Las administraciones públicas, tanto la estatal, como las regionales o las municipales, están cada vez más comprometidas con el binomio formado por la tecnología y el respeto al medioambiente.
A lo largo del año, en D+I encontramos muchos ejemplos de diferentes proyectos concretos que sirven a un ayuntamiento, por ejemplo, para tomar decisiones acertadas basándose en desarrollos de inteligencia artificial.
En este contexto, una tendencia que poco a poco va ganando peso en los despachos de las instituciones públicas es la confianza que van teniendo nuestros gestores en toda la información que cae del cielo. O, dicho de otro modo, los datos provenientes de la información que capta esa constelación invisible de satélites que monitorizan cada vez más todo lo que ocurre aquí abajo.
D+I reflexiona sobre ello con Pablo Quesada, CTO y cofundador de Agforest, una compañía especializada precisamente en proyectos relacionados con los datos geoespaciales y que ya trabaja con cierta asiduidad con proyectos de gestión pública.
"Creemos firmemente en el poder de los datos geoespaciales para construir un futuro más sostenible", concede Quesada antes de entrar en materia.
Y entrar en materia es hablar de diversas iniciativas que tiene en marcha esta compañía y que sirven de ejemplo sobre cómo la administración pública está cada vez más receptiva a la hora de utilizar este tipo de tecnología.
En Valladolid, por ejemplo, han confiado en esta compañía para la elaboración de un censo municipal de amianto, que ha sido elaborado utilizando imágenes satelitales de alta resolución y herramientas personalizadas de teledetección e inteligencia artificial.
Quesada avisa de que en estos momentos sólo un 5% de los más de 8.000 ayuntamientos de España cuentan con un censo de estas características, un dato "preocupante" teniendo en cuenta que la legislación vigente marca que en 2032 no debe quedar resto de amianto o que, antes, en 2028, ningún edificio público puede contener rastro de este material contaminante.
Para ello, dicha empresa ha desarrollado un método automático, preciso y eficaz, con el fin de localizar estas estructuras de manera no invasiva, evitando métodos clásicos de inspecciones visuales y toma de muestras en campo, "anulando el riesgo de enfermedades y ahorrando tiempo y recursos".
De esta manera se cumple la previsión de la Ley 07/2022, del 8 de abril de residuos y suelos contaminados para una economía circular, que obliga a los ayuntamientos a realizar un inventario de instalaciones y emplazamientos con amianto.
Gracias a su tecnología, el equipo de Agforest ha proporcionado la información necesaria sobre la situación del municipio frente al problema del amianto. Los resultados del estudio reflejan que, del total de 17.114 edificaciones catastradas en el municipio, únicamente en 5.162 se han detectado cubiertas de amianto. Esta cifra supone el 30,16% de las construcciones del municipio, o lo que es lo mismo, un 10,35% de la superficie construida. Cifras muy por debajo de la media nacional.
Gracias a este control satelital, un ayuntamiento puede tener caracterizado de manera automática e inteligente en dos meses el 90% del amianto presente en el municipio, lo cual es un avance muy importante, según la compañía.
El control del amianto no es el único problema que obliga a cada vez más ayuntamientos -Tarrasa es otro de ellos- a confiar en el procesamiento inteligente de los datos procedentes de satélites.
Sumideros de CO2
La conservación de la biodiversidad urbana es el objetivo del proyecto LifeWatch Alborán. Siguiendo el mismo esquema que el explicado para la monitorización del amianto, empresas como Agforest elaboran mapas de absorción de CO2.
"Los sumideros de carbono desempeñan un papel crucial en la mitigación del cambio climático, ya que ayudan a reducir la cantidad de CO2 en la atmósfera, un gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global", explican desde la compañía.
Los objetivos de dicho proyecto son anticipar efectos como el cambio climático, agotamiento de los recursos, dependencia energética y de materiales, y reducción de la biodiversidad, mediante la incorporación de las TIC; potenciar la I+D+I generando modelos de investigación que puedan aplicar resultados a los proyectos concretos que se desarrollen y transferir el conocimiento a gestores de la administración pública, investigadores, empresas y ciudadanos para formular políticas o tomar decisiones que preserven la biodiversidad.
En Málaga, esta empresa también está trabajando en el fenómeno de las islas de calor urbanas (UHI, por sus siglas en inglés, Urban Heat Island), mediante el cual las áreas urbanas experimentan temperaturas más altas que las áreas rurales circundantes debido a las actividades humanas y la urbanización.
El efecto de la isla de calor urbana puede tener varios impactos negativos, como un aumento en el consumo de energía para la refrigeración, la exacerbación de condiciones meteorológicas extremas y un impacto en la salud de las personas, especialmente en épocas de olas de calor.
Para mitigar el efecto de la isla de calor urbana, las ciudades pueden implementar estrategias como aumentar la cantidad de áreas verdes, promover la construcción sostenible, utilizar materiales reflectantes en las superficies urbanas y reducir las emisiones de gases contaminantes. Estas medidas pueden ayudar a crear entornos urbanos más frescos y sostenibles y tomarlas, en buena medida, empieza a depender de los datos que llegan de los satélites.
Esta compañía pretende facilitar la participación de la población en la aportación de datos ambientales para conseguir la elaboración de mapas de calor en tiempo real.
Otro de los campos de suma importancia en la actualidad es la gestión de los recursos hídricos. También ahí los satélites están empezando a emerger como el socio ideal para los ayuntamientos.
Agua y turismo
Empresas como la consultada, detecta fugas de agua en redes de abastecimiento con imágenes radar y localiza y analiza la humedad que se escapa de la red de tuberías subterráneas y permite una planificación eficiente de las reparaciones. Además, realiza la monitorización y análisis de sistemas completos de agua potable y aguas residuales en toda la ciudad.
La detección de fraude en los consumos de agua agrícola mediante la monitorización del consumo de agua en tiempo real y a técnicas de análisis de datos para detectar patrones es otro de los proyectos que pueden resultar útiles como servicio público.
Ya está más extendida la optimización del riego con imágenes satélite en cultivos leñosos. "Utilizamos tecnología de teledetección satelital para detectar zonas de cultivo afectadas por anomalías del riego", explican desde la empresa.
Por último, conviene destacar que el control medioambiental no es el único campo relacionado con la tecnología satelital que está a disposición de los ayuntamientos. Como recuerda la compañía consultada, la presión humana en destinos turísticos es otro de los ámbitos en los que también se está avanzando.
En la comarca de la Montaña Palentina, en Castilla y León, se está desarrollando el proyecto DETURSAT, con fondos europeos. Se orienta a la investigación de las posibilidades de interpretación mediante IA de las imágenes satelitales para la detección de la presión humana sobre el hábitat en entornos naturales sometidos a presión turística, a través del indicador de la presencia de vehículos.
El objetivo general es investigar la capacidad de adaptación de teledetección satelital para generar modelos predictivos de presión humana turística sobre elementos concretos del medio natural, de tal manera que se puedan mitigar o paliar sus efectos negativos y avanzar en la sostenibilidad, al ajustar la demanda a la oferta real y ofrecer sistemas de gestión efectivos de esos flujos de presión y la carga que ejercen sobre el medio.