Puede que, a primera vista, las empresas Balearia, Osborne, Consum, Pikolin o AirEuropa no parezcan tener nada en común. Sin embargo, todas ellas se encuentran entre los casos de éxito de Happydönia, una startup valenciana dedicada a la mejora de la gestión y la comunicación en las empresas a través de la tecnología.
Según cuenta en una entrevista con D+I-EL ESPAÑOL su propia CEO, María Carmen Lacuesta, la firma nació hace seis años por una necesidad propia. "Queríamos fomentar la cultura a nivel interno y que todos respirásemos el color de la camiseta de la organización, fuese una persona que viviese en Galicia o en Valencia", recuerda.
Posteriormente, este propósito se terminó externalizando y se materializó en una aplicación alojada en un entorno SaaS que busca unificar los canales de una compañía para simplificar y agilizar sus procesos. "Apostamos por la omnicanalidad para ponérselo fácil a la empresa, pero también a la plantilla", resume Lacuesta. "Normalmente, tienen muchas aplicaciones diferentes: una con la intranet, otro software con los beneficios sociales, otro con el portal del empleado… Nosotros lo que intentamos es no marear".
También, precisa, apuestan por un entorno colaborativo, incluyendo a todos los departamentos, para que la gestión general a nivel interno sea algo mucho más práctico.
"La realidad es que nos encontramos empresas que dicen que quieren mejorar el bienestar en su organización y, para ello, dotan a sus empleados de muchas herramientas, pero saben que la mitad no se usan porque, o bien no se conocen o, directamente, no saben cómo acceder", apunta.
Ante este escenario, Happydönia aparece con el objetivo de romper esa brecha digital para que cualquier persona dentro de una empresa pueda tener acceso a la información que desee poner a su alcance la firma en la que trabaja. Para ello, definen un canal único en el que usan procesos exitosos, como los empleados en las redes sociales, con el objetivo de facilitar la interacción con ellos.
"Es como si cogieras en una coctelera lo mejor de cada aplicación: por ejemplo, de mensajería instantánea, WhatsApp, luego Instagram, LinkedIn, el portal del empleado…, cosas que todo el mundo sabe usar, lo fusionas y te sale Happydönia", afirma.
Lacuesta cuenta que el uso de patrones de interacción tan comunes hace que la adaptación de los usuarios sea mucho más fácil de lo esperado. Esto se suma a que, cuando trabajan con cada compañía, se adaptan a su imagen corporativa, así "muchas veces nadie sabe que Happydönia está detrás".
Sentimiento de pertenencia
Desde 2017 han trabajado con compañías de la talla de Consum, Balearia o AiEuropa, firmas que manejan unos números muy altos en relación a la gestión de los empleados. Lacuesta explica que el trabajo con estas grandes firmas no ha sido proveerles de herramientas, ya que "lo tienen todo a su alcance", sino mejorar su experiencia unificando todos sus canales, potenciando su comunicación e "impulsando el sentimiento de pertenencia".
Esto, apunta, ha ayudado a aspectos como la atracción y fidelización del talento, una de las grandes preocupaciones de las empresas en la actualidad.
"Las compañías que marcan la diferencia son las que ponen a las personas en el centro y no se fijan únicamente en el cliente externo, sino también en el interno", afirma. "No hay que separar entre comunicación externa e interna: es comunicación".
Lacuesta explica que, de cara a 2024, la empresa tiene "muchos retos", pero destaca como el principal la consolidación del crecimiento que han experimentado durante los últimos años. "Ahora mismo nos estamos planteando la escalabilidad con el dimensionamiento de la plantilla para soportar todo lo que venga y mejorar a todos los niveles", avanza.
Entre los cambios que vienen, la CEO de Happydönia menciona la introducción de nuevas herramientas digitales como la inteligencia artificial. "Son retos que no estaban al inicio, pero que nos ayudan a ir un poco más allá", afirma.
El emprendimiento en España
Sin embargo, llegar a este punto de crecimiento no ha sido fácil, según cuenta Lacuesta. Poco tiempo después de empezar, la consejera delegada de la empresa recuerda que decidieron parar porque, aunque estaban creciendo, no lo estaban haciendo de la forma que querían, por lo que prefirieron hacer un parón y profesionalizar la firma.
"Una startup empieza con una idea de negocio, sobre la marcha, con los recursos que tiene, pero el objetivo es ser sostenible en el tiempo", apunta. "En nuestro caso, llegó un punto de desgaste, de decir 'oye no podemos morir de éxito', lo que fue un click, y dijimos 'vamos a hacerlo bien, pero sin perder nuestra esencia'".
Así, en este camino, la CEO explica que siempre han intentado mantener, tanto el espíritu innovador en las personas que forman parte de la firma, como la confianza en el producto. "El ir 'todos a una' ha facilitado este proceso", resalta.
Lacuesta cuenta que el bache que atravesaron al lanzar Happydönia es algo habitual en el ecosistema del emprendimiento español. "No es todo bueno o no es todo crecimiento y muchas veces falta esa convicción de continuar a pesar de los valles o las dificultades", apunta.
Aún así, la directiva está convencida en animar a las startups que empiezan a mantenerse pese a estos obstáculos si, realmente, "ven que su producto resuelve algo" o que "tienen esa posibilidad de seguir creciendo". "Eso sí, muchas veces les tocará adaptarse", advierte. "No es conformarse, es querer ir a más".