Grupos de WhatsApp hay millones. Grupos de WhatsApp que acaben convirtiéndose en una asociación que lucha contra la discriminación del colectivo LGTBI+ en ciencia, tecnología e innovación, quizá sólo haya uno.
La 'Asociación para la Diversidad Afectivo-Sexual y de Género en Ciencia, Tecnología e Innovación', más conocida con el nombre de PRISMA, se constituyó en Pamplona (Navarra) después de que los miembros de ese grupo pusieran en común sus inquietudes.
La comunidad foral se convirtió en el kilómetro cero de una entidad que ha encontrado en este territorio un apoyo "constante" por parte de todo tipo de entidades, incluido el gobierno regional, que ha demostrado en muchas ocasiones su especial sensibilidad con todo lo que tiene que ver con la eliminación de barreras y brechas.
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Desde ese momento, PRISMA no ha parado de crecer y hoy ya son 150 miembros repartidos por todo el país, convirtiéndose en una entidad con gran influencia y que recientemente ha vuelto a su lugar de origen para celebrar una de sus jornadas de sensibilización.
El presidente de la asociación, Tiago Botelho, responde a la llamada telefónica de D+I para reflexionar sobre todo lo que rodea a un colectivo que "nunca lo tiene fácil en general". Y el sector de la tecnología, la ciencia y la innovación no es una excepción.
"Se suele hablar con cierta frecuencia de la dificultad que tienen las mujeres para llegar a puestos de alta responsabilidad en laboratorios, centros de investigación, empresas tecnológicas… Pero no se habla tanto del mismo fenómeno aplicado a gente con mucho talento dentro del colectivo LGTBI+", remarca Botelho.
La lucha contra la discriminación es uno de los ejes en los que trabaja PRISMA con empresas, entidades públicas y centros universitarios.
"Trabajamos con las entidades una serie de medidas que pueden aplicar para ser más inclusivos", explica. "Queremos una ciencia llena de miradas diversas, capaces de expandir nuestro conocimiento y aportar nuevas soluciones a los grandes problemas de nuestro tiempo. Queremos igualdad de oportunidades, espacios seguros, visibilidad, producción científica de calidad", concluye.
De hecho, PRISMA trabaja con un decálogo de medidas concretas. Las cinco primeras son proporcionar información al personal del sector en materia LGTBI+; apoyar una educación inclusiva; establecer canales seguros en los que el personal pueda denunciar tratos negativos hacia su persona; garantizar igualdad de oportunidades de acceso a un puesto de trabajo; establecer protocolos y guías para gestionar el proceso de transición de las personas trans en el ámbito laboral.
Otro bloque de medidas tiene que ver con la creación de baños inclusivos (de género neutro); rechazar los discursos pseudocientíficos utilizados para discriminar al colectivo; visibilizar referentes LGTBI+ en el ámbito de la ciencia y la tecnología; mantener una perspectiva interseccional en todas las acciones realizadas en este marco, evitando reducir el colectivo a 'colectivo gay' y, por último, generar equipos de trabajo diversos que eviten sesgos machistas.
Estas medidas están basadas, según PRISMA, en una serie de estudios internacionales que hablan, por ejemplo, de que "un 28% de las personas LGTBIQA+ del mundo de las ciencias físicas en el Reino Unido han considerado en algún momento de su carrera científica dejar su trabajo por el ambiente de discriminación que vivían por su orientación afectivo-sexual o su identidad de género".
El 11% de los hombres LGTB y el 31% de las mujeres LGTB, que se dedican a la Física en Reino Unido han sufrido acoso en sus centros de trabajo, según un informe de 2019. Este porcentaje se eleva hasta el 42% para personas de género no normativo.
"Son estudios que vienen del Reino Unido y lo que nos gustaría es que aquí en España hubiera estudios de este tipo para ver nuestra realidad", pregona el presidente de PRISMA.
Un estudio para España
Y en ello está la asociación, que, según revela a D+I su máximo responsable, ha llamado a la puerta del Ministerio de Ciencia e Innovación para buscar una colaboración en este sentido.
No sería la primera vez que ambas instituciones colaborarían. Y es que PRISMA, según indica Tiago Botelho, participó en la recientemente aprobada Ley de Ciencia del Gobierno de España.
En este importante cuerpo normativo, la asociación influyó a la hora de garantizar que las medidas de protección de la diversidad y de reducción de la brecha de género incluyera también al colectivo LGTBI+.
"Introducir nuestra opinión en cuerpos normativos como este es de vital importancia para nuestro colectivo", afirma, no sin apuntar que "también estamos intentando estar presentes en las diferentes leyes de ciencia autonómicas que se están desarrollando".
En su opinión, "cada vez hay más aperturismo en este sentido, pero no podemos bajar la guardia".
Volviendo a Navarra y a la jornada celebrada recientemente por parte de PRISMA, el consejero de Universidad, Innovación y Transformación Digital, Juan Cruz Cigudosa, reafirmó la importancia de promover un Sistema Navarro de Innovación "inclusivo, de entornos y espacios científicos diversos, que promueve la visibilidad y la presencia de las personas LGTBI+ en organismos de innovación públicos y privados".
Conferencia PRISMA 2022
Una muestra más del compromiso del gobierno regional con un colectivo que, en general, aún considera que queda mucho trabajo por hacer.
Además del trabajo que realiza PRISMA en favor de la visibilización de referentes, la reducción de brechas o poner en valor la diversidad en el mundo de la ciencia, la tecnología y la innovación, esta entidad también está centrada en erradicar la intolerancia desmontando bulos y fake news.
Cita el ejemplo Tiago Botelho de "la noticia que habló en su día de que se había descubierto el gen gay". PRISMA puso a trabajar a un batallón de personas para "demostrar desde la ciencia" que ese artículo "era sensacionalista".
La próxima parada de la asociación será Barcelona los próximos 13, 14 y 15 de noviembre, con la celebración de la Conferencia PRISMA 2022.
"El objetivo es generar un espacio de conocimiento interdisciplinar y experiencias compartidas que promuevan redes de apoyo mutuo entre las personas con orientaciones e identidades diversas que trabajan en el ámbito científico y tecnológico", explican desde la entidad.
"Conocer y compartir estas realidades permite reconocer los sesgos y desigualdades aún existentes, promover la participación de la comunidad en la investigación y generar espacios más inclusivos y seguros en todos los niveles y estratos del trabajo científico", concluyen.