Desde hace unos años, muchos ayuntamientos han descubierto que determinadas celebraciones son más atractivas si se utiliza convenientemente la tecnología o la innovación, o ambas a la vez. Pero uno de ellos, el de Zaragoza (Aragón), ha elevado esta hipótesis a la máxima expresión.
Primero fueron las fiestas del Pilar, después llegó el nombramiento de la ciudad como capital iberoamericana de la gastronomía sostenible. Y, ahora, llega la Navidad.
Estos tres referentes festivos y turísticos han demostrado hasta qué punto es capaz el Ayuntamiento de Zaragoza de recurrir a su espíritu innovador para intentar posicionarse y, sobre todo, para intentar atraer a más turistas y sacar a más vecinos a las calles durante las fechas más señaladas.
Como decíamos, la última muestra de todo ello ha sido la Navidad. La sostenibilidad medioambiental ha sido la gran beneficiada de una medida tomada por el consistorio de la capital de Aragón para estas fechas.
La iluminación con tecnología led se ha ampliado a 90 puntos de la ciudad, con lo que el ahorro energético será este año mucho mayor que en las fiestas anteriores.
De entre todos los diseños de luces, destaca por su innovación tecnológica la plaza San Felipe. Tres auroras boreales de colores ondean frente al Museo Pablo Gargallo, el Torreón Fortea y la Iglesia de San Felipe para unirse en el centro en una iluminación dinámica.
Todo ello permite ofrecer una estampa navideña sin una afectación excesiva al medio ambiente.
Además de innovación y tecnología, la ciencia también está presente en la ciudad estos días. El gran árbol de Navidad de la ciudad vuelve a presidir la plaza Basilio Paraíso y está inspirado en las conexiones neuronales de Santiago Ramón y Cajal.
Este árbol vuelve a ser uno de los centros de atención de la ciudad junto al paseo Independencia, donde volverán a lucir las estrellas rotas que homenajean a las personas ausentes con 20 paños que lucirán a más de nueve metros de altura.
Pero estos no son los únicos puntos de motivos navideños singulares e innovadores de la ciudad. Zaragoza cuenta con bolas luminosas de hasta cuatro metros o cajas de regalo que se instalarán junto a la Casa Solans, en el Barrio de Jesús, en el Puente de los Cantautores del Parque Grande y en la Plaza de los Sitios.
Por segundo año se realizarán también proyecciones luminosas en las fachadas de algunos centros cívicos como los de Estación del Norte, en El Rabal, y Universidad.
Figuras a tamaño real
La plaza del Pilar también apela a la innovación, con el que está considerado el Belén más grande del país, con más de un centenar de figuras a tamaño real y que demuestra que este céntrico espacio está cada vez más asociado a la innovación y a la tecnología.
Cabe recordar que esta plaza fue protagonista hace dos años, coincidiendo con la pandemia, con la creación de un metaverso que reproducía fielmente todos los detalles de este recinto y que permitía a sus usuarios a pasear y hacer la ofrenda a la Virgen del Pilar desde cualquier punto del mundo, además de disfrutar de otros servicios.
Este año, además, esta experiencia sumó un componente social, ya que los usuarios podían interactuar entre ellos en este metaverso, que ha tenido miles de visitantes durante el mes de octubre.
Por último, conviene recordar que la ciudad también está de actualidad este año por ser la capital iberoamericana de la gastronomía sostenible.
En el marco de esta capitalidad, se ha presentado un recetario digital en el que dieciocho chefs de Costa Rica, Estados Unidos, España, República Dominicana, México, Paraguay y Venezuela han creado nuevos platos o han reinterpretado los suyos propios empleando productos aragoneses.
Pero este primer guiño no va a ser el único. "Hay que tener en cuenta que aunque este año de capitalidad no supone la creación de ningún laboratorio de ideas, la parte de innovación viene dada intrínsecamente por la profesionalización del sector", explican los promotores del programa de actividades.
La innovación aplicada a evitar el desperdicio de alimentos, es otro de los puntos centrales de esta iniciativa.