La Comunidad Valenciana es una de las regiones de referencia para los amantes de la música en directo y, más concretamente, para los amantes de los festivales. Dirigidos a públicos diferentes, eventos como el FIB o el Rototom en Benicàsssim, el Festival de Les Arts en Valencia, o el Arenal Sound de Burriana congregan a centenares de miles de personas cada uno.
Según cifras oficiales, en total son 80 los festivales que, algunos con mayor tamaño que otros, inundan el calendario cada año en tierras valencianas. Su retorno es de alrededor de 400 millones de euros anuales, explican desde la Generalitat.
Se trata, pues, de un sector en sí mismo que, como tal, no es ajeno a los cambios estructurales de la nueva economía, que tiene en la innovación y en la transformación digital una de sus cartas ganadoras.
A medida que han ido pasando los años, los promotores de los festivales han ido introduciendo avances tecnológicos que han hecho la vida más fácil a los asistentes o a los grupos. Quizá el ejemplo más recurrente sería el de las pulseras cashless -pagar bebidas o comida con la pulsera acreditativa-.
Pero, como no podía ser de otra forma, las empresas promotoras de estos conciertos, disponen de departamentos enfocados a ir implementando mejoras tecnológicas en otros ámbitos de un festival.
En este sentido, se lo pone fácil la administración pública, incentivando que lo hagan. Hace unos días, la Generalitat Valenciana anunciaba la firma de un convenio de colaboración con la Asociación de Promotores de Grandes Festivales de Música de la Comunidad Valenciana (Profest) para fomentar proyectos relacionados con el modelo de festival inteligente para la mejora de la competitividad. Profest aglutina a los principales festivales, los ya mencionados, el Medusa Festival y el Low.
Mediante este convenio, se destina un millón de euros para que este colectivo realice diferentes actuaciones para la transformación en festival inteligente del producto del turismo musical de la Comunidad Valenciana, bajo la marca Mediterranew Fest.
Entre las actuaciones que se llevarán a cabo, destaca la de impulsar los festivales seguros. Para ello, en cada festival de la asociación cuentan con sistemas de control de aforo en espacios para garantizar la seguridad del evento.
Así, Profest registra el control de las personas escaneándolas en las entradas y salidas mientras acceden, con el objetivo de que el acceso sea de manera controlada y a una distancia de 1,5 metros. También se impulsarán actuaciones de mejora de accesibilidad, ampliando y mejorando el carril de acceso al recinto habilitado para estas personas con entrada preferente.
Para ello, se instalará una plataforma elevada de acceso restringido que tenga visión directa al espectáculo, además de ampliar el número de rampas que permitan acceder sin limitaciones.
Mediante este acuerdo también se impulsarán mejoras de sostenibilidad en los festivales. En concreto, Profest llevará a cabo una gran apuesta para adquirir estructuras propias con el objetivo de reducir el tiempo de montaje, seguridad en la instalación y disminución de las emisiones de dióxido de carbono para ser distribuidos únicamente entre los festivales que componen la asociación en la Comunidad Valenciana.
Son innovaciones más o menos esperadas que se verán complementadas con otras más disruptivas. Otras de las actuaciones que se fomentarán a través de este convenio son las relacionadas con las mejoras de la información mediante nuevos sistemas tecnológicos, el control de aforos, la localización de las personas con mapas de calor y rutas de movimiento o sistemas de pago electrónico seguros, entre otras actuaciones.
Se trata, en cualquier caso, de sistemas tecnológicos aplicados con éxito en otros ámbitos. El gran salto, con todo, podría venir desde el mundo de la realidad inmersiva. Es decir, se trata de que cualquier aficionado a la música pueda vivir desde el salón de su casa una experiencia similar a la de estar en un evento de estas características, gracias a las gafas de realidad virtual y a una producción audiovisual 360 in situ en el lugar del festival.
La realidad inmersiva
Este tipo de producción, que D+I ya ha podido constatar que se están probando en otros festivales de Europa y, en algunos casos, con firma española, permitiría al usuario ver su concierto favorito desde el escenario, entre el público, a vista de dron… Las posibilidades son infinitas y, para los festivales, podría ser una nueva fuente de ingresos.
Aun así, es algo que aún está en vías de exploración, pero que poco a poco, explican empresas especializadas en el sector, se va a ir democratizando.
De momento, la marca Turisme Comunitat Valenciana trabaja en el impulso y desarrollo del modelo de festivales inteligentes, creado a través del Instituto Valenciano de Tecnologías Turísticas (Invat·tur).
Este modelo es generador de valor, además de datos y, mediante la aplicación de tecnologías de la información y gestión innovadoras, se convierte en nodo catalizador de información relevante que se transmite a herramientas para la gestión y mejora de la calidad, sostenibilidad, seguridad y accesibilidad.