Publicada

Hay emprendedores de raza que llevan tatuada en la piel la superación que exige poder acariciar el éxito. Aunque en la historia que nos ocupa, sería más exacto decir que esa determinación por superar los obstáculos 'está pegada a la piel'.

Y no a cualquier piel, sino a una muy especial que requiere mantener esa sujeción en perfectas condiciones el mayor tiempo posible para garantizar el bienestar y la salud de la persona en cuestión.

David Muñoz y Víctor Rodríguez, emprendedores por debajo de la treintena, son los impulsores de la startup Glucody y saben en primera persona lo que es reponerse a los vaivenes de la montaña rusa que supone llevar una idea al mercado.

La compañía, acelerada por Lanzadera -la fábrica de startups del empresario valenciano Juan Roig a la que accedieron el pasado septiembre-, ha desarrollado unos parches protectores para los sensores y los catéteres de las bombas de insulina que abre un nuevo tiempo en la calidad de vida de los usuarios.

Y no, el camino no ha sido fácil. Sin embargo, esta propuesta innovadora con sede en l'Alcudia (Valencia) es la prueba fehaciente de que cuando se da con una necesidad imperiosa del mercado y se cuenta con los compañeros de viaje adecuados, el éxito está más cerca.

Cuando se cumple poco más de un año de su puesta en marcha, la startup de David y Víctor mira a 2025 con optimismo y a punto de poder ofrecer sus productos -que gozan de la certificación de producto sanitario- en las farmacias y hospitales, lo que constituirá un punto de inflexión a su trayectoria.

Todo comenzó en el verano de 2023, cuando ambos amigos disfrutaban de un día de playa junto a sus respectivas parejas. "Víctor -diabético desde los once años-, como todos los veranos, tenía problemas con el desprendimiento del sensor de glucosa que les proporciona la Seguridad Social", relata en conversación con DISRUPTORES-EL ESPAÑOL David Muñoz, coCEO de Glucody junto a su compañero Víctor.

Junto a los parques, Glucody también ha desarrollado brazaletes para la sujección de los sensores que se adaptan perfectamente a los movimientos y actividad de los más pequeños.

"A Víctor y a mí nos encanta bucear e ir de calas, y en una de esas visitas a una famosa cala de Alicante, a Víctor se le soltó el sensor del brazo". De camino a una farmacia en busca de un nuevo sensor -un dispositivo que puntualiza "no es barato"- los cofundadores de Glocody se preguntaron si ese problema sería común al resto de diabéticos -en especial, los niños, que no paran ni un minuto-.

"Efectivamente, nos pusimos a indagar y la gran mayoría sufre las mismas dificultades con la adherencia del sensor".

La Seguridad Social proporciona dos sensores al mes pero, según explican los impulsores de la startup, es muy habitual que se tenga que recurrir a la farmacia para comprar algún otro dispositivo "porque se despegan con facilidad".

Este fue el detonante del nacimiento de Glucody, startup especializada en la protección y sujeción de los dispositivos médicos de la diabetes.

La DANA, último escollo salvado

Sin embargo, convertir una idea en una empresa, primero, y superar todo tipo de obstáculos -empresariales y naturales- después, ha exigido altas dosis de dedicación y esfuerzo.

Víctor Rodríguez es un apasionado por el emprendimiento y previa a su apuesta por Glucody, trabajó dos años en una empresa de metalurgia para conseguir capital y poder formarse y emprender.

David Muñoz es, por su parte, ambicioso, proactivo y apasionado por el emprendimiento y los negocios. "Mi experiencia profesional me ha servido para tener la disciplina, constancia y liderazgo para empezar una nueva etapa, y superarme día a día".

El pasado 29 de octubre la DANA que azotó España y se cebó con Valencia les interpuso en su camino la última gran prueba.

Glucody fabrica también otros productos como fundas para proteger las bombas de insulina o receptores.

L'Alcudia fue una de las primeras poblaciones que quedó bajo el torrente de agua de aquel fatídico martes que se llevó por delante sus coches y diverso material de la startup.

No sólo fueron pérdidas materiales, sino que, como consecuencia del derrumbe de infraestructuras, Glucody se vio perjudicada en las semanas posteriores en su volumen de negocio.

El calendario no pudo ser más caprichoso -y, en su caso, para mal-. El 14 de noviembre se celebra cada año el Día Internacional de la Diabetes, una fecha donde la startup tenía cerrado un importante volumen de ventas.

"Teníamos los pedidos preparados, pero los transportistas no podían venir a recogerlos para repartirlos. Nos escribían preguntando por los envíos y no podíamos responder como hubiéramos querido", reconoce con una mueca de pesar reflejado en su rostro David Muñoz.

"Teníamos los pedidos preparados, pero los transportistas no podían venir a recogerlos. Nos escribían preguntando por ellos, pero nada podíamos hacer"

David Muñoz, coCEO de Glucody

Afortunadamente, la startup ha podido retomar su actividad ya con normalidad y agradece a sus clientes "la comprensión por las molestias" que les hayan podido causar.

Es más. Esta circunstancia tan sólo es compartida al final de la dilatada conversación que los cofundadores mantienen con esta redacción y a preguntas de nuestro equipo.

"No queremos que se ponga el foco en los problemas que nos haya podido ocasionar la DANA, sino en nuestro producto y el futuro que está por venir", recalca David Muñoz en una aseveración que es toda una carta de presentación.

Dicho y hecho. Haciendo caso a su requerimiento, aquí las claves de su propuesta de innovación y emprendimiento.

Producto pionero específico para dispositivos diabéticos

Glucody es pionera en España en sacar al mercado un producto específico para estos dispositivos relacionados con la diabetes. "Y los primeros a nivel mundial en sacar un parche protector para los catéteres de las bombas de insulina", asevera el equipo.

Tanto el sensor y como el catéter son elementos que sirven para la medición y control de la diabetes y son facilitados por la Seguridad Social. Tienen un periodo de vida que ronda de media entre los tres y los 14 días.

"Nuestros parches están diseñados para aguantar 14 días pegados a la piel sin ningún tipo de problema, son hipoalergénicos, resistentes al agua y el sudor y transpirables"

David Muñoz, coCEO de Glucody

Sin embargo, es habitual que, debido a las duchas, baños y la práctica de ejercicio, estos dispositivos se despeguen antes, lo que produce un sobrecoste a la persona diabética, además "de un estrés constante".

"Con los productos de Glucody todo eso desaparece, ya que nuestros parches están diseñados para que aguanten 14 días pegados a la piel sin ningún tipo de problema, siendo hipoalergénicos, resistentes al agua y sudor, transpirables y muy suaves con la piel".

Más sujeción; menos estrés y menos gastos

Además, la startup cuenta con otros productos, como fundas para proteger las bombas de insulina o receptores.

El impacto en la calidad de vida de los diabéticos es notable y Víctor Fernández ha podido testar en primera persona su efectividad.

"Recuerdo cómo en una visita a un parque acuático antes de contar con Glucody me tuvieron que poner esparadrapo, varias vueltas, en el brazo para que el sensor no se despegara. Acabé con todo quitado", relata el cofundador.

Este pasado verano, la experiencia fue diametralmente diferente al utilizar uno de los dispositivos de sujeción de la startup. "Regresé al parque y pude disfrutar todo el día sin preocuparme por el sensor y por si lo llevaba bien colocado. La sujeción fue total", relata.

El próximo año arrancará con grandes expectativas para la compañía que aspira a convertirse en la marca de referencia en el mercado en este nicho, donde su presencia en las farmacias y hospitales son su próximo gran reto.