Entramos en el cuartel general de ReMarkable, la startup noruega que puso de moda las tablets con tinta líquida
Del hastío por usar papeles en la universidad a crear la primera compañía europea de electrónica de consumo en décadas: esta es la historia inesperada de éxito de ReMarkable.
Pensemos en fabricantes de ordenadores, de smartphones o de tablets. Todas las marcas que saldrán a colación serán chinas, coreanas, japonesas o estadounidenses. Europa no se caracteriza precisamente por ser punta de lanza en electrónica de consumo. Más allá del apogeo alemán y neerlandés en electrodomésticos durante los años 80 y 90, el rol habitual de las firmas continentales en estos menesteres se limita a la distribución (a veces con una pequeña intervención estética para darles un toque diferente) de productos ideados, producidos y extendidos desde alguno de los polos antes mentados.
Menos todavía pensaríamos en Noruega como un país que pudiera ser precursor de una categoría nueva de dispositivos electrónicos de gran consumo. Empero, la realidad a veces nos sorprende. Como en este caso, donde una startup gestada en Oslo llamada ReMarkable ha devuelto la gloria perdida a la industria tecnológica europea.
En realidad, el origen de esta compañía hemos de buscarlo en la Universidad de Harvard. Allí un joven Magnus Wanberg encontraba difícil concentrarse en sus estudios cuando trabajaba con el ordenador, por lo que decidió usar sólo papel y bolígrafo durante su estancia en tierras británicas. El problema de esta estrategia lo descubrió al finalizar su carrera: tenía nada menos que cuatro cajas llenas de cuadernos y hojas de apuntes y escritos varios.
Para Wanberg fue un punto de inflexión. Convencido como estaba de que la experiencia tradicional de papel y boli era la mejor para favorecer la productividad y la concentración, buscó cómo trasladarla al mundo digital. En 2016, juntaría a un grupo de amigos y conocidos, los siete fundadores a la postre de la startup, y mientras ideaban su producto fueron creando expectación en sus círculos más cercanos. Así, llegaron incluso a imprimir etiquetas que rezaban “Este será mi último PC”.
Un año más tarde vería la luz su primer dispositivo, una tablet de tinta líquida, en blanco y negro, que permitía tomar notas, escribir a mano alzada y poco más. No había distracciones, notificaciones, redes sociales ni nada que distrajera del quehacer concreto de cada usuario. Era un instrumento perfectamente pensado para trabajar, para crear, para plasmar ideas y compartirlas sin que nada rompiera el círculo virtuoso de la creatividad.
“Llevar la experiencia del papel al mundo digital, pensar mejor gracias a la tecnología”, reza el lema compartido por el equipo de la compañía. La propia startup ha ido arrojando luz sobre estos beneficios en varios estudios. En uno de ellos, aseguraban que las distracciones digitales pueden llegar a consumir hasta la mitad de la jornada laboral de un trabajador. En otro, que una sola notificación puede distraernos hasta 20 minutos.
Habían creado, sin saberlo, un nuevo mercado. Cuando todos los fabricantes establecidos apostaban por tablets con mejores pantallas y más rendimiento para aplicaciones multimedia, en ReMarkable rescataban la tecnología de los eBook y renunciaban a cualquier pretensión de competir en los indicadores de potencia. Su apuesta iba por la simplicidad, por hacer un producto útil y eficiente, acompañado de un diseño impecable. Y todo ello a un precio que entra dentro de la categoría alta, lejos de competir en los segmentos más asequibles del mercado.
El resto como suele decirse, ya es historia: en 2020 lanzarían la segunda versión de su tablet con tinta líquida que alcanzaría las dos millones de unidades vendidas. En sus oficinas se encuentra, de hecho, una versión de este dispositivo en oro que fue fabricado expresamente para celebrar ese hito. Este mismo 2024, tras cuatro años de I+D+I , vio la luz el Paper Pro, con pantalla a color. Y desde la empresa aseguran estar trabajando ya en “productos y servicios más allá de las pantallas de tinta líquida”.
¿Oficina o biblioteca?
Con motivo de la Oslo Innovation Week 2024, ReMarkable abrió las puertas de su flamante nuevo cuartel general a la prensa internacional. Un impresionante edificio de ocho plantas y 19.000 metros cuadrados, totalmente renovado y ubicado en una de las mejores zonas de la capital noruega. Muy distinto de la “pequeña oficina con moqueta verde en la que entrábamos sin zapatos para no mancharla” con la que comenzó esta empresa.
Diseñado en colaboración con el estudio de arquitectura Grape Architects, el espacio permite alojar a 1.000 trabajadores (por el momento son la mitad, alrededor de 500) en un ambiente que recrea, por completo, la experiencia de una biblioteca antigua. Las mesas de trabajo están iluminadas con lámparas bajas, mientras que las zonas de descanso no tienen el típico futbolín o la mesa de ping pong tan manida como recurrente: son zonas de lectura con instalaciones de arte.
Pero lo más impresionante de todo el edificio se encuentra justo a la entrada. Un ingente techo abovedado de siete metros de alto cubre un espacio abierto, rodeado de librerías con libros, donde un escenario con pantalla gigante y un sistema de sonido envolvente sirve para eventos, charlas internas y conferencias de toda índole. A sus lados, cafeterías y zonas para comer. Funcionalidad nórdica entremezclada con la elegancia de una biblioteca clásica.
No es casualidad esta elección temática. La reivindicación del papel como elevación de lo sublime que ReMarkable hace en sus productos debía tener su particular reflejo en sus oficinas. Y así lo será también, aseguran, en las siguientes que abrirán sus puertas, en Reino Unido y Estados Unidos. Todo sea por seguir llevando la electrónica de consumo europea al lugar que se merece.