El Puerto de San Diego en California se abrió a la economía marítima en el año 2016 con la inauguración de su Incubadora de Economía Azul. Hasta entonces, no existía un puente que conectara la ciudad costera con las startups dedicadas a este sector.
Con el objetivo de cerrar la brecha y propulsar la explotación de la economía marítima, el Puerto de San Diego ayudó a relanzar la iniciativa del Puente Tecnológico avalX para el Sur de California, proyecto que precisamente se encarga de atraer al sector privado de la región para impulsar misiones conjuntas.
El ejército de Estados Unidos mantiene su propia alianza con el puerto. El Centro Naval de Guerra Submarina (NUWC por su siglas en inglés) también se beneficia de los proyectos que nacen en la incubadora.
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“Gracias a la Incubadora de Economía Azul, el Puerto de San Diego ha logrado captar la atención en todo el mundo y continuaremos allanando el camino para nuevos proyectos que contribuyan a proteger y preservar los valiosos recursos”, comenta Rafael Castellanos, miembro del equipo directivo. “Nuestra asociación con la Marina nos ayudará a obtener más logros y a poner la bahía de San Diego en el mapa tecnológico”.
Alianzas con su portfolio de startups
Una parte clave del programa de incubación diseñado por el Puerto de San Diego es que, no solo ayuda a las startups durante la duración del programa, sino que éstas también tienen la posibilidad de acabar trabajando con el puerto.
Econcrete es una de ellas. La startup, proveniente de Israel, ha creado una forma de hormigón ecológico que ayuda a proteger la biodiversidad marina y a extraer dióxido de carbono del agua.
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El hormigón de Econcrete ayuda a preservar las costas y la infraestructura marítima. En el caso del Puerto de San Diego, la startup elaboró un escudo estructural en forma de roca que también puede hacer las veces de hábitat para la vida marina.
Este proyecto piloto fue exitoso, ya que se pudo demostrar el aumento de especies nativas y no nativas en la construcción, en comparación con otros tipos de estructuras tradicionales.
Tras el éxito del estudio en el Puerto de San Diego, Econcrete ha expandido sus operaciones y ahora colabora con puertos españoles para impulsar la vida marina en lugares clave como el Puerto de Málaga y en Cala Ratjada, Mallorca.
Por su parte, EcoSpears es una startup que se encarga de eliminar químicos del agua, incluyendo las sustancias perfluoroalquiladas (elemento químico sintetizado) y los PCBs (bifenilos policlorados).
En su piloto con el Puerto de San Diego, la startup instaló 450 unidades de sus EcoSpears en tres localizaciones de la bahía para absorber contaminantes de manera pasiva.
En diciembre del año pasado la compañía retiró estas instalaciones para empezar a estudiar el impacto en la limpieza de toxinas. Las islas del Pacífico han mostrado interés en la tecnología de la startup y estudian instalar esta tecnología para mantener sus aguas libres de químicos.
En esta misma línea de lucha contra elementos contaminantes en el agua, FredSense ha creado un sensor “cinco en uno” capaz de estudiar, casi en tiempo real, los niveles de aluminio, cobre, plomo, zinc y níquel en el agua. Se trata de una tecnología crucial para controlar las aguas pluviales.
Por último, otra de las startups que destacan dentro del programa de incubación del Puerto de San Diego, es Sunken Seaweed. La compañía se dedica a la acuicultura de algas marinas.
A través de esta técnica, el equipo de biólogos de Sunken Seaweed ha cultivado, trasplantado y recolectado varias especies de algas marinas que son nativas del sur de California.
Las instalaciones de sus granjas acuáticas tuvieron lugar en los muelles y las dársenas del puerto. La instalación ha mostrado ser un éxito a la hora de capturar dióxido y mejorar la calidad del agua y la biodiversidad.
El Puerto de San Diego se ha comprometido a destinar 1.7 millones de dólares en inversiones. Este compromiso ha contribuido a incrementar, de manera significativa, las iniciativas de economía azul en la ciudad californiana.