Clara Gutiérrez, la inversora de la metodología implacable: "Sólo con tu olfato no llegarás a las mejores startups"
La socia directora de Brain VC contribuye con su conocimiento del ecosistema startup y de innovación, gestado en BBVA, a captar los proyectos más disruptivos de IA que están gestando una nueva economía digital.
13 mayo, 2024 02:57Se considera una mujer de su tiempo, consciente de que los perfiles femeninos todavía tienen un peso minoritario en el mundo de la inversión, donde no duda en sacar todas sus armas -muy en línea con la filosofía de 'si la vida te da limones haz limonada'- para reivindicar su espacio, ese que defiende con el aplomo que imprimen años de duro trabajo y una metodología implacable.
No se entiende de otra manera cómo Clara Gutiérrez, Managing Director de Brain VC, se ha convertido en una de las mujeres más consagradas en la economía digital de nuestro país, con una trayectoria profesional que se enraíza en el BBVA y la aceleradora StepOne.
Segura de sí misma, con esa habilidad camaleónica que igual la faculta para escuchar a quien le habla con gran empatía que imprime un golpe en la mesa sin ejercer ni un atisbo de violencia, la inversora madrileña se siente responsable de contribuir a visibilizar la labor de la mujer en el ecosistema innovador español.
"Necesitamos referentes cercanos. Patricia Botín es un ejemplo a seguir, por supuesto, pero poner ahí el listón es ejercer una presión muy grande sobre las jóvenes. Deben conocer casos que puedan identificar en su día a día, que les permitan interesarse por este mundo realmente", relata Clara Gutiérrez en su conversación con DISRUPTORES - EL ESPAÑOL.
La empresaria derrocha personalidad y no de esa impostada para hacerse notar en un sector, el de la inversión, con preminencia -por el momento- de perfiles masculinos. Clara ya apuntaba maneras desde bien pequeña.
"De niña leía las páginas salmón de 'El País' que mi padre traía a casa; aún no sabía estructurarlo académicamente, pero me gustaba, lo había mamado"
Dicen que de casta le viene al galgo y, en el caso de Clara, el refrán se cumple a rajatabla. Su entorno familiar influyó de forma positiva y sus padres han sido sus grandes referentes, ambos muy relacionados con la política y el mundo de la economía al más alto nivel, un ambiente del que se empapó desde la infancia.
"Era una niña que hablaba de la problemática del desempleo y que leía las páginas salmón de El País que traía mi padre a casa". Reconoce que "era un poco rara", pero confiesa: "lo iba mamando de forma natural". "No sabía estructurarlo desde un punto de vista académico, pero me gustaba".
Su excelente expediente académico parecía encaminarla hacia la medicina -"en España aún se piensa que se desperdicia la nota si se opta por otra opción", pero su padre, que la conocía muy bien, no estaba dispuesto a que errara en una elección tan crucial en la vida.
"El director de mi instituto me llamó a filas para decirme que cómo iba a tirar a la basura mi nota. Saqué la mejor nota de COU y Selectividad de mi centro, pero medicina no era para mí", reconoce.
Así que cuando su padre la hizo reaccionar, ella se sintió, de alguna forma aliviada, y confirmó que su futuro continuaría teniendo mucho que ver con aquellas páginas color salmón que le abrían una ventana a un mundo del que todavía no comprendía toda su dimensión, pero que le fascinaba.
"Recordaré siempre cuando mi padre me dijo: ¿Y si te dedicas a lo que realmente te gusta, a lo que es tu hobby?". No se equivocó.
Madrid, Londres, París... y vuelta a España
Estudió Ciencias Económicas en la Universidad Complutense de Madrid, se especializó en macroeconomía -esa disciplina que le fascinaba desde niña- y se doctoró en Política Monetaria.
"Cuando acabé la carrera, me interesaba mucho la macroeconomía y me veía más bien en la Unión Europea, así que me fui a estudiar un MBA en la Grande Ecole de Commerce de Paris (ESCP) a Londres", relata a DISRUPTORES - EL ESPAÑOL.
