Cuando hablamos de este sector, nos viene a la cabeza el imponente mar de olivos de la provincia de Jaén y su continuación en la vecina Córdoba, pero no son, ni mucho menos, los únicos territorios productores de uno de los productos más reconocidos de nuestro país a nivel mundial, el aceite de oliva.
Ni mucho menos. Porque aunque Andalucía acapara alrededor del 80% de la producción, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, lo cierto es que es un cultivo que está presente en 15 de las 17 comunidades autónomas españolas.
Y algunas de estas regiones, como La Rioja, incluso poseen una Denominación de Origen propia a pesar de que están entre las regiones menos productoras del país.
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Precisamente allí se ha celebrado estos días un congreso que ha reflexionado sobre el presente del sector pero también sobre el futuro y en el que las palabras digitalización e innovación se han pronunciado con bastante asiduidad.
Aun así, si algo ha quedado claro en estas jornadas es que no todo es tan fácil ni tan cómodo como parece. Aún hay retos que superar, entre ellos, el de la ciberseguridad y el del aprovechamiento de los subproductos utilizando la innovación, los más destacados durante estas jornadas.
Lo cierto, en cualquier caso, es que la olivicultura aborda una transformación digital y un avance hacia modelos de cultivo más sostenibles para su adaptación al cambio climático.
Esta ha sido la conclusión positiva de la séptima edición de las Jornadas Nacionales del Grupo de Olivicultura de la Sociedad Española de Ciencias Hortícolas (SECH), que se han celebrado en Riojaforum en Logroño.
El evento ha contado con presencia de expertos nacionales e internacionales de institutos de investigación y universidades de referencia, y asistencia de investigadores, técnicos, agricultores, comercializadores y otros agentes del sector para un intercambio de experiencias que contribuya a aumentar la rentabilidad y sostenibilidad de este sector.
Pero este certamen, organizado por cierto por el gobierno de La Rioja con el apoyo del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino y la colaboración de la Denominación de Origen Protegida Aceite de La Rioja, ha puesto al descubierto los mencionados retos.
Y es que, si bien las jornadas han evidenciado que la tecnología de producción de aceite está evolucionando hacia la denominada almazara 4.0, donde se monitoriza el proceso completo mediante sensores de todo tipo y se regula el sistema para producir un aceite lo más adaptado posible a los requisitos del consumidor, no es menos cierto que se ha advertido de que "esta digitalización y el manejo de datos en la nube puede suponer riesgos de seguridad propios de otros sectores, y hace necesario pensar en la ciberseguridad asociada a la gestión de las nuevas almazaras".
En la misma línea, se ha explicado que el marco investigador relativo a la industrialización y aprovechamiento gracias a la innovación de subproductos agrícolas del olivar como las semillas del hueso o las hojas aún está en fase incipiente.
"Se está trabajando en conocer mejor estos productos con el fin de permitir una mejor transformación y valorización de estos recursos", explican desde la organización.
A estos retos, se podría sumar un tercero, que se ha venido apuntando desde Almazaras Federadas de España: la formación. Como ya apuntó su secretaria general en la última edición del 'Wake Up, Spain!', Macarena Sánchez del Águila, "hay que insistir en la formación y en el acompañamiento de los protagonistas (en referencia a agricultores y productores) para que no se queden descolgados".
En resumen, ese tránsito hacia la digitalización del sector en busca de una mayor sostenibilidad económica y ambiental aún no está resuelto del todo, a pesar de que los avances han sido notables.
Durante estas jornadas se ha puesto de manifiesto que la industria de la aceituna de mesa está muy desarrollada y es capaz de aprovechar nuevas oportunidades de mercado mediante la innovación.
Estudiar sistemas de cultivos alternativos
Actualmente se dedican muchos esfuerzos de investigación en solucionar problemas concretos como evitar la formación de acrilamida (una sustancia química que se forma en los alimentos ricos en almidón) o la mejora de las tecnologías aplicables a la elaboración de aceitunas negras.
Los expertos han concluido la importancia de estudiar sistemas de cultivos alternativos basados en la gestión de técnicas de cultivo como el riego, utilización de restos de poda y la aplicación de nutrientes, que permitan la sostenibilidad de explotaciones olivareras, desde el punto de vista ambiental y económico.
Asimismo, han destacado la necesidad de incorporar en la gestión técnicas de agricultura digital, utilización de drones y procesado de datos masivos.
Por otra parte, se ha explicado que se está avanzando en el estudio de las bases químicas de atributos positivos del aceite poco convencionales, pero que pueden ser útiles para la tipificación de variedades y zonas productoras.
Estas estrategias se están estudiando desde el ámbito de la investigación pública y también desde el sector privado para su implementación final y el desarrollo de aplicaciones concretas.
Por lo que respecta a los recursos genéticos, se ha valorado que existe una gran biodiversidad varietal en el olivo tanto en La Rioja como en el resto de España y la cuenca mediterránea.
Ha quedado reflejado durante el congreso que, en particular en La Rioja, es "sorprendente" el gran número de variedades que se han identificado en las prospecciones que se han realizado en los últimos años.
Los expertos han subrayado "el gran interés de catalogar y estudiar este patrimonio varietal que permita adaptar el olivo a las condiciones climáticas cambiantes y que permita ofrecer al mercado aceites adaptados a distintos gustos".
En relación con la protección de los cultivos, las imágenes hiperespectrales y térmicas de alta resolución permiten ya la detección precoz de las infecciones y síntomas causados por enfermedades con un impacto muy negativo sobre los olivares.
Las jornadas se han estructurado en sesiones científicas centradas en propuestas innovadoras del sector de la olivicultura en la producción, transformación, comercialización o mejora de la calidad.
A las sesiones han precedido conferencias plenarias, impartidas por investigadores de prestigio, seguidas de sesiones de comunicaciones orales y otras en forma de pósteres. Asimismo, se han celebrado mesas redondas. También se ha programado una visita de carácter técnico.