Agua, electricidad, gas, teléfono, internet, seguros, alquiler, hipoteca… y además suma Spotify, Amazon, Netflix, Dropbox o cualquier servicio que pagues mensual o anualmente. Es lo que llamamos gastos recurrentes. ¿Sabemos cuánto pagamos de media en este tipo de gastos al mes? ¿Sabemos cómo podríamos ahorrar en alguno de ellos?
La automatización que permite el desarrollo de las tecnologías financieras (Fintech) permite que esto sea una realidad. “Hay comparadores que te informan, pero, aun así, requiere mucho tiempo y esfuerzo por la opacidad del mercado, por la falta de transparencia y de información”.
Se le exige al consumidor un alto esfuerzo para “poder controlar financieramente qué es lo que tienes y a qué puedes aspirar”, incide a D+I el cofundador de la startup Polaroo, David Rovira. El objetivo es “dar estabilidad y tranquilidad” al consumidor final.
¿Cómo? Esta pequeña firma está desarrollando una plataforma desde la que se puedan gestionar todos los gastos recurrentes que pueda tener un usuario. La idea final es que, al poder conectarse con sus bancos, uno o varios, la plataforma sea capaz de detectar de forma automática estos gastos e identifique cuáles se pueden optimizar.
El reto no solo es detectar en qué punto cada usuario puede optimizar sus gastos, sino realizar “un estudio de mercado de los mejores proveedores en cada campo y, a partir del análisis de facturas y servicios, llevar a cabo todas las gestiones que se requieren” para poder optimizar las cuentas del usuario si hubiera que cambiar de proveedor.
Tecnología de desarrollo propio
Con el apoyo de Fondos Europeos FEDER (a través del CDTI), han desarrollado una tecnología propia de extracción de información de PDF y fotografías de facturas de servicios como la luz o el gas, entre otros. Además, han implementado tanto visión computacional como machine learning para poder “extraer información esencial de facturas”.
“La extracción y análisis de dicha información nos permiten hacer cálculos automatizados de consumo personalizados, según el histórico de las facturas” y poder identificar las mejores ofertas para cada usuario según sus gastos, explica Rovira. Así, incide en que siempre hay un experto que “conduce la automatización” para explicar el análisis realizado a cada consumidor.
A esto hay que añadir la creación de una aplicación nativa hibrida y una webapp para visualizar la agrupación de pagos, control de balances, potencias, pagos a proveedoras, facturas y consumos.
Cómo surge la idea
La idea de desarrollar esta herramienta surgió de la experiencia de sus tres cofundadores. “Hemos cambiado mucho de país en nuestra vida y hemos sufrido la problemática de la gestión de todos los gastos recurrentes al compartir piso, por ejemplo”, recuerda Rovira.
“No saber lo qué pagas ni a quién le pagas es un constante en todo el mundo, lo hemos vivido también en Reino Unido o en Alemania”. Y esto les llevo a trabajar al más puro estilo startup en el garaje de casa de sus padres durante más de ocho meses sin constituir la empresa.
No se trata tanto que el usuario vea sus gastos del día a día, sino que se hace foco en los recurrentes, porque es “lo relevante” para sus finanzas. “Hay gente que no sabe que tiene triplicado el Netflix o que pagan una suscripción de Italia desde hace 14 meses… son cosas sorprendentes, pero ocurren”.
El objetivo de los tres cofundadores de esta startup es que cada año se revisan los servicios que pueden ser optimizados para que “esté con las mejores condiciones y los mejores proveedores”. Y esto es necesario porque “suele pasar que conforme pasa el tiempo cambian los precios y las condiciones. Se trata de un gestor del siglo XXI en una plataforma digital que se encarga de todo el flujo”.
Modelo de negocio
“Va más allá de informar de un comparativa”, subraya Rovira, al tiempo que matiza que su modelo de negocio es el de “una Fintech con un valor diferencial”, porque entiende que el usuario ahora demanda que “alguien le haga toda la tramitación para evitar la frustración que puede suponer esa gestión”.
¿Y dónde está el negocio para Polaroo? “Lógicamente para que el usuario no pague por el servicio que le damos, los proveedores nos pagan una comisión por cada nuevo cliente que llevamos. Pero somos transparentes en esto: le ofrecemos al usuario las mejores tres opciones para él y es el que elige con cuál se queda para darse de alta”.
Además, cuentan con un servicio premium para sus usuarios, lo que permite “unificar los pagos de lo servicios en un pago unificado mensual a Polaroo, es decir, en lugar de pagar el usuario el agua, la luz, internet cuando el proveedor les carga la factura, será su cuenta en la plataforma la que paga estos servicios y así puede saber lo que paga cada mes”.
Para ajustar este pago, Rovira explica que hay una variación de 50 euros arriba y abajo que se revisa cada seis y cada 12 meses, momento en el que se informa al usuario de lo que hay en su cuenta ahorrado que se le puede devolver al usuario si así lo solicita.
En la actualidad, Polaroo aún está terminando de desarrollar la integración plena con los bancos para poder completar su automatización, por lo que está subida de información es manual, apunta Rovira.
Del consumidor al autónomo y la micropyme
Además, aunque no su usuario final no son las empresas, Rovira señala que en 2020 detectaron que “Paco, consumidor, y Paco, que tiene un restaurante tenían la misma problemática con la gestión de las facturas y los gastos recurrentes”.
“Tienen cinco facturas, problemas de gestión porque desconocen lo que tiene y les cuesta mucho esfuerzo controlarlo”, apunta Rovira. Así, cerraron un acuerdo con Mahou San Miguel, con más de 113.000 bares, para integrarse en su plataforma y ayudarles a optimizar esas facturas.
Sin embargo, a pesar de que este es “un servicio que dimos gratis durante 2020 a un sector como el de la restauración que lo están pasando tan mal”, no se plantean llegar a grandes empresas porque ya tienen departamentos que se encargan de esto.