Combinar las analíticas clínicas de toda la vida con la biogenética. Esta es la propuesta de la biotecnológica española Made of Genes para aterrizar un modelo de negocio disruptivo en el ámbito sanitario: la salud personalizada.
El objetivo no es lograr diagnósticos más precisos en un paciente enfermo, sino “evitar que enferme”, explica a D+I Óscar Flores, cofundador y CEO de Made of Genes y de Genomcore. Se trata de “dotar de axiomabilidad a la genética y de profundidad a los datos moleculares de rutina que se utilizan en cualquier laboratorio”.
Para ello, su startup propone “aplicar a la promoción de la salud las mismas tecnologías que se utilizan de genética, biogenética, microbioma o cualquier análisis molecular, que, en definitiva, es un análisis de datos masivos”.
“La tecnología de análisis genético existe desde hace 15 años, pero el problema es que nadie se ha metido en el reto de su análisis desde un punto de vista personal, sin olvidar su carácter masivo al integrarse múltiples tipos de datos”, puntualiza Flores.
En este sentido, indica que hay una necesidad en el sector de contar con un modelo de gestión de datos masivos. “No es lo mismo calcular sobre datos anonimizados que pasar a tratar datos personas identificables”.
Gestionar datos personales
En su opinión, el hecho de que se trabaje con datos personales cambia las reglas del juego porque exige “un gran rigor”. Así, han creado una plataforma con “un entorno de big data biosanitario muy respetuoso con la gestión de datos personales” y para ello cuentan con tres certificaciones de AENOR para su gestión segura en la nube.
Su plataforma de big data se aplica a la gestión de datos sanitarios y biosanitarios en entornos regulados de forma personal. En Made of Genes, explica Flores, usan esta tecnología “para integrar datos moleculares de forma masiva para crear algoritmos a partir de estos datos de genoma, de analíticas de sangre, de microbioma o de biogenética”.
De este modo, la plataforma puede realizar “recomendaciones sofisticadas” con modelos de biología de sistemas para, por ejemplo, analizar la salud de los huesos, del sistema inmunitario o, incluso, para perder peso.
“Es aplicar un conocimiento que ya existe y automatizarlo de forma eficiente y respetuoso” con el marco normativo de la gestión de datos, apostilla el otro cofundador y vicepresidente de este tándem de startups, Miquel Angel Bru. Para que haya medicina personalizada, apunta, hay que poder preguntarle al paciente para cruzar los genes con sus hábitos.
Del laboratorio al usuario final
Para llegar a este punto Bru y Flores, que se conocieron en el trabajo de fin de Máster de su MBA en Esade, donde se enfocaron en buscar un modelo de negocio viable en torno a la salud personalizada, identificar las necesidades del sector para implementar esta “salud personalizada” y crear un “modelo de negocio viable”.
Así, Flores señala que, aunque al principio detectaron que el mercado directo con el cliente (B B2C por business to consumer) aún no estaba preparado, su tecnología “encajaba muy bien en investigación clínica, en hospitales, porque había necesidad de bioinformática para el manejo de datos sensibles” en el mercado profesional.
De este modo, los dos socios lanzan su propuesta B2B (business to business) con la marca: Genomcore. Con ella ya ha conseguido trabajar con el Hospital Vall d’Hebron, el Hospital Clínic de Barcelona o los gobiernos de Emiratos Árabes y Colombia, entre otros.
Así, Bru incide en que para “hacer realidad la salud personalizada” era preciso desarrollar y aplicar una tecnología para “el manejo seguro de los datos” y así poder “compartir, almacenar, analizar e integrar diferentes datos de distintas fuentes”.
Encajar las necesidades de médicos y pacientes
Tras esta experiencia, es cuando decidieron “bajar esta tecnología para crear un producto muy disruptivo” de la mano de la colaboración con un laboratorio. Así nació Made of Genes, una de las biotech por la que apuestan aceleradoras e inversores como Wayra.
En su opinión, una de las grandes barreras que debe superar la medicina personalizada para que sea aplicada es “encajar la necesidad del médico con lo que demanda el paciente o usuario final de esa salud personalizada”, ya sea en una sanidad pública como en una privada.
Médico y paciente tienen “preocupaciones distintas”. Flores apunta que el objetivo de Made of Genes es que todas las piezas encajen “e introducir las que falten, que son básicamente tecnología y el ‘go to market’, es decir, la materialización”.
En definitiva, Bru apostilla que su modelo de salud personalizada gira en torno al análisis de tres preguntas y las respuestas que da al paciente a las mismas: “¿Cómo es? La respuesta está en la genética; ¿Cómo está? Es la información que nos ofrecen las analíticas tradicionales; y ¿Cómo se cuida? La respuesta se obtiene a partir de una entrevista con los profesionales” de Made of Genes.
“La genética no esa bola de cristal que va a predecir el futuro de cada persona. Esto no es así”, asegura Flores en relación con el boom de pruebas genéticas que hay en el mercado, que califica como “genética de consumo y no de genética de salud”.
“La genética no es capaz de contestar por sí sola a preguntas de salud, sino que requiere también de datos moleculares. Es algo más complejo y la genética solo es una pata más”, apostilla.