Una de las actuaciones realizadas esta semana en el Valle de Tiétar.

Una de las actuaciones realizadas esta semana en el Valle de Tiétar.

Castilla y León

Ávila prueba una plataforma que monitoriza toda la tecnología para prevenir y actuar contra incendios

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El Valle del Tiétar (Castilla y León) es, desgraciadamente, uno de los territorios que, con más asiduidad de la deseada, es noticia por sufrir algún incendio forestal. Evidentemente, ni es la única ni es la más castigada del país, pero por algún sitio había que empezar.

La tecnología hace tiempo que está empezando a ser aliada en la lucha contra el fuego. Drones, sensores, digitalización de procesos… Sería falso decir que las autoridades con competencias en este ámbito no están recurriendo a la innovación. También lo sería advertir que, de momento, no suele ser habitual que exista una visión holística para la gestión de este tipo de catástrofes medioambientales.

Y ahí, en esa visión global de lo que supone combatir el fuego, es donde reside uno de los valores añadidos del proyecto TREEADS, una iniciativa financiada por la Unión Europea, con 46 socios y colaboradores en toda Europa, donde se busca transformar la manera en que enfrentamos y gestionamos los incendios forestales.

Su principal objetivo es integrar tecnologías emergentes, como drones, sensores, inteligencia artificial y sistemas de monitoreo en tiempo real, para mejorar la preparación, detección temprana y respuesta ante incendios forestales.

La compañía Capgemini es la coordinadora de las actividades del piloto español que se ha llevado a cabo del 25-28 de noviembre en el Valle del Tiétar, identificado como zona de alto riesgo de incendios forestales. Por algún sitio había que empezar y se ha empezado por tierras abulenses.

Igualmente, Capgemini ha diseñado y desarrollado un Centro de Comando y Control que se encarga de gestionar las misiones de lo enjambres de drones involucrados.

Aurora Ramos es responsable de gestión del Proyecto TREEADS en Capgemini Engineering España y explica a DISRUPTORES algunos entresijos de lo que ha sido este piloto.

De los cuatro días que ha durado el piloto, el primero "se hizo la demostración de las soluciones para la fase de prevención y preparación a través de imágenes hiperespectrales, creación de mapas y entrenamiento de los equipos de emergencia, detección de conatos, con drones en altura no tan baja, desde un vuelo más alto…".

La segunda jornada comprendió la fase de detección y respuesta "y lo que se hizo fue una quema controlada para poder demostrar esta parte de extinción, gracias a un despliegue de drones".

La realidad virtual entró en juego en la tercera jornada. Una simulación mediante esta tecnología complementó al despliegue del High Altitude Platform. El último día se desarrolló la fase de restauración y adaptación, "en la que se hizo una demostración de dispersión de semillas con drones en las zonas de difícil acceso y con cápsulas biodegradables de bolas de semilla".

Con este piloto desplegado en Ávila se ha intentado demostrar el uso de estas tecnologías disruptivas en el contexto local, aplicando innovaciones que permiten mejorar aspectos de prevención de incendios forestales, mejorar la rápida intervención y considerar tácticas de regeneración de los terrenos afectados.

Un dron, en el marco del proyecto TREEADS.

Un dron, en el marco del proyecto TREEADS.

Además, este enfoque integral no solo protege a las comunidades y los recursos naturales, sino que también contribuye a la regeneración de la biodiversidad y la sostenibilidad del ecosistema.

Ramos remarca el desarrollo de una plataforma que unifica el control de todas estas tecnologías, "como drones, sensores, inteligencia artificial, sistemas de monitoreo en tiempo real".

En todo este proceso, según reconoce la responsable de gestión del proyecto TREEADS, ha sido clave la interacción de las administraciones públicas. La pregunta es, ¿están concienciadas las autoridades de la importancia de usar la tecnología en la lucha contra el fuego?

"Es un sector tradicional, pero está claro que el tema de los riesgos ambientales se está multiplicando con el cambio climático y está puesto en las prioridades del sector público de forma muy clara. Yo creo que sí que están concienciados de que algo hay que hacer de forma diferente y de que la tecnología sirve para mejorar la respuesta a estas situaciones", responde Aurora Ramos.

Escalable

Esta responsable admite que todo lo probado en el Vall del Tiétar es, evidentemente, escalable a cualquier zona con riesgos de incendio, pero es que el proyecto europeo TREEADS no sólo tiene relación con los incendios.

Otros países están trabajando en otras problemáticas, en las que la tecnología también juega un papel fundamental.

También Capgemini dice estar plenamente concienciada con aliar tecnología y medioambiente. De hecho, ya trabaja en algunos casos de éxito a nivel mundial, como un proyecto por el que la tecnología de detección remota está ayudando a proteger a los búfalos en peligro de extinción en el norte de Alberta (Canadá); el uso de inteligencia artificial para ayudar a determinar indicadores de degradación del paisaje y del ecosistema en el desierto de Mojave (Estados Unidos); o un nuevo modelo de IA que ayuda a proteger la biodiversidad escuchando a los insectos.

"Capgemini está haciendo una apuesta muy fuerte por tener en sus prioridades la sostenibilidad en todos los proyectos. Estos proyectos son un claro ejemplo", certifica Ramos.

Volviendo al proyecto TREEADS y al piloto desarrollado en Ávila, es momento de mirar al futuro. La idea ahora es "llevarlo a una solución más madura y escalarlo a otras zonas, tanto a extinción de incendios como otras situaciones en cualquier sector en el que estemos involucrados".