María Echávarri, la inversora del "trabajo perfecto" que vuelca su empatía en que las startups también alcancen el suyo
- La inversora ha encontrado en Fondo Bolsa Social el ecosistema idóneo para ayudar a los emprendedores a desarrollar sus proyectos disruptores y mejorar el mundo gracias a la inversión de impacto.
- Más información: Marisol Santana, el ojo avizor de la inversión que alerta a las startups de los problemas que (aún) no ven.
El trabajo no lo es todo en la vida, pero gran parte de la vida la dedicamos al trabajo. Tener la sensación desde la primera oportunidad laboral de que la labor que desempeñamos es "el trabajo perfecto" o "el trabajo de mi vida" es un privilegio que sólo unos pocos atesoran.
María Echávarri pertenece a este selecto grupo de personas tocadas con la varita de la diosa Fortuna. Aunque no sólo el azar es el responsable de alcanzar tan magno estado.
La inversora española es la prueba fehaciente de que con tesón, altas dosis de empatía y una ilusión que se renueva cada día por lo que nos apasiona, "el trabajo de nuestra vida" puede estar más cerca de lo que pensamos. Ella lo lleva disfrutando de forma ininterrumpida durante trece años. Y lo que le queda.
La socia y directora de inversiones en Fondo Bolsa Social pertenece a los múltiples actores protagonistas del emprendimiento español que han sido testigo fiel de la evolución del sector en la última década.
De hecho, podríamos decir que María Echávarri se ha forjado como inversora al tiempo que el sector startupero español se ha conformado como tal.
Recuerda con especial cariño aquella llamada de Pablo Ventura, actual socio de KFund, desde la Fundación José Manuel Entrecanales -entidad fundada por el CEO de Acciona que echó a andar en octubre de 2009 con el objetivo de promover iniciativas empresariales novedosas- para ofrecerle una entrevista para un puesto en 'algo muy embrionario', difícil de definir por aquel entonces.
"Jamás en la carrera -estudió ADE y Derecho en ICADE-Universidad Pontificia Comillas - me nombraron las palabras startup o emprendimiento". Aquel encuentro con Pablo Ventura le abrió una ventana hacia un mundo nuevo por descubrir.
"Jamás en la carrera -estudió ADE y Derecho en ICADE- me nombraron las palabras startup o emprendimiento"
"Me explicó que tendría que buscar startups para invertir porque la Fundación José Manuel Entrecanales promovía el emprendimiento y la innovación, cuando aquí en España no había casi fondos de inversión".
María quedó fascinada y, pese a la incredulidad de buena parte de sus compañeros de la carrera -"creían que me iba a trabajar a una ONG o algo así", puntualiza-, aceptó la propuesta laboral. "Quedé enamorada desde el primer momento del potencial que veía", afirma con rotundidad en la conversación mantenida con DISRUPTORES-EL ESPAÑOL.
Intercambio en Mumbai: un punto de inflexión
Con la perspectiva que da el tiempo, la inversora reconoce la influencia que en la llamada de la Fundación José Manuel Entrecanales tuvo su experiencia previa en la India (Mumbai), país al que viajó durante el último año de la carrera para un intercambio. Aquella experiencia universitaria influiría en la dirección que finalmente tomaron sus pasos en el mundo laboral.
"La Universidad de Mumbai pidió a mi universidad que no fuera una mujer, que mejor un hombre porque era una ciudad dura y que, por el cambio cultural, podría ser muy chocante para mí".
Pero en aquella lejana ciudad al otro lado del mundo no tenían ni idea de quién era María Echávarri. Puede que entonces, finales de la década de 2010, ella misma tampoco fuera consciente de lo que era capaz, pero estaba a punto de descubrirlo.
Segunda de ocho hermanos -cinco chicas y tres chicos-, siempre fue una niña inquieta, muy vivaz, con una energía que destacaba sobre la media, la misma que ahora, en su etapa adulta, la faculta para desarrollar "el trabajo de su vida" y exprimir al máximo todo el tiempo que pasa junto a sus cinco hijos y su marido, con quien ha sellado un tándem perfecto.
Asume que los inicios de su periplo por la India no fueron sencillos. "Tardé dos semanas en encontrar un piso que compartía con dos francesas y una española".
"Me sentí muy privilegiada por poder estudiar fuera. Compartía no sólo el piso, sino también la habitación, pero eso no era un problema para mí; había estado toda la vida compartiendo habitación con mis hermanas en casa", esgrime con una sonrisa en el rostro.
"Ya había ejercido antes de voluntaria en Kenia, pero el intercambio en Mumbai en aquel último año de carrera fue diferente, el choque social me marcó"
La estancia en Mumbai le abrió la mente y acentuó en ella una sensibilidad social innata.
"Ya había ejercido antes de voluntaria en Kenia, pero el intercambio en Mumbai fue diferente, aquel choque social me marcó. De hecho, volví años después con mi marido, aunque en aquella ocasión a Calcuta", relata.
María está convencida de que el conocimiento atesorado en Mumbai fue determinante para que la llamada de la Fundación José Manuel Entrecanales fructificara en el que fue su primer trabajo profesional.
Allí fue testigo desde dentro de la evolución de la fundación hasta convertirse en una gestora de fondos y capital riesgo (JME), su casa durante nueve años donde vivió la génesis y primeros años de crecimiento del ecosistema emprendedor español.
Implicación y empatía: sus cualidades como inversora
"Nadie del equipo sabíamos de este sector, todos aprendimos de cero. Me levantaba feliz, iba a trabajar feliz, cuando me reunía con mis compañeros de universidad, que estaban todos en banca de inversión o grandes despachos de abogados, no podía entender cómo no les gustaba su trabajo, estaban medio deprimidos...".
