Badajoz y Cáceres, dos diputaciones empeñadas en la transferencia de conocimiento innovador hacia las empresas
Ambas instituciones desarrollan sendas redes municipales que buscan hacer accesible la tecnología y crear espacios de pruebas. La cacereña, la más avanzada.
Extremadura, como ya no dejan de insistir desde la Junta, ha puesto en su punto de mira la atracción de talento tecnológico y la adopción de todo tipo de iniciativas que faciliten el acceso de las empresas a tecnologías habilitadoras.
Hasta ahí, realmente, nada que no suceda en muchas otras autonomías españolas. Pero quizá lo que diferencia al territorio extremeño de otros es que las administraciones que están por debajo de la autonómica, las diputaciones, están igualmente implicadas en este cometido.
La prueba evidente de lo anterior es la red de centros de innovación que, de forma paralela, están conformando por un lado la Diputación de Cáceres y, por otro, la de Badajoz.
Se trata de dos iniciativas que, aunque en su origen nacen con metodologías diferentes, persiguen el mismo objetivo: facilitar la transferencia de conocimiento innovador hacia las empresas.
De las dos, la más avanzada -puesto que ya va camino de su tercer año de desarrollo- es la de Cáceres.
Allí, cabe recordar, se lleva a cabo Circular Fab, "un espacio abierto de innovación para ayudar a las personas y las empresas de la provincia a incorporarse a la cuarta revolución industrial, poniendo a disposición de la ciudadanía una serie de actividades, tecnologías y recursos para inventar su empleo y forma de ganarse la vida", tal y como lo definen desde la institución provincial.
Circular Fab nació con seis centros propios, ubicados en cinco localidades pequeñas -Arroyo de la Luz, Miajadas, Moraleja, Trujillo y Valencia de Alcántara- y la capital Cáceres. Con el tiempo se sumó el de Malpartida de Plasencia.
Un paso importante para esta iniciativa fue la constitución de una asociación propia que daba a este conjunto de proyectos la categoría de red.
La particularidad de los Circular Fabs es que se centran principalmente en el desarrollo de proyectos relacionados con la economía verde y circular y las tecnologías de la cuarta revolución Industrial (diseño y fabricación digital, robotización, programación, biotecnología, etc.).
En Badajoz, la iniciativa es más reciente y aún más pequeña. Allí la iniciativa la componen los Centros de Innovación Territorial, también llamados CITLabs, por cuanto tienen de laboratorios.
El presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, acompañado del alcalde de Olivenza, Manuel González, visitó hace unos días el segundo espacio, ubicado en esta localidad. Según las autoridades este centro contribuye a conformar "una red de espacios que simbolizan el esfuerzo colectivo de la institución provincial por afrontar los retos demográficos y sociales".
La red, que además del centro de Olivenza ya tiene otro inaugurado en julio en Villanueva de la Serena, sumará otro en Jerez de los Caballeros, que abrirá en cuanto se dote de personal.
El FabLab de Olivenza está en un edificio de uso compartido, el Convento de San Juan de Dios, que es un edificio histórico enclavado junto a la muralla de Olivenza. El personal previsto para la Red de CITLabs es de dos personas por centro, más dos personas en servicios centrales de coordinación y refuerzo del proyecto. El de Olivenza ya tiene a los dos profesionales incorporados, por lo que presenta un grado de actividad superior, que le ha permitido hacer los contactos con el empresariado y la sociedad civil local, y ofertar también cursos de formación.
Los centros de Badajoz
Con estos edificios, en cualquier caso, se promueve la accesibilidad a las nuevas tecnologías para crear y transferir valor social, medioambiental y empresarial a la sociedad rural extremeña a través de la innovación y los procesos tecnológicos englobados en la industria 4.0.
Se trata de un espacio de producción de objetos físicos, a escala personal o local, que cuenta con diversas tecnologías y máquinas controladas por ordenador (fabricación digital).
Aquí, los usuarios pueden diseñar desde unos pendientes, hacer un bordado diseñado en un ordenador o hacer la pieza de un pequeño electrodoméstico que se haya estropeado y que ya no se fabrique, por poner ejemplos.
Estos tres espacios de la provincia, por cierto, se integran en la red nacional de Centros de Innovación Territorial. A esos efectos, se ha suscrito un convenio con la secretaría general de Reto Demográfico del Gobierno de España, que aporta cofinanciación. En la puesta en marcha del Centro de Innovación Territorial, la Diputación de Badajoz ha invertido cerca de dos millones de euros.
El presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, ha valorado el hecho de que éste de Olivenza se encuentre cerca de la capital pacense y, por tanto, de la universidad: "Este centro va a servir de complemento para impulsar el talento de nuestros jóvenes universitarios". Además, como ha precisado, "no solo servirá para expertos, sino para inquietos".
Por su parte, ha destacado el hecho de que se trabaje en red con el conjunto del país, "ya que es una forma de aprender de los demás y una oportunidad de hacer lo que con su talento son capaces de crear".
Por último, el alcalde de Olivenza, Manuel González, ha destacado que este nuevo centro "es un lugar no solo para crear objetos, sino para crear ideas y crear conocimiento". Como ha dicho, aporta "una nueva forma de pensar y de crear, entre lo artesano y lo moderno". En definitiva, se trata de "una ventana al futuro, para potenciar al ser humano". Por ello, considera importante "el que sepamos transmitir a la ciudadanía el potencial de estos centros".