Gemma Estrada (Ferrer): "El espacio europeo de datos sanitarios es un hito para la digitalización de la salud"
La responsable de Salud Digital de la farmacéutica considera que el marco recientemente aprobado por la Comisión Europea es un acicate para el ecosistema emprendedor sanitario.
19 mayo, 2022 03:22Noticias relacionadas
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El pasado 3 de mayo la Comisión Europea dio luz verde al espacio europeo de datos sanitarios (EEDS) y activó uno de los pilares europeos para avanzar en la digitalización de los servicios de salud de manera cualitativa.
La responsable del Departamento de Salud Digital y Tecnología de Ferrer, Gemma Estrada, está convencida de que la medida se ha activado en un contexto marcado por la pandemia y el carácter prioritario que Europa ha dado a esta cuestión para mejorar la atención al paciente y construir un sistema sanitario más sostenible.
D+I conversa con la responsable de la farmacéutica en un momento clave para la digitalización del sector de la salud y cuando la compañía acaba de anunciar su nueva convocatoria del programa de innovación abierta en salud digital, Ferrer 4 Future, con el lanzamiento de un nuevo reto al ecosistema emprendedor de startups de base tecnológica.
En esta ocasión, la iniciativa tiene como objetivo encontrar una solución que permita mejorar la investigación clínica del Síndrome de Vómitos Cíclicos (SVC), una enfermedad minoritaria que merma notablemente la calidad de vida de los enfermos y que, debido a la frecuencia de estos episodios, dificulta el registro de datos para avanzar en los ensayos clínicos que permitan encontrar fármacos adecuados para mitigar esta dolencia.
¿Cómo ha acelerado la covid-19 la implementación de la digitalización en el campo de la salud?
Realmente, la pandemia ha supuesto un aumento muy notable en la implementación de la digitalización en todos los campos de la salud digital pero, lo que más va a afectar, es la reciente publicación por parte de la Comisión Europea del espacio europeo de datos sanitarios (EEDS).
Esto sí que va a ser un punto de inflexión de carácter extraordinario en el campo de la salud, y también se ha acelerado por el tema de la pandemia. Dentro de los objetivos estratégicos de la Comisión Europea se contemplaba la creación de un mercado único de datos para garantizar la competitividad mundial y la soberanía de los datos; y se daba en nueve ámbitos en Europa, uno de ellos la salud.
Pero justo a raíz de la pandemia y la crisis sanitaria, la Comisión Europea le ha dado prioridad absoluta a los datos de salud porque la covid nos ha demostrado la importancia de la coordinación de todos los agentes.
A partir de ahora, este espacio europeo de datos de salud va a permitir compartir las historias clínicas de todos los pacientes europeos, sus datos genómicos, de forma que servirán para apoyar en la prestación de la asistencia sanitaria de los ciudadanos estén en el país que estén y en su propio idioma.
El espacio europeo de datos supone la creación de una infraestructura a gran escala que dará soporte a todos los servicios digitales de la sanidad electrónica.
Esto es lo que llamamos el uso primario de los datos, pero también este espacio común de datos europeo va a permitir el uso secundario de los datos, para el propósito de la investigación o para la elaboración de políticas de impacto.
Los datos van a estar al alcance de los investigadores para llevar a cabo investigaciones cumpliendo ciertas condiciones de seguridad.
Todo eso supone la creación de una infraestructura a gran escala que dará soporte a todos los servicios digitales de la sanidad electrónica. La pandemia ha tenido un impacto notable en la salud porque ha permitido priorizar de toda la agenda que tenía la Comisión Europea los temas sanitarios.
¿Cree que este proceso de digitalización ya no tiene vuelta atrás? ¿Confía el paciente cada vez más en la salud digital?
No hay vuelta atrás, pero tenemos que continuar aprendiendo y pulir lo aprendido. Cada vez utilizamos los servicios de salud digital de una forma más eficiente y también de una manera más adecuada a las expectativas de los pacientes.
En esta cultura complementaria entre la telemedicina y la consulta presencial afrontamos el reto de la equidad digital; tenemos que seguir avanzando. Y ahí la confianza es crucial y, sobre todo, cómo generamos que el paciente confíe en la tecnología y, por otra parte, que el profesional confíe también en estas herramientas digitales.
Por la parte del paciente, a pesar de que el servicio en remoto o digital esté prestado a través de la tecnología, tenemos que aprender a humanizarlo. Desde el momento que el servicio de salud se presta con respeto, con puntualidad, con comodidad y adaptado a las necesidades les paciente, esto le genera una confianza y se percibe como un servicio humanizado.
Por parte del profesional sanitario, nos enfrentamos a otro escenario. El profesional está desbordado y para que gane confianza en la tecnología, hay que facilitarle la interoperabilidad de todas las plataformas tecnológicas que utiliza.
