Las startups españolas avisan: "La nueva ley nos acerca a Europa pero es un punto de partida, no de llegada"
El sector valora el salto cualitativo de la ley pero echa en falta ventajas para fases más maduras y un plan para que startups y ciencia vayan de la mano.
14 diciembre, 2021 02:29Noticias relacionadas
España está ya más cerca de los países de su entorno con la nueva Ley de Startups aprobada el viernes 10 de diciembre en el Consejo de Ministros que convierte a estas empresas emergentes -muchas de ellas con, además, una elevada carga tecnológica- en un atractivo de inversión para otras compañías.
Las startups consultadas por D+I aplauden el salto cualitativo que entraña el nuevo marco legislativo pero advierten al Gobierno: "Es un punto de partida, no de llegada".
Y es que la ley brinda importantes avances respecto al borrador conocido el pasado julio pero todavía tiene que atender numerosas demandas del sector emprendedor -muy amplio y con una variada casuística de peticiones que solventar- donde predomina la sensación de que, al fin, han sido escuchados aunque tendrá que ser ahora el trámite parlamentario el que termine de pulir el nuevo marco.
España se pone en el mapa
"Creemos que la aprobación de la ley es una buena noticia y un primer paso para acercarnos a otros países de nuestro entorno donde hace años que existen legislaciones específicas para las startups", afirma Cristina Corchero, cofundadora de Bamboo Energy.
"Contra todo pronóstico, se han hecho grandes pasos para poner en el mapa a España como una nación donde valga la pena emprender y espero que esto atraiga emprendedores, talento y prosperidad para este país que tanto lo necesita", añade en esta línea Xavi Ruiz, CEO de Smart MonKey.
"Las necesidades de las startups varían mucho, creo que se ha hecho el esfuerzo por escucharnos", matiza al respecto Alejandro Cañada, CEO de Unigow.
Sin embargo, las empresas echan de menos medidas para ayudar a las compañías una vez superan la fase de semilla y cogen "velocidad de crucero", un momento crítico en el que retenerlas en nuestro país continúa siendo una asignatura pendiente.
La burocracia sigue siendo el muro
"Son necesarias medidas para retener a estas empresas una vez terminadas las ventajas de fases iniciales. En Estonia, por ejemplo, no se paga Impuesto de Sociedades. Las empresas tampoco están obligadas a pagar IVA hasta una facturación de 40.000 euros y los autónomos tienen muchas más ventajas fiscales", asevera Alejandro Cañada.
La burocracia, de nuevo, se convierte en un muro para el avance de estas empresas y para involucrarlas en la constitución de la nueva economía que está surgiendo de la mano de la transformación digital.
"Tanto el incentivo a las stock options como la eliminación de la duplicación de imposición son puntos clave para estimular a directivos con experiencia a participar en proyectos pequeños e innovadores", relata Victoria Corral, Strategic Growth Leader en Solver IA.
"Respecto a la reducción del tipo impositivo está bien, pero no se aplica mucho en los primeros y años más duros de una startup. Si bien los primeros tres años de una startup son fundamentales, no dejas de ser una empresa que no cumple con los criterios de no ser 'empresa en crisis' y esto es una gran pega a la hora de acceder a fondos europeos", afirma Cristina Martín, CEO de Usyncro.
La articulación de los Sandbox
"También me temo que, en ese sentido, seguirán muchas sin cumplir los criterios que se exigen para participar, por ejemplo, en concursos públicos, en la articulación de la Compra Pública Innovadora o en los anunciados Sandbox para sectores regulados", añade Martín.
En esta línea, Cristina Corchero, de Bamboo Energy, también incide en que en el sector energético innovador está muy pendiente de "cómo se desarrollarán los sandbox".
"El sector energético está altamente regulado y las startups se encuentran constantemente con barreras para evaluar y testear nuevos modelos de negocio que servirán como base para futuros cambios regulatorios", precisa Corchero.
"Poder acelerar la transición energética en los términos que el Gobierno y Europa ha fijado dependerá en gran parte de estas startups y sus apuestas disruptivas", sentencia.
Otras propuestas de las startups pasan por "capitalizar el paro generado cuando alguien quiere dejar su empresa de manera voluntaria para poder iniciar un proyecto propio, algo que ahora sólo es posible si se ha perdido el empleo o se ha terminado el contrato laboral", especifica Francho García, CEO de Arkadia Space.
Por otra parte, unir el devenir del ecosistema startup a la nueva Ley de Ciencia es una de las máximas que sostienen las empresas dedicadas a este sector concreto del emprendimiento.
Destaca la reflexión de Andreu Climent, CEO de Corify Care: "Desafortunadamente, el sistema de ciencia español desincentiva a los investigadores para crear startups".
"La obligatoriedad de que las instituciones publicas deban ser socios en las empresas, complica burocráticamente mucho, tanto la constitución de la empresa y la captación de capital privado, como la compatibilidad de los investigadores", defiende el emprendedor.
Monetización de las deducciones
También en el campo de la investigación, otra crucial petición que queda pendiente es la monetización de las deducciones.
"Las startups tienen derecho a importantes deducciones fiscales si realizan actividades de I+D, pero estas deducciones no se traducen en apoyo a las empresas hasta al menos 2 años después de la realización de dichas actividades".
"Esto hace que la tesorería en estas nuevas empresas sufra y, por tanto, los incentivos sean inútiles como herramienta de apoyo", puntualiza Climent.
A pesar de los puntos que todavía quedan por pulirse en la Ley de Startups, el sector español coincide en que desde el viernes 10 de diciembre están en mejores condiciones de prosperar y participar con garantías en la transformación digital y tecnológica de nuestra era.
Una estrategia a largo plazo como país
"Pongamos los incentivos adecuados, seamos fiscalmente competitivos y las empresas (y trabajadores altamente cualificados) vendrán y dinamizarán nuestra economía", asevera Xavi Ruiz de Smart Monkey respecto a las dificultades del sector para captar los perfiles tecnológicos más demandados.
"Tenemos el mejor clima del mundo, grandes infraestructuras y sueldos competitivos. Necesitamos políticos que piensen y arriesguen en pro de una estrategia a largo plazo como país. Está en nuestras manos poner los incentivos adecuados para convertirnos en una nación verdaderamente emprendedora a nivel mundial", apostilla.
El punto de partida está claro. Ahora queda el largo -y apasionante viaje- hacia la meta. Próxima parada: el trámite parlamentario de la Ley de Startups.