En apenas unos días comenzará el nuevo curso y millones de niños en edad escolar regresarán a las aulas para retomar su formación académica tras las merecidas vacaciones estivales.
Será un momento de reencuentros y de vuelta a la rutina donde la tecnología será de nuevo un aliado para que los menores puedan alcanzar sus metas superando todo tipo de los obstáculos, entre ellos los que afectan a su capacidad de aprendizaje.
Los trastornos del neurodesarrollo como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o la dislexia están detrás del bajo rendimiento y buena parte del fracaso escolar, son difíciles de detectar de forma temprana y se presentan de forma combinada -comorbilidad- en uno de cada tres niños que los padece.
Afortunadamente, la digitalización está permitiendo que lleguen al mercado soluciones que ayudan a los profesionales a tratar a estos menores para mejorar su déficit de atención y favorecer su aprendizaje en electroescritura.
La startup Atenxia, fundada por el emprendedor Emilio Jiménez (CEO también de la compañía) en 2021, es uno de los nombres propios en este campo en nuestro país con el foco también puesto en Latinoamérica, donde se prevé una notable implantación de su tecnología por el vínculo de la lengua.
La plataforma se basa en inteligencia artificial para brindar a los profesionales una herramienta para la mejora de los parámetros atencionales (TDAH) y problemas de dislexia para niños en edad escolar.
Su propuesta es pionera en este campo porque es la primera en ofrecer un tratamiento combinado para tratar el déficit de atención y los problemas de lectoescritura.
Desarrollo de la mano del colectivo
Además, su tecnología también es pionera en atesorar validación científica en su metodología, al haberse diseñado y desarrollado por profesionales de grupos de investigación de la Universidad de Granada y la Universidad de Sheffield (Inglaterra).
Su tercer punto diferencial es el tratamiento personalizado para cada niño, dado que permite al profesional diseñar sesiones de entrenamiento totalmente adaptadas a las características individuales de cada estudiante.
"El niño no se adapta a Atenxia, es la solución la que se adapta al niño. Si hubiera 300 tipos de dislexia y de TDAH, podríamos tratarlos todos porque nos adecuamos a cada particularidad", explica en conversación con esta redacción Manuel Hernández, Business Development en Atenxia.
Además, la aplicación de Atenxia se ha desarrollado de la mano de las familias que afrontan en su seno estos trastornos del aprendizaje infantil.
La metodología de la tecnología de Atenxia ha sido validada científicamente por la Universidad de Granada y la Universidad de Sheffield (Inglaterra)
"Cerramos acuerdos con la confederación de asociaciones en España de dislexia y TDAH y también en Latinoamérica, donde nos une una misma lengua", afirma a DISRUPTORES - EL ESPAÑOL Emilio Jiménez, CEO y fundador.
El producto está basado en un modelo de negocio B2B, muy enfocado al profesional de la salud (logopedas, psicólogos y psiquiatras) y no a los padres. "Las familias no deben cargar con esa responsabilidad".
"El tratamiento debe estar guiado por los profesionales y es a ellos a los que se dirige Atenxia, aunque hay parte del entrenamiento que se puede desarrollar en casa gracias a la digitalización y donde los padres cooperan", insiste Jiménez.
"De otra forma, le haríamos un flaco favor al colectivo y no estaríamos llevando el producto al mercado idóneo, que son los profesionales, los padres son complementarios", reitera Jiménez.
Próximo piloto en México
La compañía, que cuenta en la actualidad con una plantilla de aproximadamente 30 personas, ha logrado hasta la fecha 100 usuarios entre profesionales, fundaciones, ONG y asociaciones, y afronta este 2024 un momento clave de despegue gracias a las mejoras en su producto y su salto internacional.
Latinoamérica será uno de los epicentros de esta salida al exterior de Atenxia. De hecho, la compañía va a iniciar en México un proyecto piloto con el Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud Unidad Santo Tomás del Instituto Politécnico Nacional, dependiente de la Secretaría de Educación Pública del Gobierno de México.
Atenxia abre estos tratamientos a la población de Latam que no puede desplazarse a las ciudades para recibir terapia
Las facilidades que brinda Atenxia de la mano de la digitalización encajan a la perfección con la democratización de los tratamientos de la dislexia y el TDAH para los niños afectados en Latinoamérica, donde la falta de infraestructura impide a muchas familias desplazarse hasta las zonas urbanas a recibir tratamiento.
"Con Atenxia el niño no tiene la necesidad física de desplazarse a la consulta del profesional, sino que una vez realizar la primera tarea con el especialista, las siguientes las puede realizar a domicilio", relata Manuel Hernández.
"Si aquí es importante, no siempre podemos conciliar para llevar al niño de forma presencial a la consulta, imagínense en Latinoamérica. Gracias a la aplicación de Atenxia abrimos el tratamiento a muchísimas familias que carecían de opciones para atender estos trastornos de sus hijos", explica Jiménez.
Además, la compañía está dando los primeros pasos para en un futuro poder ofrecer su plataforma en inglés, lo que conlleva un complejo desarrollo tecnológico dado que no se trata de traducir su propuesta de tratamientos al inglés.
Futura versión en inglés
El proyecto ya está desarrollado a más del 70% y en él ha sido clave la colaboración de la Universidad de Sheffield en Reino Unido, confirma el CEO.
"Hay que pensar de manera global, si está en español y lo ofrecemos en inglés, vamos a cubrir todas las áreas de habla hispana e inglesa", afirma Manuel Hernández, quien vio desde el minuto uno que esta era la evolución natural que debía seguir el proyecto emprendedor.
"Estamos desarrollando una localización de la aplicación, que no una traducción, para poder ofrecer esta tecnología en habla inglesa"
"En la parte de nuestra aplicación que compete al tratamiento del TDAH se puede hacer una traducción del español al inglés, pero en lo que se corresponde con la dislexia es necesario desarrollar una localización", advierte Emilio Jiménez.
"Hay que entender que la dificultad en lectoescritura de un niño hispanohablante y anglohablante no tiene nada que ver, de ahí que haya que aplicar una localización de la aplicación y no una traducción", insiste el fundador.
Red de universidades especializadas
Aquí es donde el papel de la Universidad de Sheffield está siendo esencial para el nuevo proyecto de Atenxia, siguiendo su filosofía de contar con validación científica en todos sus desarrollos tecnológicos.
En concreto, la metodología de la Universidad de Sheffield ha sido validada por la Universidad de Granada y está permitiendo a Atenxia crear "una red de universidades expertas en soluciones de dislexia y TDAH". Sin duda, una iniciativa con sello español que está cambiando la forma de abordar los trastornos del aprendizaje en la era digital.