Si esto no se logra y, además, no se integra en sus flujos de trabajo de forma completa, entonces la tecnología le está dando trabajo extra y le supone una carga de trabajo inasumible.
Valore el momento del ecosistema emprendedor español. ¿Está atravesando un momento de eclosión de proyectos más maduros y de impacto?
Estamos en un momento muy dulce del ecosistema emprendedor en España con unas 11.000 startups que generan trabajo para 140.000 personas, hay más de 6.000 inversores privados, numerosas aceleradoras, es una etapa única.
Si miramos solo a Cataluña y a las startups de salud, en 2021 se ha logrado un récord de inversión con 240 millones de euros. Sí, es un momento extraordinario.
¿Qué beneficios aporta la innovación abierta a la ehealth? ¿Va a ser este sector uno de los motores económicos en nuestro país de esta nueva economía digital?
Todos somos conscientes de que la población está envejeciendo, muchas enfermedades que antes eran mortales ahora se han cronificado, la esperanza de vida aumenta... hay muchos retos que el sector de la salud debe afrontar a través de la tecnología para que los sistemas sanitarios sean sostenibles.
La llamada 'One Health' será la encargada de traccionar las inversiones en el sector de la 'ehealth' en los próximos años.
La industria farmacéutica sabe mucho de moléculas y mucho menos de cuestiones de ingeniería, de hardware y software; y la innovación abierta nos permite incorporar este talento tecnológico y desarrollar este tipo de soluciones que van a dotar a nuestros tratamientos y medicamentos de una capa de servicios que van dirigidos a nuestro paciente o al profesional.
Lo que va a generar más tracción es la llamada One Health; muchas patologías actuales tienen que ver con estilo de vida, con la contaminación; hemos aceptado que la salud ambiental, animal y humana están interconectadas. Y en este campo de la One Health es donde más se van a traccionar las inversiones en ehealth en los próximos años.
Con la cuarta edición del Ferrer 4 Future en marcha y, echando la vista atrás, ¿cuál ha sido la evolución de los proyectos? ¿cómo han ido cambiado y cuáles son las similitudes que mantienen?
Dentro de Ferrer tenemos instrumentos de innovación abierta en colaboración no solo con empresas biotech, sino también con startups de base tecnológica que nos ayudan a resolver retos de salud digital.
Dentro de Ferrer, donde mantenemos el objetivo de generar un impacto positivo en la sociedad y cuya filosofía está dentro de todas nuestras comunicaciones, este impacto se puede generar construyendo una sociedad más saludable y contribuyendo a la sostenibilidad de los sistemas sanitarios.
Lanzamos retos, las startups postulan sus soluciones y hay un proceso de selección. Entonces pivotamos toda esa tecnología de la startup a nuestros casos de usos y después llegamos a un acuerdo comercial con la startup. Para ello, Ferrer financia todo el estudio piloto y el camino regulatorio que ha de seguir esa tecnología.
Las startups que acuden ahora al reto lo hacen con un nivel de madurez regulatoria de sus productos sanitarios muy superior al de hace cuatro años. Pero se mantiene igual la pasión.
Desde cuando empezamos a la actualidad ha habido diferencias en los proyectos. Lo que vemos ahora es que las startups que acuden al reto lo hacen con un nivel de madurez regulatoria de sus productos sanitarios muy superior a hace cuatro años, tanto en software como hardware, están mucho más profesionalizadas.
Pero se mantienen en común que todas desarrollan soluciones con ilusión y mucha pasión por ofrecer a los pacientes mejores resultados clínicos; una mejor atención médica o una mayor comodidad en la prestación del servicio.
¿Qué destacaría del reto de este año, el Síndrome de Vómitos Cíclicos (SVC)?
Es una enfermedad minoritaria. Son personas que pueden llegar a ingresar ocho o nueve veces por estos episodios de vómitos. Y los tratamientos deben ser muy personalizados. Durante el estudio y desarrollo de estos fármacos, en los estudios clínicos, es muy difícil recoger los datos que se requieren.
Para caracterizar los episodios de vómitos, es necesario recoger una serie de datos que el paciente no está en condiciones de poder obtener mientras está sufriendo estos episodios. Y sin estos estudios clínicos, es muy difícil desarrollar tratamientos ajustados y eficaces que ayuden a mitigar la enfermedad.
Lo que te exigen las agencias regulatorias es la recogida de datos cuando empieza el episodio, a la media hora, etc... y los pacientes no pueden hacerlo. La tecnología puede ayudarnos, a lo mejor a través de sensores que envíen datos al sistema del paciente sin que éste tenga que hacer nada.
Buscamos soluciones digitales que hagan más amigables los ensayos clínicos de los pacientes que participan en estos ensayos. Igual que hay sensores que detectan con una cierta anticipación cuándo un paciente va a sufrir un ataque epiléptico, aspiramos a ello y estamos convencidos de que encontraremos la tecnología adecuada.