios: mientras que la de las empresas, en general, es de 14 años; las de los latinos tienen diez.
Las mujeres, más afectadas por la pandemia
El estudio, dirigido por Jerry Porras, profesor de Stanford y autor de ‘Éxito duradero’, refleja la desigualdad dentro de la desigualdad. Si ya los latinos parten en inferioridad de condiciones, las mujeres están en un peldaño inferior. Han cerrado el doble de empresas lideradas por latinos: un 30% frente a un 16%. Y los despidos también pasan del 17% al 12% si son empresas creadas por mujeres.
Los datos reflejan que las empresas con latinas al frente tienen menos fondos para poder sobrevivir seis meses sin ingresos. Solo una de cada diez puede permitírselo. En el caso de ser un hombre el dueño, se lo pueden permitir dos de cada diez.
El trabajo en remoto es también otro de los motivos de esta brecha. En el informe los empresarios latinos apuntan a que solo el 20% de sus empleados puede trabajar de forma remota. Una cifra que en el caso de firmas dirigidas por hombres blancos llega al 48%.
Este análisis, que cada año se presenta en el auditorio Cemex de la Universidad, no se pudo celebrar físicamente, pero sí se emitió online. Entre los puntos más polémicos estuvo la constatación de que estos empresarios no han tenido facilidad para sumarse a los créditos blandos que emitió el gobierno para paliar los efectos del Covid-19. A pesar de todo, se destacó el optimismo general del latino. Como recomendación final, se pidió a las instituciones que les presten más atención.