Hoy en día es bastante frecuente encontrar el adjetivo ‘inteligente’ prácticamente ligado a casi cualquier solución tecnológica. Es el caso de la pyme tecnológica española Galgus, pero en esta ocasión hay una razón de peso: han desarrollado un sistema para crear una red WiFi “inteligente” porque sus nodos son capaces de “colaborar y compartir la información de forma coordinada”, como si hablarán entre ellos y se ayudarán.
Y esto, ¿para qué nos sirve? La primera patente de Galgus (en Europa y en EEUU) es para su sistema WiFi de “inteligencia distribuida”, que permite “ser más eficiente para escalar con facilidad al añadir puntos WiFi adicionales que ellos mismos se descubren para colaborar. Es más rápido y robusto porque no hay un único punto que da el servicio y la transición de un usuario entre un punto y otro es inmediata sin tener que acudir a un controlador centralizado”, explica a D+I su CEO, José González.
Antes de fundar Galgus, González creaba sistemas WiFi y de telefonía móvil para aviones en Airbus o Lufthansa. Tras esto, a los dos socios actuales de Galgus les fichó un startup irlandesa especializada en la distribución de contenido audiovisual en las pantallas de los aviones y que les pidió desarrollar un sistema WiFi para distribuir el contenido y así ahorrar el peso de los cables.
“Cada kilogramo cuesta 600 dólares de consumo de combustible, por lo que es algo clave” para fabricantes y aerolíneas, insiste el cofundador de Galgus. Así, consiguieron crear este sistema de WiFi para las pantallas y detectaron que el hecho de tener a 300 pasajeros pegados unos a otros que quieren acceder al contenido multimedia con una conexión de alta calidad “la red WiFi no daba suficiente rendimiento por las interferencias”.
Y así empezaron a buscar una forma de conseguir que la red trabajara en equipo y fuera, en cierto modo, más inteligente de lo que era hasta entonces. Estamos hablando del año 2013, cuando los dos socios decidieron volver a España y fundar en Sevilla su startup para desarrollar esta idea.
Ofrecer conexión a zonas despobladas y remotas
Con su sistema se puede “reducir el coste de hardware” y se gana en “eficiencia” al necesitar menos puntos de conexión para cubrir una zona geográfica. “Si te gastas menos por cada punto que con otro fabricante de WiFi, la instalación es más asequible. Así, si utilizáramos los mismos puntos de red para cubrir una zona, la conexión sería de mayor rendimiento”.
González asegura que, de este modo, han logrado una solución optimizada para ofrecer un “servicio WiFi de alta calidad y rendimiento” para las zonas rurales y despobladas con un coste más reducido para adaptarse, por ejemplo, a ayuntamientos con centenares de habitantes y un presupuesto menor.
Además, el CEO de Galgus incide en que en estas zonas rurales se suele desplegar la infraestructura en el exterior, por lo que su sistema de cooperación entre los diferentes puntos de la red se ajusta a las necesidades de ir escalando esta arquitectura en áreas más remotas.
Telefónica, Hoteles Barceló o el estadio del Betis
Hasta la entrada de Wayra, junto a otros inversores en 2020 como GoHub Ventures, Galgus se había autofinanciado gracias a los contratos con sus clientes los primeros siete años de vida. “A los pocos meses de fundar la startup firmamos un contrato con un empresa de EEUU que se dedica a hacer WiFi para aviones” y empieza a usar su tecnología. Galgus ya tiene “más de 4.000 puntos WiFi volando en aviones de todo el mundo”.
A partir de ese momento, se abren a mercados más masivos, como edificios de oficina, administraciones públicas o zonas rurales. Así empezaron a desarrollar una solución WiFi más completa que incluía tanto software como hardware. Entre sus clientes más conocidos, multinacionales como Telefónica, Hoteles Barceló o, incluso, el estadio de Real Betis Balompié. Trabajan desde para cafeterías o restaurantes, colegios o hospitales hasta para edificios de oficina, estaciones de transportes.
En la actualidad, ya cuenta con dos patentes aprobadas en Europa y EEUU y otras tres en curso. "Patentar una tecnología WiFi en EEUU fue complicado, al principio nos la intentaron echar para atrás, pero lo argumentamos y finalmente nos la tuvieron que conceder. “El liderazgo de esta tecnología en los últimos 20 años ha sido de EEUU y nuestra ambición es convertirnos en el referente de Wifi en Europa y después en todo el mundo”, apostilla González.
Antes de desarrollar su sistema, González recuerda que las empresas instaladoras ponían, por ejemplo, en un hotel, un aparato llamado controladora que acumulaba toda la inteligencia del WiFi para organizar lo que hacía cada punto WiFi que había instalado. “Es lo que se llamaba inteligencia centralizada, pero es muy poco eficiente porque es un cuello de botella que ralentiza el sistema y si falla supone un error en toda tu red”.
Patentes para la geolocalización de dispositivos no conectados
Tras el desarrollo de su primer sistema, Galgus está trabajando para geolocalizar, a través de la WiFi, dispositivos aunque no estén conectados a la red, que es “la gran dificultad”. De hecho, González remarca que tres de sus patentes versan sobre tecnología de digitalización y que son “pioneros en todo el mundo en analítica de geolocalización a través de red WiFi”.
Este avance, asegura, es “muy útil” porque no se requiere ni instalar una red de sensores solo para geolocalizar, sino que se sirve del servicio WiFi para aprovechar la analítica de la red sobre “por dónde pasa el usuario, detectar las zonas más calientes, por ejemplo, para mejor el servicio al identificar un posible aumento de la demanda de red”.
Una de sus patentes se centra en la conexión con dispositivos no conectados a la red para extraer información anonimizada sobre dónde se encuentra. “Tras cuatro años invirtiendo en esta tecnología de geolocalización a través de la WiFi nos hemos especializado y ahora con la Covid-19 es algo muy necesario”, por ejemplo, para detectar posibles aglomeraciones.