Fue precisamente allí, en la City, donde Clara Gutiérrez dio sus primeros pasos en el mundo laboral de la mano de Diageo, compañía británica dedicada a la fabricación y distribución de bebidas alcohólicas y uno de los nombres propios del sector a escala global.
Aquella primera incursión laboral se produjo en el departamento de Guiness -"un emblema allí", puntualiza Clara-, concretamente en el departamento de marketing. "Apasionante, divertido", afirma. Pero no era la horma de su zapato.
"En BBVA comenzó el germen de la persona que soy en la actualidad; estuve 12 años y fue allí donde conocí lo que era la inversión en startups"
"Me faltaba la base matemática, eso que tenía la macroeconomía y que me provocaba tanta atracción". Y de Londres a París en poco más de un año para poner rumbo a España de nuevo después de la mano del BBVA.
Comenzaba en ese momento una de las etapas profesionales más inspiradoras y determinantes de su carrera. "Me llaman de BBVA estando en París y me proponen un puesto, todavía muy júnior, para un departamento de creación nueva, de innovación".
En aquel 2006 la innovación en banca era un proceso todavía muy incipiente en España. "Nunca me había imaginado en un banco ni en un departamento tan peculiar como la innovación".
"Ahí empieza el germen de la persona que soy ahora. En BBVA estuve 12 años, empecé en ese departamento de innovación, y donde hago pequeñas inversiones en startups. Dependíamos directamente del consejero delegado, que era Goirigolzarri, y que nos apoyó muchísimo. Sabíamos que teníamos que apostar por la innovación, pero desconocíamos aún cómo integrarla muy bien en la casa".
Primer fondo corporativo
Esa etapa le permitió profundizar en el aprendizaje del ecosistema. "Dimos paso dentro del área de fusiones y adquisiciones -M&A-, que dirigía entonces Carlos Torres, a crear una sección para acometer inversiones desde una estructura más profesionalizada", puntualiza.
"Esta estrategia fue ganando peso dentro del banco hasta que se decide crear el primer fondo corporativo de BBVA en San Francisco, de 220 millones de dólares, para invertir en tecnologías innovadoras relacionadas con fintech", indica Gutiérrez. Corría el año 2011 y el ecosistema emprendedor español todavía no estaba preparado para acoger una iniciativa de este calibre.
"Siempre seré de BBVA. Todo el conocimiento generado esos años se lo debo al banco, porque entonces había que estar en San Francisco para entender lo que pasaba en innovación"
"Aquí no se entendía lo que era inversión en innovación, y no había un tejido emprendedor que lo sostuviera. Por eso nos vamos a San Francisco, porque allí era donde estaban las startups que buscábamos".
Fueron años de profundo aprendizaje para Clara, con una crisis económica de por medio que curtió a la inversora en múltiples esferas. "Siempre seré de BBVA. Todo el conocimiento generado se lo debo al banco, porque esos años había que estar en San Francisco para entender lo que estaba pasando en innovación a nivel global", reconoce con orgullo.
StepOne, primera iniciativa en solitario
Sin embargo, aquella etapa terminó dándole alas para ponerse al frente de una iniciativa que la retaba de nuevo y la sacaba de su zona de confort -si es que en algún momento había alcanzado tal etapa en un mundo tan cambiante como la innovación y la inversión-.
"Fue mi siguiente paso natural; salir del BBVA y ponerme ya como CEO a diseñar una estrategia de inversión". Aquella iniciativa fue StepOne Ventures. "Me ayudó a aprender, a montar un equipo desde cero y a hacerlo sola, sin tener ese apoyo de una gran corporación como había sido hasta ese momento en el banco".
