En un mundo cada vez más conectado, con más tecnología y cada vez más necesitado de agilidad y eficacia, ya nadie duda de que la calidad de las telecomunicaciones es clave. Suele ser habitual citar el ejemplo de cómo las zonas rurales necesitan una buena conectividad para tratar de aumentar sus prestaciones e intentar así frenar fenómenos como el de la brecha digital o el de la despoblación.
Pero, si lo pensamos, esa conectividad resulta igualmente necesaria en sectores críticos de la sociedad -esté donde esté localizada-, como pueden ser el sanitario o el educativo.
Sólo con una buena conectividad, puede asegurarse, por ejemplo, una eficiente prestación de los nuevos servicios tecnológicos en un hospital. Y sólo con buenas redes de comunicación pueden hacerse realidad utopías como la educación digital e inteligente.
Baleares, esta semana, ha dado muestras, por un lado, de la importancia de tener esa buena conectividad en los hospitales y, por otro, de cómo está despegando la educación digital, precisamente gracias a ese despliegue de redes eficientes.
Respecto al primer punto, no ha dudado el gobierno balear en insinuar un problema que será común a muchos hospitales.
Lo resume en esta frase: "Esta red wifi tiene que dar apoyo a los últimos adelantos tecnológicos, cubrir el 100% de los espacios interiores de los hospitales, mejorar la velocidad de la conexión, estar dimensionada para dar un servicio adecuado a una gran cantidad de dispositivos conectados simultáneamente y garantizarles un grado de seguridad alto".
De esta oración se deducen dos cosas. La primera, que la conectividad actual no da para garantizar una cobertura completa y eficiente en los centros hospitalarios; la segunda, que "esta red wifi" viene a dar la solución.
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Y es que esta semana el Consejo de Gobierno de Baleares ha autorizado al Servicio de Salud de las Islas Baleares a contratar el suministro y la instalación de una red wifi para varios centros por un valor estimado de 1,1 millones de euros.
Concretamente, la red se instalará en varios hospitales: el Hospital Psiquiátrico, el Hospital General, el Hospital Comarcal de Inca, el Hospital Mateu Orfila, el Hospital Can Misses y el Hospital de Formentera, así como en los edificios Joan Munar (facturación y cobros), Son Campos (inspección médica), Cimera (Unidad de Desarrollo de la Historia Clínica Electrónica de Atención Primaria) y a la sede del polígono de Son Castelló (selección y provisión de personal estatutario).
El valor estimado del contrato previsto es de 1.154.173 euros para los próximos 36 meses a partir de la formalización del contrato. También se ha tenido en cuenta la eventual prórroga del servicio de mantenimiento por un año.
El gobierno de las Islas Baleares "tiene que garantizar el buen funcionamiento del sistema sanitario público ejerciendo las diferentes facultades que las leyes específicas le atribuyen, aplicando sus recursos y medios organizativos, emprendiendo acciones encaminadas a satisfacer el derecho de protección de la salud y distribuyendo óptimamente los recursos de que dispone para ofrecer las prestaciones y los servicios sanitarios", explican desde el ejecutivo presidido por Francina Armengol.
Eso, en el plano sanitario. ¿Y en el educativo? Precisamente esas atenciones del gobierno balear a la conectividad es la que propicia que se puedan desarrollar proyectos educativos de primer orden.
La propia presidenta de Baleares, Francina Armengol, acompañada del consejero de Educación y Formación Profesional, Martí March, ha visitado esta semana el IES Antoni Maura, uno de los centros piloto del proyecto que garantizará una renovación total de 5.520 aulas de 356 centros de las islas.
Tecnología al servicio de la educación
El objetivo es que, en un plazo de 16 meses, se haya completado la instalación de todas las aulas, a un ritmo de 30 paneles al día. Este proyecto supone una inversión de 18 millones de euros y permitirá actualizar la dotación de las aulas de los centros educativos, donde se instalarán paneles digitales interactivos de 75 pulgadas y un ordenador portátil de aula.
Además, los centros recibirán una ampliación de las aulas previamente dotadas de paneles en forma de cámaras de documentos y de portátiles. Estas aulas permitirán el trabajo colaborativo, implementar el uso de las tecnologías digitales y mejorar la competencia digital del alumnado.
En el marco del proyecto, se adquirirán 4.750 pantallas digitales interactivas, 5.520 portátiles y 750 cámaras de documentos para incrementar la capacitación técnica de más de 350 centros, que servirán de complemento a las 750 pantallas digitales ya existentes. Junto con el suministro y la instalación del equipamiento, se formará a los docentes de los centros educativos en el uso de estos dispositivos.
Esta inversión está financiada por los fondos Next Generation y por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
"Se trata de poner la tecnología al servicio de la enseñanza, de enseñar de forma diferente a cómo se había hecho en el pasado. Somos referentes en esta adaptación al siglo XXI en el ámbito nacional y, en algunos puntos, también en el ámbito internacional", ha destacado Francina Armengol.
La presidenta y el conseller han aprovechado la visita para conocer el funcionamiento del 'Aula del futuro' que ha implementado el IES Antoni Maura, en una apuesta para aprovechar metodológicamente los espacios.
El proyecto 'Aula del futuro' está coordinado por el Ministerio en colaboración con las comunidades autónomas, y apuesta por potenciar el uso de las metodologías activas para el desarrollo competencial del alumnado, a través de las tecnologías digitales y de los espacios disponibles en los centros.