Las autoridades climáticas españolas lo explicaron hace unos días: el año hidrológico 2021-2022 cerró como el tercero más seco desde que hay registros y el 2022-2023 terminó con un 12% de precipitaciones por debajo de lo normal. Se convirtió en el sexto más seco del siglo XXI y el duodécimo más seco desde 1961.
Evidentemente, la situación no es la más aconsejable y exige tomar ciertas medidas que, en algunos casos, tienen que ver en la responsabilidad de cada uno en el consumo de un recurso tan preciado como el agua.
En la agricultura, la preocupación es mayor, puesto que la falta de agua compromete cosechas que, al fin y al cabo, son el sustento económico de muchas familias. También en este punto las medidas son necesarias. La tecnología, como tantas otras veces, acude al rescate.
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Un ejemplo lo encontramos en la Comunidad Valenciana. En la víspera de estas jornadas tan ilusionantes como son las dedicadas a los Reyes Magos, se presentó un proyecto que puede ser un regalo para muchos agricultores. Descubramos qué es DigitalRiego.
La Generalitat Valenciana, a través de la Consejería de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, financia el desarrollo de nuevas estrategias agronómicas que ajusten el suministro de agua en los regadíos a las necesidades óptimas de cada cultivo para evitar así el desperdicio hídrico.
El Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE), centro mixto del CSIC y la Universidad de Valencia; el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA); la empresa especializada en servicios de teledetección Asdron; el Instituto Universitario de Investigación de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV); el centro tecnológico del sector agroalimentario Ainia y la cooperativa valenciana Anecoop colaboran en esta iniciativa, que pretende mejorar la dosis de riego con un modelo que se adapte a los condicionantes de cada parcela.
El objetivo de este desarrollo es la configuración de un nuevo modelo que utilizará la información térmica para evaluar el estado hídrico -la sequedad- de las plantas. Estas mediciones precisas permitirán afinar la cantidad de agua aplicada en cada tipo de parcela, logrando un uso más sostenible de los recursos hídricos en la producción agrícola.
Además, este sistema de cálculo permitirá medir la evapotranspiración real del cultivo, que consiste en cuantificar la cantidad total de agua que una planta absorbe y transpira al ambiente para conocer así el volumen de riego necesario.
Por tanto, realizar un análisis de este tipo evitaría excesos que podrían llevar al desperdicio y déficits en la cosecha.
En cuanto a su valor diferencial, según explican sus impulsores, el proyecto permitirá obtener recomendaciones de riego sobre la base de una amplia recopilación de datos de cultivo y resultados científico-técnicos para adaptarse a los condicionantes de cada parcela (condiciones meteorológicas, disponibilidad y precio de los recursos hídricos, tipo de suelo, sistema de riego, edad y variedad del cultivo).
Para lograrlo, integrará modelos semimecánicos que simulan el balance hídrico del suelo y realizar la programación del riego (dosis y frecuencia) específica para las características edáficas del cultivo, es decir, las propiedades y condiciones del suelo que influyen en su capacidad para soportar el crecimiento de las plantas, en este caso.
Así pues, será la primera vez que se incorporan modelos de cultivo dentro de un sistema de asesoramiento sobre riego. Este sistema no solo tiene la capacidad de anticipar la respuesta productiva, sino que también lo hace considerando variables críticas como el volumen de agua aplicada y su calidad. Este avance representa un paso significativo hacia la optimización de la gestión hídrica en los sistemas de regadío, mejorando la eficiencia y sostenibilidad de las prácticas agrícolas.
Con respecto a su estado, se están llevando a cabo experimentaciones en los diferentes campos para calibrar y validar el modelo generado; además de integrar las diferentes metodologías que están siendo utilizadas en el proyecto, tanto de manera remota (imágenes de satélite y dron) como a nivel de campo (medidas fisiológicas). Concretamente, se testarán agronómicamente en los principales cultivos de regadío de la Comunitat Valenciana, tanto leñosos (cítricos, caqui, vid y olivo) como hortícolas al aire libre (brócoli y sandía).
Las funciones de cada entidad
El CIDE aporta la experiencia técnica del grupo de investigación Agua y Cultivo, liderado por el doctor Diego Intrigliolo, que destaca especialmente, en los cultivos hortícolas y la vid, mientras que el IVIA, contribuye con su amplio conocimiento en el ámbito de los cítricos, olivar y caqui. En este sentido, el centro de investigación IVIA se encargará de validar a nivel agronómico los desarrollos.
Por su parte, la empresa Asdron, especializada en servicios de teledetección, prevé mejorar el procesamiento de la información obtenida para así ofrecer recomendaciones a los usuarios finales sobre cómo interpretar y actuar a partir de las imágenes de aéreas y satelitales.
La UPV, a través del Instituto Universitario de Investigación de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA), aportará su experiencia en hidrología, teledetección y modelos de optimización, inteligencia artificial y determinaciones de la evapotranspiración y permitirá, además, transferir las innovaciones del proyecto a los nuevos técnicos agrónomos que cada año se forman en la universidad.
El centro tecnológico Ainia, por su parte, contribuirá con sus trabajos en sensorización y análisis de datos, favoreciendo la transferencia de resultados a las empresas; y la cooperativa Anecoop contempla mejorar la comercialización de frutas y verduras mediante la incorporación de nuevas etiquetas de ecoinnovación, que incidirán en el ahorro hídrico de este tipo de cultivos.
Este proyecto se alinea con las conclusiones del Comité Estratégico de Innovación Especializado (CEIE) en Agroalimentación, que insta a desarrollar innovaciones que mejoren el aprovechamiento óptimo del agua y las estrategias de riego.
Asimismo, DigitalRiego se enmarca en la Estrategia Especialización Inteligente de la Comunidad Valenciana, que coordina la Consejería de Innovación, Industria, Comercio y Turismo.