Empleados públicos del Cabildo de Tenerife.

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Canarias

Un plan de digitalización continua que no es continuo

El Cabildo de Tenerife presenta una estrategia pionera que considera la transformación digital de las administraciones como una evolución continua, pero, paradójicamente, le pone fecha de caducidad: hasta las elecciones.

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Es un hecho. Pocas, muy pocas administraciones públicas -sobre todo las regionales- son capaces de separar sus estrategias políticas de los ciclos electorales. Así, las comunidades autónomas, las diputaciones o los ayuntamientos, que en su mayoría celebraron elecciones en el año 2023, navegan con planes de transformación digital que varían su fecha de inicio entre 2023 o 2024 pero que fijan su conclusión en 2027.

Y todo ello teniendo en cuenta que si ahora mismo hay un sector en continua evolución y al que es muy difícil aplicar criterios temporales éste es el tecnológico.

¿Por qué, entonces, sucede lo anterior? La respuesta es fácil. Antes de las próximas elecciones, el político responsable del plan presentará un balance y su partido lo añadirá como uno de los puntos positivos en los que se tiene que fijar el votante a la hora de depositar su papeleta.

En caso de que el partido revalide el poder, otra vez a empezar de nuevo. Se presentará otro plan estratégico de transformación digital y se le volverá a poner fecha de conclusión, seguramente en 2031. En caso de que acceda al poder otro partido, el proceso será el mismo, aunque con el argumento de que el nuevo plan estratégico es mejor que el anterior.

Hasta aquí, nada nuevo para quien conozca un poco los entresijos de la política. Pero este contexto viene a colación de una decisión tomada por una administración pública española que revierte un poco esa tendencia. Sólo un poco. Es el Cabildo de Tenerife.

Esta administración (asimilable a una diputación) fue una de las que había aprobado en 2019 un plan de modernización de la administración hasta 2023, pero ahora parece haber aplicado cierta coherencia.

La coherencia viene dada por la decisión que han tomado los actuales responsables políticos de sustituir el anterior Plan de Modernización 2020-2023 por un Plan de Modernización Continua.

"En un contexto dinámico, caracterizado por una constante evolución y transformación, es necesario considerar la modernización de las administraciones públicas como un proceso continuo de mejora", explica el documento que sirve de base para la aprobación del nuevo plan, aún en tramitación.

Más aún: "Esto requiere una adaptación permanente para mejorar la formulación de las políticas y ofrecer servicios públicos eficientes y orientados a satisfacer las necesidades de la sociedad. El objetivo debe ser claro: la ciudadanía debe estar en el centro de la actividad administrativa. Este enfoque debe apoyarse en una escucha activa continua, permitiendo entender sus necesidades y demandas en evolución".

Con este argumento, podría pensarse que el Cabildo de Tenerife había dado con la tecla: elaborar un plan de transformación continua, que no tenga restricciones temporales, precisamente, porque la tecnología cambia y evoluciona cada día.

Pero no. ¿Cómo se llama el plan? Plan de Modernización Continua 2024-2027. La incoherencia: a la gran idea de elaborar un plan de transformación que siga el ritmo de la evolución tecnológica le sigue la limitación a un periodo electoral, dejando abierta su continuidad a partir de esa fecha.

El plan anterior, como referencia

En cualquier caso, y entrando de lleno en el plan, el Cabildo sí que deja claro que la nueva estrategia tiene que tomar como referencia el formato del anterior plan. En este sentido, el documento revela que próximamente se presentarán los resultados definitivos de ese plan, pero ya avanza algunas cosas.

"Podemos afirmar que con la ejecución de este Plan se ha obtenido un conjunto amplio y significativo de resultados y se ha iniciado el camino hacia la transformación de la cultura de trabajo del Cabildo hacia un enfoque más colaborativo y orientado a objetivos", concede.

Y pone sobre la mesa que "este cambio es profundo y requerirá tiempo, por lo que es imperativo continuar trabajando en esta dirección de manera constante y comprometida, de ahí nuestra apuesta en el nuevo plan". Y ahí aparece una nueva incongruencia: ¿si la implantación de procesos tecnológicos requiere tiempo, porque se limita a un horizonte temporal de tres años?

Los objetivos estratégicos del Plan de Modernización Continua, en cualquier caso, serán la mejorar de la calidad de los servicios públicos, la reducción de los tiempos de tramitación; la reducción de las cargas administrativas; la transparencia; el fomento de la participación y la colaboración; y el desarrollo de las capacidades internas para la gestión de la modernización.

En relación con lo anterior, el nuevo plan se servirá de la tecnología para mejorar la accesibilidad y facilidad de uso de los servicios públicos digitales, fortaleciendo los espacios de participación y colaboración, y asegurando la eficiencia e integridad del proceso; potenciar y desarrollar el capital intelectual de la Administración Pública, con el objetivo de transformar el conocimiento; mejorar la capacitación y formación del personal; y fomentar y llevar a la práctica una cooperación entre administraciones públicas que genere ahorros.