Es consciente de que es una privilegiada, el mismo sentimiento que provoca en aquellos emprendedores que pasan por sus manos.
"Creo que la implicación y la empatía son dos constantes en mi trabajo. Siempre, siempre, concluyo todas las reuniones con los equipos fundadores dándoles la enhorabuena por el trabajo hecho".
"No porque siempre esté perfecto lo que me presentan, sino porque me parece admirable que una persona monte un proyecto desde cero sin saber si va a tirar adelante o no asumiendo todo el riesgo. Hay que tener agallas para hacerlo".
El Executive MBA del IESE realizado entre 2016-2018 supondría otro hito marcado en rojo en la trayectoria profesional y personal de la inversora, porque le brindó la formación específica del mundo empresarial que por su temprana entrada en la Fundación José Manuel Entrecanales no había podido obtener hasta ese momento.
"La gente que cursaba este MBA lo hacía para cambiar de trabajo, querían virar hacia otro sector. No fue mi caso. Yo lo hice, y la gente no lo entendía, para ser mejor en mi trabajo", insiste.
En 2020, justo tras la llegada al mundo de su segundo hijo, la inversión de impacto se cruzó en su camino. Había llegado para quedarse, aunque María todavía lo desconocía. "El capital riesgo era el trabajo de mi vida, me encantaba, pero quise dar el salto a que las compañías en las que invirtiera tuvieran un impacto social o medioambiental", asevera Echávarri.
El giro de timón supuso salir de su zona de confort, ir "un paso más allá". "Básicamente era complicarme la vida -sonríe con una mueca desafiante-. Son compañías que a nivel de negocio han de tener el mismo potencial que las startups en las que invierten los fondos tradicionales, pero yo, además de este potencial económico, busco esa intencionalidad y misión de impacto".
De nuevo, María Echávarri se veía inmersa en la génesis de otro movimiento que comenzaba a dar sus primeros pasos en España, la inversión de impacto, y que casaba a la perfección con una inquietud que, hasta ese momento, ella siempre había circunscrito a la esfera personal, fuera de su trabajo.
"Siempre me habían gustado los proyectos sociales, pero era un tema que, hasta ese momento, lo contemplaba sólo en mi tiempo libre".
El aterrizaje en Fondo Bolsa Social
Fue así como llegó a Fondo Bolsa Social, una propuesta novedosa que, de nuevo, le exigía exprimir todas sus cualidades para afrontar una aventura no comprendida -de nuevo- por muchos.
"Pasé de un fondo con mucho prestigio (JME) a un fondo muy nuevo". Otra vez el vacío en el estómago como en 2011 cuando entró en la Fundación José Manuel Entrecanales.
"Pasé de un fondo con mucho prestigio (JME) a un fondo muy nuevo (Fondo Bolsa Social); otra vez era como saltar a la piscina"
La elección no pudo ser más acertada. Poco después de su entrada, María Echávarri fue nombrada partner de Bolsa Fondo Social, donde continúa "en el trabajo perfecto", con 19 inversiones a sus espaldas y la satisfacción que confiere sentirse "superrealizada".
"Aquí es donde quiero estar. Me parece el trabajo perfecto. Poder invertir en emprendedores que tienen esa inquietud de generar impacto y que algún día puedan ser empresas referentes es un privilegio", reconoce con orgullo la inversora.
Flywire, QIDA y EZ Telecom: proyectos emblemáticos
Es difícil arrancarle algún proyecto que haya destacado entre todos los que ha acompañado en su dilatada trayectoria. Pero María hace el esfuerzo por señalar tres.
El primero, de su etapa en JME, es Flywire, la startup fundada por el emprendedor valenciano Iker Marcaide que cuenta con la distinción de haber sido la primera startup fundada por un español en cotizar en el Nasdaq.
"Recuerdo llamar a Iker para preguntarle si podíamos invertir en su compañía", explica con nostalgia. "Y luego él también se ha convertido en un inversor de impacto", asevera con satisfacción.
El análisis de Flywire desde JME se llevó a cabo bajo las directrices de María, algo de lo que se siente muy orgullosa: "Dio toda la rentabilidad del fondo 1", puntualiza.
"Recuerdo llamar a Iker [Marcaide] para preguntarle si podíamos invertir en su compañía. Después, él también se ha convertido en un inversor de impacto"
El segundo 'ojito derecho' del portfolio es QIDA, ya en Bolsa Fondo Social, una startup de los primeros compases del fondo (2020) con el foco en los cuidados de calidad de personas mayores.
La inversión se produjo en el contexto de la covid y fue especial tanto por las circunstancias globales que se vivieron en aquella época, como por los acontecimientos personales que afrontó la inversora.
"Me llenaba mucho saber que la compañía persigue que las personas mayores estén lo mejor cuidadas en su casa y que cuidan al cuidador. He vivido lo que es eso -su voz pierde el vigor mostrado en toda la conversación para resquebrajarse por unos instantes- y me satisface saber que hemos contribuido a hacerlo posible".
Cierra su trío de startpus 'especiales' EZ Telecom, compañía que proporciona conectividad a las zonas rurales, una de las últimas inversiones de Bolsa Fondo Social. "En la actualidad hay pocos fondos invirtiendo en la España rural y es clave para que puedan montar negocios online, hablar con su familia, revitalizar todas estas zonas".
Todas y cada una de ellas, y las que nuestro espacio finito nos impide detallar, han conformado en estos últimos tres años de forma ininterrumpida "el trabajo de su vida". Ese por el que María Echávarri está inmensamente feliz. "Me siento súper privilegiada". Poco más se puede añadir.