Recepción de un edificio público. Foto: Pixabay.

Recepción de un edificio público. Foto: Pixabay.

Cataluña

Cataluña y su largo camino de cinco años (y los que quedan) para situar a la IA en el centro de sus servicios públicos

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Hace casi cinco años se aprobó la estrategia Catalonia.AI, una hoja de ruta que fue concebida para tratar de ordenar la aplicación de inteligencia artificial en todos los sectores productivos y en ámbitos como el de la administración pública.

En cambio, igual que en ámbitos como la industria o la sanidad la IA ha irrumpido con mucha fuerza en muchos procesos, el impacto en la administración o en los servicios públicos asociados está resultando más lento. Eso, al menos, se deduce del hecho de que no ha sido hasta este 2024 cuando la Generalitat de Cataluña ha creado una comisión específica para abordar la situación.

Se trata de la Comisión de Inteligencia Artificial, un órgano que, según consta en la resolución oficial por la que se constituyó, "busca dotar a la administración de la Generalitat de un marco organizativo transversal que coordine los diferentes ámbitos de actuación que requiere la aplicación de las tecnologías basadas en IA en la prestación de los servicios públicos".

Al mismo tiempo, busca fomentar "el uso de una IA ética, confiable y respetuosa con los derechos fundamentales, que garantice los derechos de la ciudadanía, tales como a la información, transparencia y protección de las datos de carácter personal y al uso ético de los datos".

Por último, apela a la aplicación de "soluciones basadas en IA que permitan reducir las brechas digitales existentes y prevenir la generación de nuevos ejes de desigualdad".

La creación de esta comisión cuatro años después de la aprobación de la estrategia evidencia que llevar esta tecnología al día a día de la administración y de sus servicios públicos asociados no es una tarea sencilla.

De hecho, la organización de jornadas como la celebrada hace unos días en Barcelona para debatir sobre esta cuestión, confirma la hipótesis y pone sobre la mesa una realidad: que los ciudadanos asumamos una relación con nuestros ayuntamientos o nuestras autonomías basada en inteligencia artificial es algo para lo que todavía queda bastante camino que recorrer.

En la citada jornada, sin embargo, las reflexiones estuvieron más centradas en la necesidad de que esta aplicación esté más basada en aspectos sociales, más centradas en el ciudadano.

En ella participaron expertos y gestores públicos. Se abordó cómo la IA se está aplicando a la Generalitat de Cataluña, desde un punto de vista tanto práctico como estratégico, así como la forma de realizar esta transformación responsable y con un beneficio claro para la ciudadanía. 

El secretario de Telecomunicaciones y Transformación Digital de la Generalitat de Cataluña, Albert Tort,  afirma que la revolución tecnológica de la IA debe llegar a los servicios públicos para mejorar "la calidad, la accesibilidad y la eficiencia".

A la vez, "la ciudadanía debe tener acceso a la información" necesaria para entender cómo se gestionan sus datos y cómo se aplican las nuevas tecnologías en el día a día de la administración".

Defensa de derechos

"No podemos olvidar que la IA es una herramienta, no una finalidad", explica Tort, quien se ha comprometido a trabajar "para garantizar que la IA sea una aliada en la mejora de los servicios públicos y la defensa de los derechos de la ciudadanía" .

Lo dicho, el compromiso de trabajo no es más que el reflejo de cuánta tarea queda por hacer en este sentido.

En cualquier caso, "ya estamos aplicando tecnologías de IA para facilitar el diagnóstico de enfermedades, gestionar los trámites administrativos de forma más eficiente e, incluso, mejorar la seguridad vial", ha reconocido.

Por su parte, la directora general de Servicios Digitales y Experiencia Ciudadana, Ester Manzano, expone que "la ciudadanía quiere una administración eficiente, moderna y que deje atrás la burocracia mal entendida".

Por eso, apuesta por una "combinación entre la IA y las personas humanas para dar respuesta a las necesidades" tanto de la ciudadanía como de la administración. "Cataluña debe ser un referente en el uso de la IA ética, responsable y confiable", concluye.

Por último, Carles Ramió, catedrático de Ciencias Políticas y de la Administración de la Universidad Pompeu Fabra, ha afirmado que "la administración pública debe recibir esta tecnología de forma proactiva y entusiasta".

En este sentido, "debemos ser rápidos implementando esta tecnología, pero en los ámbitos más complejos tenemos que trabajarlo bien para que no haya ningún sesgo", sentencia.