Para situar Iznájar (Córdoba) en el mapa hay que saber situar primero cuatro capitales de provincia de Andalucía: Málaga, Córdoba, Granada y Jaén. Pues bien, justo en el centro del cuadrado que forman estas ciudades se encuentra este pequeño pueblo y sus 19 aldeas diseminadas, cuya cifra de habitantes apenas supera los 4.000.
Es un pueblo peculiar, por su imponente castillo y también porque, pese a estar a unos 80 kilómetros de la costa, dispone de playa gracias al embalse que lleva el nombre de la localidad.
Pero lo que tal vez pocos conozcan de este conjunto de aldeas es su apuesta por la digitalización y por la conectividad. Y no precisamente desde hace dos días.
Hace más de 15 años, Iznájar inició una modernización de sus infraestructuras y comenzó un programa de educación tecnológica de todos sus vecinos que le ha permitido actualizarse hasta lograr una conexión por cable y wifi mediante fibra óptica de 100 Mb acompañada de espacios abiertos con acceso gratuito a internet.
Los problemas comunes a muchas zonas de la llamada España Vaciada pasan de largo por este pueblo.
Este entramado digital, que ha supuesto una inversión en torno a los 50.000 euros, ha permitido, entre otras cosas, que, durante la pandemia, muchos autónomos estableciesen allí su puesto de trabajo y su lugar de residencia.
Cabe mencionar también que esta apuesta ha conquistado a un amplio grupo de extranjeros (ingleses, americanos, japoneses, etc.), muchos de ellos en activo, y que necesitan una buena conectividad ya sea para desarrollar sus actividades profesionales como para mantener una buena comunicación con sus allegados y familiares.
Lo anterior tiene su traducción en cifras: el porcentaje de población extranjera en la localidad con respecto al total es de un 3,5% (últimos datos disponibles de la Junta de Andalucía), más de un punto porcentual por encima de la media de la provincia de Córdoba (un 2,3%).
Respecto al aumento de la actividad económica gracias a la conectividad, el alcalde de Iznájar, Lope Ruiz, explica que "aunque no contamos con datos registrados, bien es cierto que siempre sabemos quiénes inician una actividad profesional o empresarial, tanto si son de Iznájar como si vienen de fuera y se asientan aquí por motivos laborales".
Un centro digital para formación
La mejora en la conectividad, explica, "también ha supuesto un aumento de la actividad empresarial, tanto de los propios residentes como de aquellos que han visto en este pueblo un lugar magnífico para asentarse y ejercer su actividad profesional".
Antes de romper la brecha digital que existía en el municipio, lo primero era comenzar una modernización digital del mismo.
Por ello, hace más de una década se abrió un centro Guadalinfo encargado de realizar cursos, actividades, charlas, etc. dirigidas a todos los colectivos tanto mujeres como niños, adolescentes y jubilados, empresarios y autónomos para ayudarles en todo lo referente al mundo on line.
Su grado de aceptación ha sido tal que a día de hoy se calcula que más del 90% de los iznajeños han acudido a este centro ya sea para participar en alguno de sus programas, aprender a realizar una gestión electrónica, manejar las redes sociales o tener, en los últimos años, hasta conocimientos de robótica.
Este tema entronca directamente con un mal endémico de las zonas rurales: el envejecimiento de la población. Tampoco eso ha sido un problema en Iznájar.
Su alcalde resalta que "ahora es muy habitual casos de personas de edades entre 60 y 75 años que usan smartphones para comunicarse con sus familiares o incluso para realizar gestiones telemáticas directamente con el ayuntamiento u otras administraciones".
Otro dato para poner en valor la idea anterior: la media de edad de Iznájar (49 años) es siete años superior a la media de edad del conjunto de Andalucía (42 años). Por lo que parece, se trata de una población más envejecida pero solvente en cuestiones de digitalización.
La brecha digital se reducía a pasos agigantados pero Iznájar decidió ir un paso más allá y nacieron en el municipio cuatro Telecentros o puntos de acceso a Internet ubicados en algunas de las aldeas que configuran el pueblo.
Su actividad aún continúa e incluso el año pasado se procedió a la apertura de un nuevo Centro de Innovación Digital gracias a un convenio con la Diputación de Córdoba dentro del proyecto Aldeas Digitales.
La pandemia tampoco pudo frenar el avance de las infraestructuras digitales y 2020 supuso la llegada a Iznájar de la señal de wifi en distintos espacios públicos abiertos que cuentan con una placa informativa para que puedan reconocerse fácilmente.
Para vecinos, empresarios y turistas
De esta forma, la conectividad ya no solo está dirigida a los habitantes del pueblo, sino que también se enfoca a los turistas que deciden pasear por las calles y disfrutar de sus lugares más emblemáticos.
"En Iznájar hemos ido trabajando poco a poco, adaptándonos nosotros a las nuevas tecnologías al mismo tiempo que establecíamos y desarrollábamos las infraestructuras necesarias para crear una red digital estable y a la altura de los grandes núcleos de población", indica orgulloso el máximo responsable municipal.
Lope Ruiz tiene muy claro que "la tecnología es el presente y contar o no con ella en los municipios influye notablemente en el futuro. La conectividad contribuye al asentamiento de la población y atrae a nuevos vecinos llegados de otros puntos del mapa".
Ese presente, que también es futuro, hace que en este enclave del interior de Andalucía "cada vecino, sin distinción de edad, gracias a la digitalización del municipio puede estar conectado al mundo, trabajar desde Iznájar aunque su empresa esté en Madrid o Canarias; un joven puede estudiar su carrera sin necesidad de pisar la sede universitaria (como ha ocurrido durante la pandemia), cualquier comercio por pequeño que sea puede vender sus productos u ofrecer sus servicios a través de Internet y sin necesidad de estar sujeto a un mostrador o depender únicamente de la población residente…", resume el alcalde.
El trabajo de Iznájar va más allá de los lindes del municipio. Desde el ayuntamiento iznajeño se impulsó un proyecto de colaboración público-privado con una empresa comarcal para desplegar la banda ancha por toda la comarca, a pesar de los inconvenientes a causa de la complicada orografía del terreno.
La conectividad total en zonas cada vez más despobladas es posible e Iznájar ofrece el ejemplo perfecto. Lope Ruiz, que no ha perdido su sonrisa orgullosa, explica que algunos municipios del entorno han acudido a pedir consejo.
"Se trata de localidades rurales como la nuestra que tienen la misma problemática y se enfrentan al mismo desafío. La necesidad de una conexión digital de calidad es vital para los pueblos a la hora de luchar contra la despoblación", concluye.