Las enfermedades neurodegenerativas son, en gran parte, el centro de la diana en lo que corresponde a innovación. La tecnología trabaja contra reloj para aportar soluciones que faciliten el día a día de personas que las sufren, porque para la mayoría, el contador acelera su ritmo de forma inversamente proporcional a su calidad de vida.
Concretamente, el Alzheimer (EA) es una de las principales causas de demencia (no la única). Alois Alzheimer la definió en su momento como una "enfermedad degenerativa cerebral en la que se pierden neuronas, se produce el acúmulo de una proteína anormal (amiloide) y muestra lesiones características (placas seniles y ovillos neurofibrilares)".
Según datos aportados por la Fundación Maragall, dos tercios de las personas que sufren este particular deterioro cognitivo se encuentran sin diagnosticar y la Sociedad Española de Neurología adelanta que en el año 2050 habrá cerca de un millón de casos de demencia.
Cuando tienes serias dificultades para comprender lo que está sucediendo a tu alrededor, o no consigues hacerte entender, el nivel de ansiedad se puede llegar a disparar, incluso provocando explosiones violentas con los cuidadores y el propio enfermo, como principales damnificados.
La buena noticia es que estas situaciones vienen precedidas por un aumento de la frecuencia cardiaca, la temperatura o determinados rangos de movimiento que se pueden medir. Es exactamente el objetivo de los calcetines inteligentes (una prenda de ropa más familiar para el enfermo y con menos probabilidad de que éste se los quite) que ha desarrollado el laboratorio científico Milbotix, junto a la compañía española Unimedia Technology.
IoT para prevenir episodios violentos
Jaume Vidal, CEO de Unimedia Technology, explica el funcionamiento de estos SmartSocks: "Utilizan sensores integrados en el calcetín para medir frecuencia cardíaca, sudoración, temperatura y movimiento. Estos datos son analizados por un modelo de inteligencia artificial (IA) para detectar estados de ansiedad. Cuando se identifica un episodio de ansiedad, se envía una notificación a una aplicación móvil, alertando a los cuidadores para que asistan al paciente".
Los asistentes virtuales como Amazon Echo o Google Home también pueden ayudar a las personas con Alzheimer a realizar llamadas telefónicas o coordinar alarmas y recordatorios. La app Medisafe, por su parte, puede recordar a los pacientes cuándo y cómo tomar sus medicamentos.
También encontramos sistemas como el SmartThings, de Samsung, que permite a los cuidadores monitorear el movimiento y la actividad en el hogar, especialmente destinado a prevenir situaciones de peligro cerca de puertas y ventanas. O robots terapéuticos como PARO, con una peculiar forma de foca, capaces de proporcionarles consuelo y estimulación sensorial.
Sin olvidar a uno de los mayores casos de éxito en nuestro país: Neuroelectrics, con su StarStim, el casco no invasivo que estimula y excita el cerebro con pequeñas descargas eléctricas, para adelantarse a este tipo de enfermedades.
Vaya por delante que la elección de la herramienta adecuada dependerá siempre del individuo y del estado de progresión de su enfermedad. Gran parte de estas tecnologías ofrecen apoyo y tranquilidad a los cuidadores y familiares, pero lo verdaderamente interesante llega de aquellas que proporcionan asistencia directa a las personas con Alzheimer.
Por ejemplo, ¿qué ocurre cuando una de estas personas, se extravía y no recuerda cómo volver a casa o cuál es, siquiera, su nombre?
Etiquetas con QR y NFC en la ropa
Puede pasar. De hecho, le sucedió en varias ocasiones al padre de Carlota Pérez, cofundadora de CALMTAG.
"Tras las primeras veces le regalamos un reloj geolocalizador, pero pronto dejó de llevarlo porque le molestaba. También le pusimos un gps en el coche hasta que otro día volvió a desorientarse con el mismo. Activamos el protocolo que nos había indicado la empresa correspondiente y tardamos aproximadamente dos horas en encontrarle".
"Cuando lo hicimos, se había bajado del vehículo, parado en mitad de una calle y estaba hablando con una señora que no sabía cómo ayudarle, por estar indocumentado. Tampoco recordaba el código pin del móvil", recuerda Carlota como unas horas tremendamente angustiosas.
