Hay proyectos disruptores que quedan marcados desde su génesis por la filosofía y manera de ser de sus fundadores. Roka Furadada es uno de ellos. La emprendedora Judit Camargo ha volcado en esta iniciativa que vio la luz en marzo de 2019 su pasión por la ciencia y la investigación junto al convencimiento de que un nuevo modelo económico más sostenible y respetuoso con el planeta es posible.
El próximo septiembre Roka Furadada lanzará al mercado su primera molécula, un hito en la faceta como emprendedora de Judit, al que no ha sido fácil llegar.
Primero, porque el emprendimiento es una carrera de resistencia en la que muchos se quedan por el camino y, segundo, porque en el campo de la biotecnología faltan todavía referentes femeninos que visibilicen el esfuerzo de las investigadoras y científicas.
Pero la CEO de Roka Furadada no ha desistido nunca en su empeño por aunar en un mismo proyecto conceptos tan inspiradores como ciencia, salud, economía circular, sostenibilidad e incluso, reutilización a partir de residuos.
Judit reconoce abiertamente que siempre le sedujo la idea de crear su propio negocio pero "no sabía muy bien por dónde empezar". Fue en 2015, mientras se ocupaba del desarrollo de negocio en la planta de productos cosméticos de Ferrer, cuando descubrió el proyecto que le iba a cambiar la vida.
"Se basaba en activos solares inteligentes y reunía todos mis intereses: era una tecnología completamente innovadora y disruptiva, que reducía el impacto toxicológico en humanos y ecosistemas marinos, y con aplicación en el ámbito de la salud y el cuidado personal", relata a D+I.
"Me puse a averiguar más sobre la viabilidad del negocio y, cuando vi que sería la bomba, empecé a impulsar su desarrollo, ya que la tecnología todavía estaba en un TRL3-4, primero internamente dentro de Ferrer y, después, fundando mi propia empresa".
La elección del nombre tampoco fue casual. Encajaba a la perfección con los valores que definen a su impulsora. "Le puse Roka Furadada por la Roca Agujereada de Torredembarra, un lugar idílico de sol, arena y mar al que iba a menudo con mi padre y que ya no existe. La idea de conexión con la naturaleza y la protección ha sido siempre parte fundamental del proyecto y de la empresa".
Su empresa ha desarrollado unos filtros solares que se adaptan a la radiación -"como si de unas gafas de sol polarizadas se tratara", apostilla la CEO- en lugar de bloquearla, lo que permite al usuario protegerse dónde y cuándo hace falta.
Tecnología propia patentada en 44 países
"Los encapsulamos con una tecnología propia que hace que los activos formen parte de la estructura de la cápsula, enlazándose con ella covalentemente, que es el tipo de enlace químico más fuerte. De esta forma, no se liberan y, por tanto, son menos tóxicos para personas y medio ambiente".
Su tecnología propia está patentada en 44 países y este próximo septiembre se lanzará al mercado su primera molécula, la PVB360, en la feria Cosmetorium en Barcelona, lo que le permitirá iniciar las ventas este mismo año.
De la cosmética al textil o la automoción
La cosmética es uno de los segmentos del mercado donde tiene cabida la tecnología implementada por esta biotecnológica, pero no el único. De hecho, la compañía ya está trabajando para explorar nuevos usos en el campo de los materiales. Textil y automoción brindan grandes oportunidades para Roka Furadada en el futuro.
Y es que sus moléculas podrían potenciar la durabilidad de estos materiales, un aspecto en el que ya está centrada la startup trabajando en las pruebas de concepto.
Se trata de obtener nuestros filtros a partir de residuos de otras industrias, como la papelera; así cerramos el ciclo
También la reutilización a partir de residuos es una línea potente en el proyecto de Roka Furadada, muy en línea con la filosofía de su fundadora. "Se trata de obtener nuestros filtros a partir de residuos de otras industrias, como la papelera. De esta forma, cerramos el ciclo".
La compañía tiene en estos momentos conversaciones avanzadas para los mercados de Europa, Brasil, Centroamérica y Australia.
Además, ha conseguido 1,6 millones de euros de inversores privados y más de cinco millones de euros de financiación pública competitiva, incluyendo el EIC Accelerator (1,8M de grant + 1,5M de equity) que otorga la Comisión Europea.
Los reconocimientos también han llegado ya a la compañía. En concreto, este año se ha alzado con el premio DeepTech a la innovación tecnológica más disruptiva, impulsado por CaixaBank Tech.
Este recorrido no hubiera sido posible sin el equipo humano de Roka Furadada, uno de sus activos más valiosos. Está compuesto por 17 personas y se prevé llegar a 20 a final de año. El compromiso con la igualdad está muy presente en la compañía, de ahí que el 65% de la plantilla son mujeres y que sean ellas las que están al frente del 57% de los puestos de responsabilidad.