Canal de Isabel II es la empresa pública de la Comunidad de Madrid responsable la gestión hídrica de la región. En los últimos años, esta entidad ha dado muestras de la importancia que concede a la innovación tecnológica en sus procesos. Y, precisamente por ello, tecnologías como la inteligencia artificial o los vehículos no tripulados (también llamados drones) forman parte ya del conjunto de herramientas de su día a día.

Tanta es la importancia que concede a la disrupción que, de hecho, el Plan Estratégico para el período 2018-2030 de la empresa pública concede especial protagonismo a la innovación.

En este contexto, no extraña, pues, que de vez en cuando desde la Comunidad de Madrid se anuncien proyectos disruptores desarrollados por Canal de Isabel II. En este caso, como decíamos, la IA y los drones son los protagonistas. El marco de actuación es el alcantarillado.

Y es que la entidad ha incorporado drones e inteligencia artificial a las labores de inspección y mantenimiento de su red de alcantarillado para la detección de deficiencias. Así, la empresa pública ha desarrollado un modelo autónomo y autopilotado capaz de examinar con precisión los 2.500 kilómetros de galerías visitables (que permiten el acceso de personal técnico) y enviar los datos recopilados con mayor rapidez.

Para la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, el uso de estas tecnologías de vanguardia evita riesgos laborales, ya que no es necesario que los profesionales tengan que recorrer los conductos subterráneos y, además, facilitan la comparación de resultados entre distintas exploraciones.

Una vez programada la ruta, el dron está preparado para realizar el vuelo de forma autónoma y es capaz de esquivar los obstáculos que se encuentra por el camino. En su recorrido, graba imágenes en alta resolución que, posteriormente, se analizan en busca de defectos y obstrucciones en la red. Al llevar a cabo el mismo reconocimiento con meses de diferencia, permite medir con exactitud fisuras o cambios.

Una vez recogidos los datos por el dron, se interpretan con programas de inteligencia artificial que aportan información automatizada, objetiva y fiable sobre el estado de las conducciones e incluso reflejan las actuaciones necesarias a acometer en cada tramo de red.

La combinación entre los resultados de los informes y los propios recursos audiovisuales filmados por el dispositivo, que además de las imágenes estándar también levanta una nube de puntos del recorrido, ahorra tiempo, optimiza costes, logra estandarizar el análisis de los desperfectos.

La empresa responsable de la gestión del ciclo urbano del agua en la Comunidad de Madrid, Canal de Isabel II, está utilizando, igualmente, estos equipos para analizar otras infraestructuras de abastecimiento, como canalizaciones que salen de las presas o galerías de servicio de esta red. Con ello, ha conseguido una mayor precisión en las conclusiones, más rapidez a la hora de detectar fallos y, sobre todo, más seguridad y salud para los trabajadores.

No es el único proyecto tecnológico de Canal de Isabel II, ni mucho menos. Hace un par de años, DISRUPTORES ya explicó el entramado tecnológico que hace posible el control hídrico de la Comunidad de Madrid.

La empresa maneja más de 200.000 datos en tiempo real, monitoriza más de 2.000 estaciones remotas desde su Centro de Control y gestiona cerca de 30.000 instrumentos de medida, según destacan fuentes del organismo público.

Esta empresa fue pionera en su día en el desarrollo de sistemas de telecontrol para la gestión del ciclo integral del agua. Actualmente dispone de un completo sistema de telecontrol que permite conocer en tiempo real la situación hidráulica de las infraestructuras de abastecimiento y saneamiento, el estado de la calidad de las aguas, las captaciones de aguas subterráneas y otros parámetros.

Además, la instalación de 277 kilómetros de fibra óptica, de 99 acometidas eléctricas, y el acondicionamiento y/o instalación de 107 casetas de telecomunicaciones, es lo que ha hecho posible implementar sistemas de vigilancia y control en tiempo real de los depósitos de regulación de la zona norte de la región.