Cantabria no se conforma con ser pionera a la hora de pedir a sus ciudadanos que se alisten en un voluntariado que persigue recabar la mayor cantidad de datos sobre salud y pautas de vida -el Proyecto Cohorte- en favor de políticas sanitarias más eficientes. De hecho, esta iniciativa es sólo un facilitador más para algo más ambicioso: el Plan de Salud Digital de Cantabria.

Este documento, al que ha tenido acceso DISRUPTORES, ofrece toda una declaración de intenciones en su preámbulo. La voluntad de "transformar la atención sanitaria para mejorar su calidad, aumentar la accesibilidad, optimizar recursos, fomentar la participación ciudadana y garantizar la sostenibilidad del sistema de salud" aparece como el objetivo principal.

Además, se deja claro que "los avances tecnológicos, como la analítica avanzada de datos, la genómica, la telemedicina o la inteligencia artificial abren la puerta a una transformación profunda de la forma en la que los ciudadanos se relacionan con el sistema".

Sin embargo -añade el plan- "la implementación de la salud digital también enfrenta desafíos significativos; la ciberseguridad es una preocupación primordial, dado que la protección de los datos de salud es crítica".

Entrando en materia, este plan tendrá una vigencia de cuatro años -hasta 2028-, en los que se va a seguir una metodología basada en el seguimiento, algo que no extraña teniendo en cuenta la rapidez en la llegada y aplicación de nuevas tecnologías disruptivas.

Los objetivos estratégicos del plan hablan por sí mismos: mejorar la experiencia del paciente, implicar al paciente en el cuidado de su salud, poner al paciente en el centro, avanzar en el principio de equidad, mejorar la calidad de la atención, avanzar en la gestión de nuevas fuentes de datos, mejorar la eficiencia en el uso de recursos sanitarios, dotar al sistema de nuevas herramientas de procesos, evaluar los resultados en salud, crear un entorno favorable para la innovación, favorecer las competencias digitales y, por último, favorecer la especialización de los profesionales sanitarios.

Antes de abordar las políticas concretas, también considera importante este plan conocer el contexto tecnológico. Y este pasa por el hecho de que "en la actualidad, las TIC constituyen pilares esenciales para el desarrollo de una sanidad, sostenible, de calidad, personalizada y centrada en el paciente, ubicua y basada en la evidencia médica".

En este sentido, el documento cita "la simulación mediante técnicas de realidad virtual o el tratamiento digital de imágenes, la telemedicina y en análisis predictivo de grandes cantidades de información mediante big data" como las "tecnologías que ofrecen oportunidades para mejorar significativamente los recursos al alcance de los profesionales de la sanidad".

Y cita también el uso de servicios en la nube, ya que "da mayor flexibilidad a las organizaciones sanitarias para la implementación de sistemas de información con demanda variable de recursos".

Como parte del contexto, el plan también advierte una serie de debilidades y amenazas. En cuanto a las primeras, destacan la disparidad del nivel de madurez digital, la ausencia de capacitación digital de los profesionales o la difícil convivencia entre procesos digitales y físicas; en cuanto a las segundas, las más importantes serían la dispersión geográfica de la población, la reticencia al cambio por parte de los profesionales o los ciberataques.

Con todo, el plan se ejecutará a través de tres ejes y un total de 37 líneas de actuación.

El primer eje es el de la transformación del modelo de prestación y el fomento de la investigación. De las 13 líneas específicas de actuación en este capítulo, destacan el fomento de la participación del paciente o su formación en tecnología sanitaria, la promoción de la atención personalizada a través de la monitorización, la atención remota, el uso de la inteligencia artificial y el impulso de la investigación basada en datos.

Por cierto, la línea de actuación número 13 de este primer eje es la referida al proyecto Cohorte Cantabria, que busca en breve llegar a su objetivo de 50.000 voluntarios y que hasta 2028 desarrollará todas las iniciativas previstas.

El segundo eje tiene que ver con los procesos auxiliares y las herramientas de soporte. En este sentido, destacan como líneas de actuación la implantación de una plataforma de datos de uso primario y secundario, el impulso de la genómica y la medicina personalizada, nuevos gestores de flujos de trabajo y de recursos humanos o la habilitación de una plataforma inteligente de seguimiento integral para la seguridad del paciente.

Por último, el tercer eje, el referido al gobierno TIC, tiene un total de 14 líneas de actuación, entre las que se encuentran la adecuación de infraestructuras on premise y en la nube, la constitución de la oficina del dato sanitario, un plan de formación TIC para los profesionales del sector, la elaboración de una ley de salud digital o la evaluación, certificación e implementación de modelos de inteligencia artificial en usos asistenciales, operativos y de investigación.

Participación

El propio plan reconoce que su éxito "dependerá en gran medida de la participación y compromiso de todos los implicados". Y en este contexto se enmarca una jornada llevada a cabo la pasada semana por parte del consejero de Salud, César Pascual.

La Jornada Participativa del Plan de Salud Digital ha apostado por la digitalización sanitaria porque, a juicio del consejero, es la "mayor transformación que va a sufrir nuestro sistema de salud, una auténtica revolución, en un entorno especialmente complicado como el actual, marcado por la escasez de profesionales".

Por eso, todo el esfuerzo de Cantabria está centrado en la estrategia de salud digital, enmarcada en la "necesaria" transformación de las estructuras del sistema sanitario, "que están prácticamente igual" desde hace casi cuatro décadas. "Quizá la gran oportunidad de ese cambio viene de la mano de la transformación digital", ha subrayado.

En este sentido, para Pascual, el Plan de Salud Digital de Cantabria, en el marco de la estrategia nacional, es uno de los "objetivos fundamentales" de esta legislatura y, afortunadamente, durante los próximos cuatro años, dispondrá de más fondos transferidos por el Ministerio.

"Este gran cambio va a permitir integrar de verdad competencias profesionales de distintos grupos, incorporar otros perfiles en el sistema sanitario, incluso nuevas profesiones, que transcienden las meramente sanitarias". Una situación que estará condicionada, ha dicho Pascual, "porque seamos capaces de crear las condiciones para que se puedan integrar, y ahí cobra especial relevancia el Plan de Salud Digital".

En este sentido, la jornada, que aglutinó a una variopinta representación, va a permitir incorporar diversas y enriquecedoras aportaciones, que harán que tanto la estrategia como el Plan de Salud Digital de Cantabria "mejore notablemente" y constantemente.

Se trata, en definitiva, de crear un espacio de diálogo abierto donde los participantes puedan compartir sus perspectivas y contribuir a la creación de un enfoque más efectivo y adaptado a las necesidades del sector. La retroalimentación de todos los asistentes será fundamental para ajustar y optimizar el plan, asegurando que se alinee con las expectativas y realidades del entorno sanitario actual.