La economía de impacto está enraizada en los cimientos de una nueva visión del emprendimiento, no sólo en España, sino a nivel global, donde la rentabilidad económica es importante, pero no el único leitmotiv de los nuevos proyectos.
Este sector ha cambiado sobremanera en los últimos diez años y su trayectoria no hubiera sido la misma sin la determinación de actores protagonistas que comenzaron a hablar de impacto y propósito cuando apenas nadie sabía exactamente a qué se referían.
La Fundación Ship2B es uno de ellos. Nacida en 2013 de la mano de Xavier Pont, Maite Fibla y Clara Navarro con la economía de impacto en su ADN, su contribución ha sido determinante para consolidar esa visión moduladora del mercado que busca el término medio -donde reside la virtud, según Aristóteles- entre la rentabilidad y la filantropía.
Porque la economía de impacto traspasa en la actualidad cualquier moda, tendencia de inversión o filosofía filantrópica y se afianza cada día más como un elemento recurrente en la estrategia y tesis de startups, inversores y corporaciones.
Las cifras así lo confirman. El último informe de la patronal SpainNAB, dado a conocer durante el pasado otoño en el marco del GSG Global Impact Summit, evidencia un crecimiento del 58% de los activos bajo gestión en inversión de impacto en España, hasta alcanzar 1.208 millones de euros en 2023.
El mismo informe revelaba que de este total, los fondos de capital privado se sitúan como los principales impulsores de la inversión de impacto, con 874 millones de euros gestionados en 2022, el doble de la cifra del año anterior.
Las fundaciones se posicionan, además, como los segundos agentes con mayor volumen de activos gestionados, un total de 236 millones de euros (+1%), y el resto -plataformas de crowfunding, family offices, capital riesgo corporativo, fondos o entidades de financiación pública- suman un total de 99 millones de euros (+3,8%).
Llegamos a este punto, y sabedores que todavía falta camino por recorrer en el sector del impacto -aunque se goza de una madurez que era impensable hace diez años-, Ship2B defiende que comienza una nueva etapa en la que aspira a ser un agente dinamizador de los grandes proyectos de impacto que están por llegar a España.
Pero ¿cómo ha contribuido a este futuro punto de inflexión Ship2B? Lo cuenta para DISRUPTORES - EL ESPAÑOL Guillermo Ricarte, nuevo director general de la fundación desde el pasado febrero.
"La mayor concienciación de la ciudadanía y el acercamiento del capital al mundo del impacto está detrás del crecimiento de los últimos años"
"La mayor concienciación de la ciudadanía por estos temas, por la sostenibilidad y el medioambiente y también por la justicia social, ha alentado el crecimiento de este sector en los últimos años, y también, porque evidentemente el capital está mirando cada vez más al mundo del impacto".
El primer programa de aceleración de Ship2B se lanzó en 2014, para proyectos de impacto con cualquier forma jurídica y de cualquier ámbito y sector y en aquella primera convocatoria se acompañaron a un total de 11 proyectos. Hasta la fecha, ha acelerado un total de 234 startups.
El 'sacrificio' del impacto
Según explican desde la fundación, en los siguientes años evolucionó hacia varios programas sectoriales -salud, medioambiente, educación, empleabilidad, tercer sector, entre otros-, pero todos con la maximización del impacto como epicentro.
A principios de este año, Ship2B ha dado paso a una nueva etapa centrándose en programas de aceleración de proyectos impact first -empresas y entidades sociales con poco potencial de escalabilidad o que para maximizar su impacto social deben renunciar a rentabilidad económica-.
"Hay que sacrificar parte del retorno, el impacto conlleva un sacrificio. Igual que el consumidor que quiere un producto que es respetuoso con el planeta, que conlleva un valor añadido sabe que igual tiene que pagar un poco más y hacer un esfuerzo en buscar ese producto fuera de los canales más habituales, el impacto en la inversión también conlleva renunciar a una parte de la rentabilidad", asevera Guillermo Ricarte.
En este contexto, las señas de identidad de su aceleradora son la personalización de su programa a las particularidades y necesidades de cada participante y la conexión con el ecosistema de la propia Fundación Ship2B con el fin de buscar alianzas.
Equipo, grado de innovación, potencial de impacto y escalabilidad son los requisitos que deben tener las startups para acceder a la aceleración de Ship2B
Y ¿qué busca Ship2B para que un proyecto emprendedor pueda entrar a formar parte de su aceleradora? Lo primero, y como no podía ser de otra manera en iniciativas tan iniciales, el equipo, sobre todo se fijan en su potencial, foco y dedicación.
En segundo lugar, el grado de innovación del proyecto que abarca tanto la puramente tecnológica, como las nuevas formas de solucionar retos con la tecnología ya existente.
En tercer lugar, desde Ship2B apuntan al potencial de impacto de la startup; esa capacidad de generar, medir y gestionar el impacto generado enfocado a una problemática social y/o medioambiental.
Y, por último, y no por ello menos importante la escalabilidad, el potencial de replicar la solución a nuevos territorios y beneficiarios.
Entre las startups más conocidas que ha pasado por sus programas destacan, entre otras, Qida, empresa de atención domiciliaria para personas mayores; Cebiotex, biotecnológica que ha desarrollado un tejido que mejora el tratamiento contra el cáncer en edad adulta e infantil; Hannun, startup cotizada en bolsa que diseña y fabrica muebles artesanales; Grupo Sylvestris, empresa de reforestación de bosques que emplea a personas en riesgo de exclusión, y Worldcoo, adquirida por Glovo que facilita la canalización de recursos a entidades del tercer sector a través del Redondeo Solidario.
En estos más de diez años en la primera línea, Ship2B ha acelerado a más de 200 startups de impacto que han movilizado más de 100 millones de euros; ha ayudado a innovar y buscar nuevos modelos de generación de ingresos a más de 90 entidades sociales y ha acompañado a más de 70 grandes empresas en procesos de innovación de impacto.
Además, la Fundación Ship2B puso en marcha una de las primeras redes de inversión de impacto de España que derivo en un primer vehículo de 4,5 millones de euros para invertir en startups. Con el fin de potenciar el área de financiación, se lanzó en 2020 la spinoff Ship2B Ventures, gestora de venture capital de impacto que cuenta con un fondo de 55 millones de euros.
A ello se suma su evento de referencia de la economía de impacto en España, el Ship2B Impact Forum, un encuentro donde anualmente se reúnen más de 500 líderes de la economía de nuestro país para debatir y dar forma al futuro de este sector.
La edición de este año apunta alto. Desde Ship2B eluden, por el momento, adelantar un aperitivo de lo que está gestando entre bambalinas pero, a tenor de esos grandes proyectos de impacto que consideran ha llegado la hora de que España lidere, la edición de este año no puede llegar con más interés para el ecosistema. Esperaremos pacientes. Ya falta menos.