Fue José Saramago quien escribió aquello de "pasé mi vida mirando el interior de los ojos de la gente, siendo el único lugar del cuerpo donde, tal vez, exista un alma".
La condición humana es difícilmente perceptible a la vista, no solo uno de los sentidos más preciados, también una de las últimas fronteras de la tecnología, que sí está transformando el diagnóstico y tratamiento de disfunciones visuales. Y no es para menos. La vista permite percibir hasta el 85% de la información que llega al cerebro con respecto a todo lo que nos rodea. Esto implica que gran parte de las tareas, decisiones e interacciones que llevamos a cabo en nuestro día a día son gracias a nuestra visión.
Se podría decir que el cerebro es el gestor de la información que se percibe de los diferentes sentidos y la vista es el departamento de control de calidad, lo cual facilita tener una adecuada relación con otras personas y los objetos que nos rodean.
Ahora, ¿qué ocurre cuando no es óptima o cuando alguno de los factores de las vías visuales no ofrece datos veraces?
Entonces el esfuerzo que hace el sistema visual puede incluir síntomas, como dificultad para concentrarse, fatiga, visión borrosa, temblorosa o doble, migrañas etc.
Abordar revisiones periódicas para garantizar la salud visual no es suficiente y la investigación tecnológica en este campo lo está cambiando todo.
Una de las protagonistas indiscutibles del panorama nacional es WIVI Vision. Esta empresa combina lo último en inteligencia artificial, visualización 3D inmersiva, junto a Big Data y Gamificación para transformar el diagnóstico y tratamiento de las disfunciones visuales en una experiencia de usuario genuina.
Eva García Ramos (CEO) y Juan Carlos Ondategui (CSO), sus fundadores, han diseñado un concepto inmersivo que permite al usuario experimentar unos videojuegos 3D e introducirse dentro de una aventura mientras el optometrista u óptico tiene a su disposición la medición clínica para poder realizar el diagnóstico completo. Lo hacen a través de la evaluación de 100 parámetros, de cinco áreas visuales, en sesiones de doce minutos.
En palabras de García Ramos, "uno de los aspectos más atractivos para el paciente es que se le puede informar de que su problema visual se puede solucionar desde el momento en que se ha detectado. Todos los pacientes que han realizado el tratamiento con WIVI han recuperado sus capacidades visuales en el 100% de los casos y sin regresiones en el tiempo, cuando normalmente pueden surgir síntomas de regresión a los 3 o 4 meses después de los tratamientos convencionales", explica.
Mejorar la eficiencia de la visión es un cambio cualitativo determinante para los pacientes.
De la misma forma, el desarrollo del primer fármaco en forma de colirio para el tratamiento precoz de la retinopatía diabética (RD), la afectación neurovascular más común de la diabetes y la principal causa de ceguera prevenible a nivel mundial, es un salto de gigante en salud digital.
"La función de D-Sight es proteger las neuronas y estructuras vasculares a nivel ocular"
Detrás se encuentra D-Sight, una spin-off del Instituto de Investigación del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona (VHIR) enfocada en esta afección, para la cual no existen terapias disponibles en el mercado si se quieren afrontar sus fases más iniciales. Un paciente diabético al que, hasta el momento, se le diagnosticaba una RD, podía aspirar a continuar monitorizando su diabetes y su glucemia, intentando posponer el avance a síntomas visuales más graves todo el tiempo posible. Una vez se hubieran alcanzado las fases más avanzadas (donde la vista y por ende, la calidad de vida de estas personas, está altamente comprometida) es cuando se podrían aplicar las terapias disponibles, como inyecciones intravítreas (directamente en el ojo) y láser de fotocoagulación.
"Nuestro colirio tiene como compuesto activo la sitagliptina, una molécula comercializada actualmente para el tratamiento oral de la diabetes tipo 2. Por lo tanto, hemos desarrollado una nueva formulación de un fármaco que ya se comercializa en España desde hace más de diez años. La aplicación tópica ocular (en forma de colirio) de la sitagliptina aumenta la concentración de GLP-1 en la retina (un péptido neuroprotector que está presente en la retina de todos los seres humanos, pero que en el caso de las personas con diabetes se encuentra por debajo de las concentraciones habituales)", traslada Carla Maté, cofundadora y CEO de D-Sight.