Así detectó la oportunidad de crear CALMTAG, startup que ofrece una aplicación disponible para Android e IOS, en la que introducen toda la información de los familiares y desde la que también se activan los dispositivos de geolocalización en tiempo real para Iphone (CALMTAG tracker) y de identificación a través de la ropa, como etiquetas y polos CALMTAG, o dispositivos para las llaves, mochilas y bolsos, como el llavero o el PIN CALMTAG.
"Les ayuda hablando por ellos, en caso de emergencia, porque leyendo el QR o NFC, avisamos directamente a sus familiares. Son alertados y puestos en contacto con la persona o servicios de seguridad que están atendiendo al familiar en situación de emergencia, en el momento, e incorporando información de localización, información médica esencial para emergencias e información de alergias", explica.
Por último, y en respuesta a las necesidades planteadas por las familias, han lanzado el primer Calmtag ID para el monedero (destinado a transportar en el pantalón o incluso, en el traje de baño). Una tecnología que preserva con esmero la identidad de los enfermos. Solo se mostrará la información del familiar que el cuidador haya autorizado previamente y que sea útil para un caso de emergencia.
La seguridad para demencia supone un coste adicional anual para las familias de 2.500 euros; que hay que sumar a los 25.000 euros aproximados que conlleva la propia enfermedad
"Estimamos que gracias a CALMTAG el tiempo de identificación de una persona se puede reducir en más del 80%", señala la responsable de esta empresa que quiere convertirse en referente de seguridad independiente del móvil, para las familias.
"El desarrollo de CALMTAG está firmemente ligado a la construcción de Smart Cities a través de la Red CALMTAG: establecimientos y puntos seguros en las ciudades. Este paso será esencial para la creación de valor añadido a empresas e instituciones que ya están presentes en las calles de las ciudades".
Su estimación es que, en la actualidad, la seguridad para demencia y personas dependientes supone un coste adicional anual para las familias superior a 2.500 euros, por encima de los 25.000 euros, aproximados, que ya conlleva la propia enfermedad.
Además, solo en Europa, el 20% de las personas diagnosticadas con demencia lo hacen en etapas tempranas, por lo que la detección precoz para recibir un tratamiento adecuado es determinante.
Detección de deterioro cognitivo, temprano
Carla Zaldua es la cofundadora y CEO de Accexible, herramienta de detección y seguimiento de la evolución de la enfermedad a través de modelos basados en biomarcadores vocales.
"Tan sólo el 16% de las personas diagnosticadas con Alzheimer, anualmente, se realiza en etapas tempranas. Una detección temprana permite el acceso a tratamientos que ralentizan la evolución de esta afección, y en nuestro caso, de forma no invasiva e incluso en remoto", traslada.
Antes de fundar Accexible, Carla trabajaba en una fundación suiza en la que se dedicaban a llevar proyectos de i+d al mercado. "Leí un artículo científico en el que en un entorno controlado, a través del análisis de lenguaje de las personas, se podía detectar si estas sufrían Alzheimer. Me dieron una pequeña ayuda para realizar un piloto en español y los resultados fueron excelentes", recuerda. Hoy, se encuentran desarrollando los modelos de detección de emociones a través del análisis del habla.
En palabras de Carla Zaldua: "Tenemos un proyecto con cinco universidades en México y una en Estados Unidos para el bienestar emocional del alumnado universitario, además de diferentes aplicaciones de nuestra herramienta de detección de deterioro cognitivo leve en los mismos, más Reino Unido y nuestro país. Nuestro objetivo actual es escalar el uso de estos modelos de detección en diferentes entornos y países", augura.
Más allá de la detección temprana, los pacientes enfrentan el reto de acceder rápidamente a tratamientos adecuados que mitiguen los síntomas inmediatos. La gestión de los mismos, el apoyo continuo, el mantenimiento de la autonomía y la dignidad, así como la navegación por el sistema de salud representan desafíos significativos.
La tecnología emergente (como la reproducción de contenido audiovisual calmante o los ya citados sistemas de monitoreo avanzado) será fundamental para abordar estos retos, facilitando un mejor manejo de la enfermedad y apoyo a los cuidadores.