Y ahí comenzó a forjarse la metodología que Clara siempre imprime en cada proyecto en los que se vuelca y donde, más allá del olfato como inversora, le permite aplicar criterios objetivos que ha sabido identificar a fuerza de experiencia y de entender muy bien la innovación y el venture capital.
"Desarrollé mi modelo propio de valoración para esas compañías incipientes que no tienen ni un histórico, ni ingresos y que estructuraba en cinco niveles de riesgos. Hay muchos inversores que se fían de su olfato, yo no. Desconozco si es por ese background de haber hecho una tesis doctoral donde siempre pones en duda tu propio conocimiento. Prefiero priorizar criterios objetivos".
Y en plena fase de consolidación de esa faceta como inversora, la tecnología y las tendencias más disruptivas como la inteligencia artificial se cruzaron en su camino.
Clara pronto comprendió que las grandes corporaciones iban a convertir el inmenso potencial de esa nueva tecnología en el epicentro de sus inversiones en el futuro y, de nuevo, la evolución natural de su trayectoria profesional la llevó hasta Brain VC, proyecto que lidera en la actualidad.
"En este campo de la inteligencia artificial, había que desarrollar inversiones en esos primeros estadios en los que las corporaciones no se atreven a invertir para luego, en el siguiente nivel proporcionárselos. Es el germen de Brain VC".
"Recuerdo las conversaciones con la CNMV para que nos aprobaran el fondo Brain VC, intentándoles explicar por qué queríamos invertir en inteligencia artificial. Se les antojaba algo lejano".
Esta última ola de la inteligencia artificial, la que irrumpió en otoño de 2022 con ChatGPT y su nuevo enfoque de la IA generativa, ha democratizado el acceso y el conocimiento del grueso de la sociedad sobre esta tecnología, pero hace tan sólo unos años se trataba de algo ajeno para la mayoría.
"Aún recuerdo las conversaciones con la CNMV para que nos aprobaran el fondo, intentándoles explicar por qué íbamos a invertir en inteligencia artificial. Se les antojaba algo muy lejano", recuerda con una media sonrisa en el rostro.
No es fácil llegar a dirigir un fondo de venture capital como el que lidera Clara Guitiérrez y, en ese camino, reconoce que, en muchas ocasiones, ha sido la única mujer de su entorno.
Lejos de desanimarse, la inversora anima a las jóvenes y a las mujeres que ya ejercen en este sector, pero que todavía mantienen un perfil bajo, a visibilizarse para inspirar a muchas otras a dar el paso y avanzar hacia la necesaria igualdad que exige el ecosistema inversor.
"Mi madre fue un referente para mí, me ayudó a confiar en mí misma y a saber cómo hacerme un hueco en un mundo de hombres, donde, es cierto, todavía tenemos la presión de que ser la mejor si queremos que nos tomen en serio", explica a esta redacción.
Clara Gutiérrez pertenece a WeInvest, la red de mujeres inversoras que arrancó en Latinoamérica y que en España está liderada por la también inversora Patricia Pastor.
"Cómo puede ser que en la universidad, la mujer sea la mejor, con los expedientes más brillantes y, cuando llega al mundo laboral, parece que le hacen una lobotomía y ya no es. ¡Claro que lo somos!"
Estas mujeres quieren cambiar el paradigma, que se las conozca por su trabajo y que, cada vez que acudan a una mesa redonda o un evento sobre inversión y tecnología, lo hagan por su aportación profesional y no "por completar la mesa para que haya presencia femenina".
"Hay algo que no termino de entender y que tenemos que cambiar. Cómo puede ser que en las universidades las mujeres obtengamos los mejores expedientes y, cuando llegamos al mundo laboral, parece que nos hagan una lobotomía y ya no somos las mejores. ¡Claro que los somos!".
Su mensaje es claro y, pese al todavía largo camino que queda por recorrer en materia de igualdad, perfiles como los de Clara Gutiérrez van marcando el camino, con paso firme e implacable -como su metodología para cazar a las mejores startups- para muchas otras mujeres.