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Universalizar y democratizar la cirugía de precisión es el objetivo que se ha marcado Rob Surgical, la empresa que ha desarrollado el robot quirúrgico Bitrack, el Da Vinci catalán que ya está preparado para entrar en los quirófanos. Y para ello, una de las opciones de comercialización contempla la posibilidad del pago por uso, un modelo hasta ahora inusual en el sector.

"Cuando es necesario realizar una cirugía de precisión, los hospitales medianos y pequeños, tanto públicos como privados, derivan a sus pacientes a grandes centros sanitarios. Para ellos es prácticamente imposible adquirir una unidad robótica para este tipo de intervenciones, por el coste que representa pero también porque su utilización no es diaria, por no hablar del espacio que ocupan", explica Alicia Casals, cofundadora de Rob Surgical.

La empresa, que participó en una de las mesas redondas de la décima edición de La Nit de la Robótica, organizada a finales de octubre por el Colegio de Ingenieros Industriales de Catalunya, nació como spinoff de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) y del Instituto de Bioingeniería de Catalunya (IBEC) el 2012, de mano de los catedráticos Josep Amat, Manel Frigola y Alícia Casals, y del emprendedor Jaume Amat. Ahora solo está a la espera de obtener las certificaciones sanitarias europeas necesarias para iniciar su comercialización.

En la línea de salida

"Esperamos tener respuesta positiva de Europa como mucho en junio del próximo año para empezar la fabricación y venta de las primeras unidades, y poner en marcha el modelo de pago por uso de Bitrack", asegura Jaume Amat, director general de la compañía.

Rob Surgical, uno de los miembros más destacados de Catalonia.Health, entidad que representa a las empresas del sector de la biomedicina y la salud en Cataluña, posee también una planta de producción, situada en El Prat de Llobregat, población del área metropolitana de Barcelona, donde desarrollará las unidades de Bitrack. "Estamos preparados y solo esperamos las certificaciones para empezar a fabricar".

Alicia Casals y Jaume Amat, cofundadores.

Han sido doce años de desarrollo y más de 20 millones de euros de inversión, pero Britrack ya está a punto. Inició las primeras pruebas quirúrgicas utilizando modelos de animales y cadáveres hasta participar con éxito en nefrectomías radicales (extirpación de riñón), que validaron la seguridad y la eficacia del robot.

Durante la fase preclínica participaron cirujanos de la Clínica Mayor de Estados Unidos y los hospitales universitarios Clínic, Vall d’Hebron y Germans Trias i Pujol, y también se contó con la colaboración de los centros de investigación Specipig e IGTP (Instituto Germans Trias i Pujol).

Cirugía híbrida

"Nuestra propuesta de valor se basa en tres pilares: alta precisión y seguridad, que benefician al paciente; una usabilidad superior para el cirujano; y una reducción significativa del costo total por cirugía, que beneficia todos los hospitales privados y al sistema de salud público", concreta Amat.

A diferencia del robot quirúrgico Da Vinci, Bitrack no necesita un quirófano exclusivo, requiere menos personal, no es necesaria una formación intensa para su usabilidad, utiliza los instrumentos médicos que posee el hospital y su sistema informático "porque utilizamos una plataforma abierta", y permite las intervenciones híbridas.

Imagen de otras de las intervenciones en la fase preclínica del robot.

Bitrack ofrece al cirujano la posibilidad de combinar maniobras manuales y métodos robóticos en el mismo procedimiento, aprovechando las ventajas de la cirugía laparoscópica y la robótica. "De esta manera, el robot interviene solo en las partes más delicadas de la operación", explica Casals. Además, el robot ofrece la posibilidad de guiar automáticamente la cámara incluso cuando se trabaja con instrumentos manuales.

"Este sistema híbrido permite combinar la precisión y la seguridad del robot con la experiencia del equipo médico, hecho que reduce los tiempos de intervención y favorece la rotación del quirófano", comenta Amat, que insiste en la necesidad de universalizar la cirugía de precisión: "los hospitales pueden concentrar este tipo de intervenciones en unos días concretos y nosotros trasladaremos a Bitrack donde lo necesiten, y el hospital pagará por su uso, sin necesidad de adquirir el robot".

Las intervenciones que ha realizado el robot quirúrgico se han focalizado en el ámbito de la urología pero, aseguran sus creadores, "también es apropiado para cirugía general, ginecología y gastrointestinal". El próximo paso de Bitrack, anuncian sus creadores, será entrar en la cirugía digital, con la incorporación de la inteligencia artificial a su plataforma.