Su función es proteger las neuronas y estructuras vasculares a nivel ocular. Por lo tanto, aumentar de forma indirecta la concentración ocular y generar un efecto beneficioso a nivel de prevención de la neurodegeneración y alteración microvascular que tiene lugar en los estadios más iniciales de la retinopatía diabética.
Este fármaco proviene de más de quince años de investigación biomédica por parte del grupo de Diabetes y Metabolismo del VHIR, liderado por el Dr Rafael Simó y la Dra Cristina Hernández, cofundadores de D-Sight (D de Diabetes y Sight -vista en inglés-).
Por otro lado, no deja de ser curioso (a la par que lógico) pensar que la retinopatía diabética aparece en edad laboral. Esto produce un serio impacto a nivel mundial en términos de productividad y bajas laborales debido a la alteración visual de estas personas, a quienes les impide ejercer funciones vinculadas a (casi) cualquier puesto de trabajo hoy en día.
Es decir, el equipo liderado por Carla Maté ha dado con una solución que responde a una necesidad médica no cubierta en todo el mundo. "Ofrecemos una solución terapéutica no invasiva, autoadministrable (un colirio), segura y eficaz para tratar la RD desde el momento inicial de diagnóstico. Sin tener que esperar a que tus síntomas empeoren. Sin enfrentarte a años de calidad de vida reducida y estrés e impacto emocional vinculado a la preocupación por tu salud visual. Todo ello a un precio mucho más asequible que las terapias actualmente disponibles (por lo tanto, más accesible para aquellas personas en países o poblaciones más desfavorecidas), y sin los efectos severos adversos de las terapias actuales", señala.
Carla es, además, una de esas raras avis del ecosistema. Su incorporación como CEO y cofundadora de D-Sight constituyó el primer caso del modelo de entrepreneur in residence del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona (VHIR) en toda su trayectoria como Instituto de Investigación. Algo de lo que confiesa sentirse especialmente orgullosa.
"Yo era la responsable del área de valorización de proyectos de la Unidad de Innovación del VHIR. Cuando nos planteamos la creación de D-Sight, como gestora responsable del proyecto por parte de innovación, debía encargarme de buscar un perfil externo que pudiese liderar el proyecto desde una perspectiva empresarial (un CEO). Pensar en acompañar a este proyecto hasta el mercado se convirtió en una nueva motivación profesional para mí. Por ello, decidí presentar mi candidatura al equipo directivo del VHIR y al equipo promotor del proyecto (mis cofundadores)", recuerda Maté. Hoy, dedican su día a día a mejorar la calidad de vida de más de 185 millones de personas en el mundo.
Mirando al futuro, de D-Sight se encuentra explorando (con muy buenos resultados preliminares) el uso de su tratamiento para otras enfermedades neurodegenerativas de la retina como el glaucoma.
"En combinación con las terapias disponibles actualmente, que no tienen la capacidad de neuroproteger la retina, creemos que nuestro fármaco podría ser una solución terapéutica muy interesante para mejorar los resultados médicos de las intervenciones disponibles en fases más avanzadas", apunta la CEO de la compañía, que ultima los preparativos para poder utilizarse, por primera vez en humanos, a inicios del próximo 2025.
"El objetivo de este estudio clínico será validar la seguridad de la sitagliptina en forma de colirio para su uso en humanos. Este sin duda es el primer objetivo a corto plazo para nuestra empresa. Además, estamos actualmente levantando fondos para una nueva ronda de financiación (ya cerraron una capital semilla de un millón de euros en marzo de 2023) que nos permita seguir avanzando en el desarrollo clínico", concluye.
En 2026, esperan poder iniciar el segundo ensayo clínico en humanos, donde ya se evaluará la eficacia del producto para el tratamiento de la enfermedad, la puerta definitiva para despertar el interés de grandes compañías farmacéuticas que quieran colaborar con ellos en el desarrollo y comercialización a escala global.
Camino paralelo transcurre para WIVI Vision, por la que ya han pasado más de alrededor de 14.000 usuarios y colaboran activamente con los grupos de ópticos, optometristas independientes y centros hospitalarios.
"En materia de financiación, cerramos el pasado mes de febrero una ronda de financiación Serie A de cuatro millones de euros, liderada por Adara Ventures, con la participación de Hearstlab, así como por algunos de los actuales socios y grandes entidades bancarias. También ampliaremos nuestro alcance internacional, siendo el acuerdo en EEUU el primer paso que sienta las bases para nuestra expansión internacional", adelanta Juan Carlos Ondategui, CSO de WIVI Vision.